La candidatura de Eduardo Samán y la necesidad urgente de que Maduro se rodeé de nuevos cuadros

Cada vez que Nicolás Maduro anuncia un nuevo cambio de ministros, generalmente es blanco de acusaciones de parte de muchas personas porque, en la gran mayoría de los casos, simplemente se rotan en sus cargos a un grupo muy pequeño. "¡Siempre los mismos! ¿Es que no hay más gente en este proceso?", es la pregunta que se hace mucha gente en las calles y en las redes sociales.

Sin embargo, casos como el recientemente ocurrido con la empresa Citgo, en la que seis altos directivos, con el aparente apoyo del presidente de Pdvsa, decidieron colocar a esta gigantesca empresa refinadora de petróleo y vendedora de gasolina, responsable de una inmensa parte de los ingresos de divisas al país, como garantía para una inversión cuyo fin era enriquecerlos ilícitamente, es sin duda para pensar mucho.


Estamos hablando, en primer lugar, de una empresa gigantesca, que cuenta con 6.000 estaciones de servicio, 3 refinerías, 48 terminales de almacenamiento y distribución y decenas de miles de empleados en suelo estadounidense. Genera ingresos de miles de millones de dólares anuales, vitales para nuestro país. En medio de la crisis que vive Venezuela, el que algún día esa garantía terminara ejecutándose, Citgo fuera embargada y pasara a ser propiedad de prestamistas estadounidenses, hubiera acentuado inmensamente la crisis que vivimos a un punto indescriptible.

¿Cómo es posible que seis altos directivos, quienes ya de por sí vivían muy bien gracias a sus altos cargos, hubieran podido confabularse de esta manera, sin que ninguno de ellos protestara o denunciara esta marramucia, o su conciencia los reprendiera? Peor aún: parece que algunos actuaban como espías del gobierno estadounidense, y hasta se habían sacado la nacionalidad de ese país para estar mejor "protegidos".

Cosas como estas sin duda que deben hacer que Maduro se piense muy bien antes de incluir en su equipo a personas de quienes no tenga referencias, que no considere probos o de quienes no haya garantías de que sean honestos, leales, eficientes, buenos en su área y con ideología sólida. Sin duda que son muchos requisitos. Y tantas traiciones tan graves que ha sufrido este proceso (basta recordar a Miquilena, Baduel, Rodríguez Torres y otras personas que en su momento eran queridas y muy estimadas por el pueblo chavista) han hecho que se desconfíe de cualquier nuevo cuadro.

Mismas personas en los cargos, rotadas cada pocos meses

Pero, por otro lado, el reuso de un pequeño grupo de personas en una gran cantidad de cargos también tiene sus consecuencias. De repente, alguien lo hizo muy bien en un cargo, porque es muy buena en el campo en el que se le asignó, es lo que conoce y lo que estudió. Pero luego se le coloca en otro cargo en el que no tiene experiencia o capacidad. Y pone la torta. Y luego la movemos a otro cargo que tampoco conoce, y también lo hace mal. Y la movemos a otro, y lo hace peor. Así terminamos "quemando" a buenos cuadros, en vez de dejarlos en cargos que sí dominan y conocen.

También ocurren otros casos, en los que a una misma persona se le colocan 6 o 7 cargos distintos:

  • Ministro del poder popular
  • Presidente de dos o tres instituciones
  • Vicepresidente de área
  • Vicepresidente del Partido para la región tal
  • Jefe de campaña del candidato tal
  • Supervisor de las UbCh de la zona tal
  • Encargado de la base de misiones del sector equis.

Y es imposible que alguien que tenga tantos cargos pueda hacerlo bien con todos. Termina desgastado, cansado y desprestigiado.

Supe que algo así pasó con uno de los ministros de Cultura que tuvimos este año: además de ministro, tenía varias funciones y cargos adicionales, entre ellas las de asumir roles internacionales en un momento muy crítico para el país. Le costaba muchísimo cumplir con sus deberes como ministro: tenía cientos de papeles y puntos de cuenta sin firmar; personas que él no conocía estaban colocadas en puestos clave, tomando decisiones absurdas y abusando del poder, diciendo que lo hacían en su nombre o con su conocimiento. Fue una de las peores gestiones que tuvimos, pero la verdad yo sigo creyendo que él es una persona muy valiosa para esta revolución. Simplemente no debió aceptar tantos cargos, sino concentrarse en uno.

Otros casos son las quejas sobre innumerables personas, que no mencionaré aquí, que eran ministros, alcaldes o gobernadores, abandonaron su cargo para lanzarse a Constituyentes, ganaron y luego abandonaron ese cargo para lanzarse a las elecciones de gobernadores o a las de alcaldes. ¿Por qué tanto cambio?

