Fue el 31 de octubre de 1958 cuando en tierras venezolanas, sin tener nada que ver con la región del estado Falcón, en la vivienda donde vivía el Dr. Rafael Caldera: Quinta Punto Fijo, se nacionaliza el nefasto acuerdo totalitario y criminal, firmado por los máximos representantes de los partidos políticos Acción Democrática, ADECOS, Rómulo Betancourt, Copei, COPEYANOS, Rafael Caldera y Unión Republicana Democrática, URREDECOS, Jóvito Villalba. Pero fue en diciembre de 1957 cuando Nelson Rockefeller reunió en Nueva York a los exiliados Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba como enclaves políticos para la próxima apropiación de los recursos del Estado venezolano, con la connivencia armónica de la explotación de las riquezas del país junto a inversores extranjeros gringos, especialmente su petróleo.
En lo político significó la tregua, la convivencia pacífica entre los partidos que suscribieron el plan trazado desde Nueva York y con un férreo respaldo de los Marines. La legitimación política de los gobiernos se basaba en una desvergonzada alternabilidad de los actores y la pacificación de sindicatos con tendencia revolucionaria, cuyo auge venía de la dirección de la Junta Patriótica. El avenimiento obrero-patronal bajó los humos de la lucha sindical, y con ello la firma de la derrota de la izquierda. El mandato de Betancourt en la primera mitad de la década de 1960 se tradujo en un estado de excepción a lo interno, de violencia política sin lástima, una agudización del perezjimenismo con disfraz democrático. Rómulo Betancourt puede enorgullecerse de haber sido el primer Presidente de Venezuela que concluyó su período con un saldo de 300 muertos políticos, sin contarse los saldos de las acciones armadas: Barcelona, Carúpano, Puerto Cabello, por acción represiva; más de diez periódicos clausurados; un balance de diez mil presos políticos durante los cinco años y dieciocho parlamentarios inconstitucionalmente detenidos y secuestrados. Todo en aras de mantener el orden. La Alianza para el Progreso, proyecto de John F. Kennedy para la región continental, fue el principal apoyo foráneo de la base infraestructural en esta etapa.
Los gobiernos de Raúl Leoni (AD) y Rafael Caldera (Copei) sostendrían la misma tónica, tanto en sus posturas de políticas económicas como en lo policial-militar. En contexto de insurrección armada por parte de la izquierda revolucionaria, la cual fue pulverizada y obligada a "pacificarse" a principios de la década de 1970, el puntofijismo fue dándole un molde más definido a su proyecto. Por supuesto, el molde fue prestado por las transnacionales y el complejo militar-industrial gringo. El molde del puntofijismo fue prestado por las transnacionales y el complejo militar-industrial gringo. El objetivo se expresó en la Carta Económica de Mérida, declaración aprobada por Fedecámaras en la XVIII Asamblea Anual. El documento se basó en la creencia de que el interés general de la colectividad coincide exactamente con los intereses de los empresarios. Prácticamente el tiempo en que duro el Pacto de Punto Fijo, 40 años, Venezuela permaneció con las garantías constitucionales suspendidas, hubo no menos de 6000 muertos y desaparecidos por la acción represora de los gobiernos ADECOS COPEYANOS, en lo social, político y económico cada gobierno era peor que el anterior, es por todo ello que los adecos, copeyanos y sus derivados no volverán a gobernar a nuestra amada Venezuela. ¡Dígalo ahí!