Dicen que en pelea entre tigres burro no tiene cabida. Por eso simple y por muchas cosas en el conflicto "sobrevenido" entre Rodríguez Torres, el acusado y Mario Silva el acusador, uno no tiene motivos ni tentaciones para meterse. |"Ellos son blancos y se entienden".
Mario Silva esa noche de sábado, que fue anoche mismo, procedió a ofrecer detalles de lo que el presidente horas antes refirió de manera general, sin precisiones. Dijo Silva, como quien estaba a cargo del mandado, todo lo que dijo sobre el ex ministro de Relaciones interiores y se fundamentó en un documento presuntamente de la CIA.
Uno, por su experiencia, formación académica y hasta del hogar, por muy humilde que fue, aprendió a no tomar partido así de facilito por lo que alguien diga y menos dentro de esta conflictividad venezolana donde cada quien trata de tapar sus deficiencias, errores y omisiones echándole la culpa al primero que halle a mano. Como docente jamás ofrecí una verdad, mi verdad, a mis alumnos, sino en la medida de mis posibilidades les puse a pesar todas las que pudiese para que sacasen sus conclusiones y elaborasen la suya.
Recuerdo bien que a Rodríguez Torres le destituyeron del cargo ese que ya mencionamos, dejando en uno la misma incertidumbre de cuando destituyeron a Samán. Recuerdo que su gestión que parecía como muy centrada en defender al gobierno de los acechos guarimberos de entonces, pareció enredarse con una acción contra grupos ligados al gobierno, lo que nunca se aclaró. Lo cierto es que su destitución pareció como asociada, por lo menos en el tiempo, a ese hecho. Algo tocó Rodríguez Torres que incomodó. Uno no sabe nada, porque el gobierno, como suele suceder, a aquello "echó tierrita". Siempre ha sido así, uno no parece merecedor que le informen nada.
Como también se "echó tierrita" a aquel desborde emocional de Mario Silva cuando despotricó de tirios y troyanos y alguien a quien creyó un amigo o "paño de lágrimas", como decimos en oriente, no sólo le grabó sino puso el cuidado que todo el mundo se enterase. ¡Y el pobre Mario entró en desgracia! Quedó como el ánima sola y la zarzamora, aquella que "llora y llora por los rincones". Mario tuvo que hacer de tripas corazón para intentar regresar a sus viejos tiempos. Y por lo que parece, todavía hace esfuerzos por borrar aquel pecado tan grande que, por mucho que abone, apenas alcanza a pagar los intereses.
Mario el grabado y expuesto al escarnio público y sobre todo ante quienes quedaron asidos al poder, ahora sirve de portavoz para hacer público un documento que él atribuye a la CIA, según el cual Rodríguez Torres es agente de ella y solicitante de favores oprobiosos y hasta denunciante y acusador ante la policía gringa de viejos camaradas suyos.
Aquellas acusaciones de Mario, no condujeron a nada. Al parecer, por lo acontecido, resultaron de un estado de ánimo depresivo o indisposición generada por la muerte de Chávez. Pero hizo daño y "los dañados" pudieron haberse guardado la factura. Por eso Mario hizo un largo peregrinar para intentar a volver a recuperar sus viejas "glorias". Pareciera que todavía eso no ha logrado.
No sé si Rodríguez Torres es eso que Mario dijo, como tampoco si es cierto lo que este también dijo de quienes le han obligado a rezar cientos de credos y avemarías. No es asunto que me quite el sueño y menos me sorprende. El camino de la vida está lleno de cardos y el que deben transitar los revolucionarios también y eso no lo obliga a uno a meter el retroceso.
En aquella oportunidad Mario y sus partidarios dijeron que aquella grabación fue un montaje. Esa cinta o disco que atribuyeron algunos al G2 cubano, ante quien Silva se confió como una inocente criatura, él y sus amigos dijeron que fue un montaje. ¡Vaya usted a saber! Aparte de Mario y sus íntimos nadie salió en defensa suya. Y tuvo que expiar sus pecados. ¡Y de qué manera!
Pero Rodríguez Torres, en lo inmediato, ha tenido la suerte que alguien como Eva Golinger, de muchas cercanías con el gobierno por lo menos en los tiempos de Chávez, destacada comentarista en la televisora RT, organismo vocero de la política rusa, haya advertido acerca de la autenticidad de ese documento que Mario Silva usó para denunciar a Rodríguez Torres. Dijo la Golinger "Cuidado, ese documento no parece auténtico. Lo digo como experta en documentos de EEUU. El formato no es el estilo de esos documentos". Además, ella y otros voceros han advertido acerca de la pésima calidad en la redacción y comisión de errores en el lenguaje que ponen en tela de juicio la autenticidad.
En verdad, no tengo velas en ese entierro, sobre todo tratándose de algo como muy personal y oscuro. Tampoco si tomo en cuenta las viejas historias esas que pueden enmohecerse pero no mueren.