Ministerios que cambian su jefe cada tres meses

En otros casos, vemos ministros que apenas duran 2 ó 3 meses en sus cargos para luego ser trasladados a otra posición. Y luego, a otra. Y a otra. ¿Quién puede hacer una buena gestión en un ministerio o en cualquier ente público o privado si apenas dura 3 meses allí?

Podemos dar el Ministerio de la Cultura como un ejemplo. En él hemos tenido cuatro ministros en lo que va de año... ¡y aún no ha terminado 2017! Un nuevo ministro puede que necesite un año completo o más para conocer la institución que acaba de asumir, sobre todo si tiene entes adscritos y si tiene presencia a nivel nacional (Cultura tiene 30 entes adscritos, pero hay ministerios, como el de Industrias, que tiene 80). Los ministerios tienen que introducir la solicitud de presupuesto una vez al año, y sólo puedes hacerlo bien si conoces el Ministerio, sus problemas y prioridades.

Los cambios excesivos de ministros no sólo dificultan o imposibilitan una adecuada gestión, sino que causan cambios excesivos de directores y personal gerencial, que a veces son reemplazados por nuevos jefes que llegan maltratando o abusando del personal, como ya nos ha pasado varias veces este año, haciendo cambios y tomando decisiones a la carrera pues saben que ellos tampoco durarán más de unas pocas semanas.

"Yo no vine aquí a resolver problemas; vine a cumplir una misión", nos dijo uno de los jefes que tuvimos este año, que duró mes y medio en su cargo. Nunca entendí cuál era "su misión", pero una de las cosas que hizo fue sacar del aire más de 30 programas de la emisora Alba Ciudad y maltratar a personal muy comprometido con el proceso revolucionario.
El personal del Ministerio termina harto de los cambios, de enfrentar a nuevos jefes que llegan cada 2 meses queriendo cambiar todo y destruir lo hecho en la gestión anterior. Los trabajadores terminan por un lado predispuestos y con ganas de pelear contra quien se venga, o desanimados, sin iniciativa y sin motivación, en un ambiente hostil donde a nadie le interesa solventar problemas estructurales, sino hacer cosas que sean muy visibles mediáticamente, para aparentar que sí se está haciendo gestión. Al final, tenemos que no funcionan los ascensores, aires acondicionados ni equipos; personas sin ética se roban los activos sin que hayan investigaciones ni sanciones, y los trabajadores se enferman al tener terribles condiciones de trabajo.

Así, una parte del personal se desespera intentando escapar de un espacio donde se enferman o se sienten inútiles: buscan trabajos en otros lados, solicitan comisiones de servicio o se ofrecen en apoyo institucional para ser trasladadas a otras instituciones, solicitan reposos médicos o meten cualquier otra excusa para no estar allí. La institución termina paralizada y enferma. Es un gran reto el que tiene el nuevo ministro de Cultura para levantar la moral de los trabajadores y reconstruir la institución... si es que dura el tiempo suficiente.

Yo no sé si alguien se lo ha manifestado al Presidente Maduro. Pero él debe saber que hacer esos cambios cada pocas semanas no ayudan para nada a la revolución que deberíamos ayudar a construir. Visto desde aquí abajo, desde donde estamos los trabajadores y la gente, es un caos y un desastre terrible.

Crisis sin precedentes

Instituciones con tantos problemas no pueden ayudar a abordar la situación sin precedentes que vive Venezuela, en la que se combinan una gran cantidad de factores:

