Una de las armas más efectivas para lograr intereses personales o colectivos, es la manipulación de los conceptos, de los sucesos, de la verdad y la mentira pero sobre todo de las imágenes e ideas de seres que lo dieron todo por la Patria y su Pueblo. Es verdaderamente preocupante que una parte del pueblo sea manejado por los que detentan el poder; sobre todo por parte de los funcionarios del Estado y de una clase pudiente equivocada de horizonte, donde ambos tienen en común que estúpidamente están siendo manipulados por los que se sienten dueños del mundo, es decir, manipulados manipulando, parecido aquello que "me subordino a mis subordinados".
Lo anterior lo acaba de corroborar el resultado de la elección ilegitima de los constituyentistas; el pueblo ha sido manipulado vilmente, de tal manera que esa parte que votó no se dio cuenta que estaba entregando un derecho al no comprender la diferencia entre convocar (artículo 347), y la iniciativa(artículo 348), de la Constitución Bolivariana de 1999, aprobada por ellos mismos. Por miedo, sumisión y borreguísimo de muchos se permitió que los ineptos e ineficientes violaran su artículo 347, que sin posibilidades de otra interpretación, expresa "El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución.
Al parecer, más de 8 Millones de venezolanos no supo o no sabe todavía, que vulneró la memoria del Comandante Chávez y uno de sus estandartes, aceptando la imposición de una nueva Constitución, ahora se hablara de la Constitución de 2017 o de Maduro, sin percatarse de una gran diferencia; la de Chávez olía a pueblo, consultada y refrendada por la mayoría; la que se lleva adelante, huele solo a miedo de perder los privilegios que se han dispensado en nombre del proceso. Utilizando todo tipo de bajezas y argucias, que algunos llaman grandes estrategias, han conculcado una serie de derechos del Pueblo; y con mentiras e imágenes queridas, han corrompido la conciencia de una gran parte de los venezolanos que no encuentran otra salida que la de la violencia o la sumisión. Los dos extremos que no permiten que el país salga adelante.
La credibilidad del poder electoral está siendo afectado por las actuales autoridades del CNE, desde mucho antes de que se plegaran incondicionalmente a una Constituyente, sin previa consulta al poder originario; lo demuestra su inacción en defensa de la institución cuando un tribunal penal invalidó a varios diputados ya proclamados, debiendo hacer, si fuera el caso, un llamado a nuevas elecciones en esas regiones para respetar y hacer cumplir el derecho que le da la Constitución a todos los Estados, de tener representación ante la Asamblea General. Luego pasaron a la inconstitucionalidad de postergar las elecciones de Gobernadores y continuaron con la negación de un revocatorio por supuestas trampas en algunos estados del país. Para terminar de adornar la torta adelantan las elecciones pautadas para diciembre obedeciendo una orden suprema.
Sin embargo, una gran parte del pueblo no comprendió, que todas estas trabas y condiciones, determinaban el miedo a contarse, el mismo miedo que les impidió consultar al poder originario si quería el cambio de la constitución de 1999. Ese pueblo que se dice y se cree chavista voto en contra de la Constitución, que encierra el sacrificio y el amor del Comandante Chávez por la Patria y su Pueblo; porque como lo dije antes, por más que la dejen igualita, pasará a llamarse constitución de 2017, quizás sexta república o se conocerá como la constitución de Maduro, quedando la de 1999, en el pasado.
Los actuales poderes del estado, irrespetaron de una manera grosera el artículo 5, de la Constitución Bolivariana, que expresa "los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos" y no lo contrario. Todas las argucias que inventaron para lograr sus oscuros propósitos, no es más que considerar al pueblo estúpido y pendejo; aunque por culpa de algunos compatriotas y extranjeros, esta es la impresión que estamos dando como pueblo; un ejemplo son las imágenes de personas mostrando el carnet de la patria creyendo en verdad que dicho carnet le abrirá las puertas al respeto que le falta el mismo que se lo ofrece. Como si todo lo que nos ha prodigado la naturaleza perteneciera a unos cuantos y no al Pueblo todo.
No me creo dueño de la verdad, ni más bolivariano que Bolívar, pero si estoy seguro que ni el, ni ninguno con conciencia Republicana, estaría de acuerdo con que particularidades, así sean del mandato supremo, dejen de consultar a todos los ciudadanos cuando se trate de intereses que involucran la soberanía o los derechos de los venezolanos. Lástima que nuestros grandes intelectuales no hayan sabido o no hayan querido formar ciudadanos; título que prefería Bolívar, antes que el de libertador. La mayoría de estos intelectuales se entregó a lo mundano, el talento que le proporcionó la providencia lo pusieron a la orden del poder malsano, muchos traicionaron o abandonaron su ideales. Se rindieron ante una parte del pueblo malagradecido e ignorante, manipulado varias veces por los que no quieren a Venezuela y que demostraron al elegir en dos ocasiones a Carlos Andrés y Rafael Caldera.
Por tales razones hago un llamado a todos aquellos amantes de la Patria que sientan que son escuchados y entendidos por otros compatriotas, para que echen su palabra donde quiera que vayan, y le den luces a ese pueblo que vive en la oscurana. Nunca es tarde para recuperar lo que Bolívar dejo siendo nuestro. Profundicemos en su discurso de Angostura y en su carta de Jamaica; allí encontraremos el camino para levantar el orgullo de ser venezolano y de lograr los sueños que predestino el padre de la Patria para nuestra hermosa Venezuela. No premiemos más la incapacidad y la ineficiencia, ni el talento sin probidad, ni dejemos que los manipuladores organizados en partidos se apropien de la voluntad y de la conciencia del pueblo. Recuerden que Bolívar dice "Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro"
Finalizo otra vez, reseñando un párrafo del Discurso de Angostura, digno del estudio y la reflexión por aquellos transformadores de la palabra en verso y canción; a ver si de algún modo se revive la lucha por cumplir nuestro legado bolivariano.
"Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir, ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros las lecciones que hemos recibido, y los ejemplos que hemos estudiado, son los más destructores. Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia, de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad; la traición por el patriotismo; la venganza por la justicia. Semejante a un robusto ciego que, instigado por el sentimiento de sus fuerzas, marcha con la seguridad del hombre más perspicaz, y dando en todos los escollos no puede rectificar sus pasos. Un pueblo pervertido si alcanza su libertad, muy pronto vuelve a perderla; porque en vano se esforzarán en mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la virtud; que el imperio de las leyes es más poderoso que el de los tiranos, porque son más inflexibles, y todo debe someterse a su benéfico rigor; que las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; que el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad."
Atentamente,
Luis Díaz