Ya la historia de esta etapa en la R. B. de Venezuela está escrita, la Constituyente 2017 muy a pesar de los detractores en sus distintos matices y posturas, es un hecho cierto; de la misma manera, con la participación de más de 8 millones votantes y en las circunstancias más adversas presentadas por la oposición imperial en los tiempos de revolución bolivariana, el liderazgo del presidente Nicolás Maduro se ha consolidado. Ya es incuestionable para el sentir del pueblo e irrefutable para los enemigos de afuera y los de adentro que no creyeron ni confiaron en el Comandante Chávez el 08/12/2012 al dejarlo como su sucesor. De la misma forma, lo acertado en la definición de la estrategia para derrotar a la derecha fascista en su intención de acabar con la revolución tras la muerte del Líder Comandante, así como la puesta en práctica de una táctica correcta para desdibujarle los ánimos tras la circunstancial y amarga derrota electoral del 06/D-2015, dejo sin aliento a propios y extraños, tal como lo muestra inobjetablemente el devenir de los resultados en la victoria constituyente.
Los inevitables debates dadas las contradicciones políticas irremediablemente antagónicas que han aparecido en el proceso, se trasladarán a la Asamblea Nacional Constituyente que resultó electa/o este 30/J., de allí que, teniendo sintonía con el objetivo del presidente Maduro, el Poder Popular ha de jugar un papel de máxima referencia para evitar que se impongan las desviaciones y aparezcan los gazapos, pues, siempre se cuelan con toda intención e intereses de clases, teniendo la misión de desvirtuar los procesos históricos con el propósito de abortarlos, por lo tanto el Pueblo no debe dejar de hacerle seguimiento y control a las posturas de cada constituyente o vocero/a electo/a.
Ya están definidos puntos de agenda pero no hay garantía de que vayan a dar los resultados esperados por el Presidente y exigidos por el Pueblo, ello dependerá de la correlación de fuerzas o número de constituyentes que obtengan cada una de las corrientes en pugna; por un lado los burocráticos y no socialistas que, con las maniobras de siempre lograron hasta chantajear para lograr primero recoger las firmas y luego lograr los votos escondidos en las fulanas y maquinadas líneas y, por el otro lado, se encuentran los del Poder Popular en sintonía y alentados por el presidente Nicolás Maduro y agarrados del legado del Comandante Chávez.
La historia la estarán escribiendo quienes tengan el lápiz a la mano para redactar y asentar mediantes los Actos, Decretos, Leyes Constituyentes y la Nueva Constitución igualmente Bolivariana, las líneas de acción. De allí que las bases y los liderazgos emergentes así como los participantes entre los distintos sectores sociales de la Constituyente, además de estar pendiente de los voceros y los planteamientos hechos por estos en los debates que se adelanten, han de nutrirse para contribuir en la calle, comunidades, fábricas, campos, cuarteles, escuelas y demás espacios, conformando Comandos Constituyentes del Poder Popular para acompañar y tomar las iniciativas necesarias en torno a lo estratégico diseñado por el presidente Nicolás, procurando el renacimiento del bolivarianismo como la fuerza restauradora de la Patria como guía o referencia para que los pueblos del mundo sigan viéndonos como la luz esperanzadora ante la barbarie que simboliza la dominación imperial.
Estos Comandos Constituyentes organizados desde el Poder Popular, han de ser las mentes y brazos ejecutores de las acciones reivindicatorias en lo social y en lo político respecto a los dispositivos jurídicos constituyentes que permitan atender con resultados ciertos y por lo pronto, la especulación de precios en productos alimenticios y medicinales, la deficiencia de los servicios públicos, la inseguridad ciudadana y la justicia en general, la impunidad y la corrupción, la problemática del gas doméstico y del transporte de pasajeros urbano y extraurbano al ser los problemas puntuales que padece la población en general, pero con más ahínco, a los sectores populares en los daños a la tranquilidad de las familias venezolanas.