Los votos de 2018

Al principio eramos nosotros; nos reconocíamos como hermanos en una comunidad de iguales.
La calle, los saludos; era acto de verdadera solidaridad llamarnos pana, convive; preguntarnos como está el resto de la familia, todo hacia una cotidianidad que parecia la vida.

Los fines de semana sacábamos instrumentos y hacíamos una parranda desafinada, donde cantar no tenia tono; lo grande era sentir armonía comunitaria.

De un tiempo para acá, la revolución empezó a cubrir necesidades de la deuda social; nuestros dirigentes confundieron la linea; se atendió primero lo material y la prisa creó descuido en lo más urgente, donde está incluida la formacion; que aunque la traíamos de la lucha urbana, no era la de adaptarnos a esos lugares frio, donde la forma tiene más valor que el fondo.

El descuido en lo importante nos llevó a creer; que todo lo que asistía necesidad, era una obligación del estado, sin importar de donde salia el recurso, odiando cumplir responsabilidades, entre ellas las revolucionarias.
Aunque la ignorancia estaba desarrollada, por falta de atención en la formacion y el cuidado que deberían haber tenido las repúblicas anteriores, no fue posible por conveniencia, de seguir utilizando la ignorancia como sustento de su sistema anterior.

La revolución quedó indefensa en lugares donde la traición tenia planes establecido para la continuidad; además en nuestra nueva vivienda, por falta de adaptación fuimos perdiendo identidad, ahora ya no está el nosotros, nos creemos distintos "de otra clase" se obnubilarron nuestras necesidades que arrastraban historia; nos desclasamos; se nos olvidó de donde venimos; nos convertimos en vecinos, que solo concidimos, algunas mañanas en el ascensor; que solo tiene botón de subida, para que no nos encontremos, sino en la planta baja, con alguna emergencia. Nos desconocemos porque venimos de barrios distintos y en este vertical somos extraños.

Ahora llenamos los apartamentos de competencias superfluas y a la vez de deudas impagables para aparentar y parecer que somos distintos; sin embargo la pobreza es la misma; porque solo se nos dio una habitación sin intentar el habitat; que es lo que nos podria hacer defender la revolución que nos sacó del rancho; pero no enseñó, como se vive en una clase sin clase, donde la convivencia comunitaria está ausente y la revolución en riesgo; porque aún no hemos entendido, que PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.



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Antonio Machuca

Actor y militante revolucionario

 machucamelo@cantv.net

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