Este 10 de diciembre vamos a otro evento electoral sumamente importante, donde nuevamente nos jugamos el destino de la patria.
Los candidatos para alcaldes y alcaldesas, del color que sean, del partido que sean, deben darse cuenta de la tremenda responsabilidad que implica tener un cargo como ese, en el momento histórico que vivimos.
Las alcaldías son quizás, los puestos de gobierno más cercanos al pueblo en estas estructuras de poder que, nos guste o no, aun conservamos.
Pero como bien nos recordó muchas veces el comandante Chávez, acercarle el poder al pueblo no es la meta, el verdadero fin de las revoluciones es la entrega del poder al pueblo organizado.,
Bajo las actuales circunstancias, los alcaldes tienen obligatoriamente que mandar obedeciendo, ese será el mandato que reciban de sus votantes. Deben aprender a escuchar, analizar y discutir con los voceros y voceras los proyectos que verdaderamente son urgentes y necesarios, y actuar acorde a las decisiones tomadas en asamblea, nunca unilateralmente a lo adeco/copeyano, como todavía, lamentablemente, lo hacen muchos.
Más importante aún, deben apoyar a los movimientos sociales patriotas y ayudar en la organización de los ciudadanos, para lograr la unión necesaria en esta época tan incierta de guerra, donde el enemigo busca por todos los medios , sembrar el caos, la división, el desánimo y apuesta con todo a la destrucción de la revolución bolivariana, para volver, tal como nos lo advirtió el comandante, a tratar de restaurar el neoliberalismo y volver al fascismo cuarto republicano, pero hoy repotenciado y envalentonado por el apoyo de la maquinaria de guerra imperial.
Aprovechen estos días de campaña, para tomarle el pulso al pueblo, al chavista y al de la oposición, conocer sus problemas y buscarles soluciones lo más rápido posible, recuerden que su discurso vendrá a enfrentarlos una vez electos, y los de abajo estamos cansados del engaño.
La derecha fascista arreciará sus ataques, en todos los frentes, ya comenzaron los saboteos eléctricos, con el agua, y en el plano económico ni hablar, es allí donde más daño nos hacen demostrando que en su afán por retomar el poder para entregarle el país a las corporaciones internacionales son capaces, y lo que es más, buscan ya descaradamente,, llevarnos a una guerra fratricida.
En estos tiempos de conflicto, recuerdo con frecuencia una frase del poema gaucho "Martin Fierro" que llevo grabada desde la infancia:
"Sean unidos los hermanos esa es la ley primera, si entre hermanos se pelean se los comen los de afuera"