  • Caída de los precios del petróleo.
  • Caída de la producción petrolera, admitida por el gobierno recientemente al descubrirse los escándalos de corrupción en Pdvsa, Citgo, Petrozamora y otras empresas petroleras estatales.
  • Sanciones y bloqueos propiciados por el gobierno estadounidense y solicitados a ellos por miembros de la oposición venezolana, para impedir que el gobierno venezolano pueda adquirir alimentos y medicinas e incrementar así la crisis.
  • Imposición por parte de páginas como DolarToday, de un valor artificial e injustificado para el dólar paralelo, que es usado como referencia por los empresarios y comerciantes a la hora de fijar precios, y es aumentado constantemente, sin ninguna base real, depreciando artificialmente la moneda venezolana.
  • Sabotaje en la economía por parte de los empresarios locales, que acaparan, especulan, remarcan precios diariamente basándose en DolarToday (aún en productos que no son importados) y contrabandean productos a terceros países. O simplemente disminuyen la producción e importación de productos.
  • Sabotaje en la producción: campesinos y hacendados dejan de producir alimentos por razones diversas: políticas, de inseguridad, imposibilidad de conseguir materias primas o de repuestos para los equipos y transportes. O al menos eso alegan.
  • Inflación sin precedentes, causada por todos los problemas anteriormente descritos, pero también por la escasez de productos y servicios.
  • Imposibilidad de encontrar determinadas medicinas, lo que pone en peligro la salud y la vida de numerosísimas personas.
  • Problemas graves en la disponibilidad de efectivo, que es extraído del país por mafias de forma masiva.
  • Problemas graves en los sistemas de transporte público: aumentos injustificados y no autorizados de las tarifas, disminución de las unidades en funcionamiento por la dificultad de conseguir repuestos, recorte en los horarios alegando inseguridad, todo esto aunado a la dificultad para la gente de conseguir efectivo.
  • Colapso de los puntos de venta, bancos y mecanismos para el pago electrónico.
  • Incapacidad por parte de las instituciones del Estado en poner orden, evitar las innumerables violaciones de las leyes y sancionar a los infractores.
  • Corrupción por parte de funcionarios, guardias nacionales, efectivos policiales y empleados públicos, con la complicidad y el apoyo del sector privado, que es el que más se beneficia de ella.
  • Paralización de empresas públicas y privadas por la dificultad de importar materia prima, repuestos y equipos.
  • Deserción del personal técnico de las empresas del Estado, bien sea porque se van a empresas privadas o encuentran formas de trabajar para empresas extranjeras ganando en dólares.
  • Cientos de miles de jóvenes, profesionales y familias se van del país, incluyendo personal que se formó en universidades públicas y del Estado.
  • Una inexplicable tardanza en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para aprobar las leyes necesarias para intentar solucionar los problemas económicos, a las que se sumó que aparentemente apartaron a aquellas personas, como Isaías Rodríguez, que exigieron que la ANC tenía que abocarse a esto con urgencia.
  • Reaparición o intensificación de problemas superados en el pasado, como las personas que consumen alimentos de la basura o los llamados "niños de la calle".
  • Todo esto como parte de la lucha de 18 años que tiene la extrema derecha y los gobiernos extranjeros, por recuperar el control de un país que ocupa los primeros lugares del mundo como reserva de hidrocarburos, oro, hierro, coltán y muchos otros minerales, agua potable, tierras cultibvables y una posición geográfica envidiable.

El Ejecutivo ha tomado medidas importantes para paliar los graves problemas de escasez y dificultad de adquirir alimentos y medicinas, entre ellas los aumentos de sueldo frecuentes, las bonificaciones y subsidios directos a la población, la distribución de alimentos a través de los Clap o la de medicinas a través del sistema de salud y un número 0800. Nadie puede negar el interés del gobierno en solucionar los problemas, a pesar de los problemas puntuales que suelen presentarse en estos mecanismos, bien sea por su novedad o por los errores que puedan cometer las personas.

Sea como sea, las medidas son insuficientes y la gente poco a poco se agota por problemas económicos que, lejos de solucionarse, tienden a intensificarse cada año. El país tuvo que enfrentar cinco meses de protestas violentas este año, que dejaron unas 150 personas muertas. Y apenas terminan, tuvo que enfrentar la intensificación de esta guerra económica. Nada garantiza que no se repitan estos escenarios en el futuro; las esperanzas de que estos conflictos se solucionen pronto simplemente se desvanecen.

Llegan las elecciones de alcaldes

En medio de esta crisis, se anuncian las elecciones municipales tras la contundente victoria del Psuv en las elecciones de gobernadores del 15 de octubre de 2017. Los partidos chavistas que conforman la alianza conocida como el Gran Polo Patriótico tenían meses acumulando su molestia al ser ignorados por el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv, partido chavista con más militantes) y convocados únicamente para apoyar los candidatos que este partido escogía unilateralmente. Sus cuadros y piezas eran ignorados y echados a un lado vez tras vez, justificándose en la necesidad de ser disciplinados ante el fuerte conflicto que se vive con la oposición, y en el hecho irrefutable de que el Psuv es el partido con más miembros en el país.

El conflicto finalmente explotó con estas elecciones luego de que el Psuv se hubiera atribuido una vez más el derecho de escoger el candidato único del chavismo para los 335 municipios. Los partidos pequeños del GPP se cansaron y lanzaron sus propios candidatos en muchos municipios, aprovechando que los partidos principales de la oposición (Primero Justicia, Acción Democrática y Voluntad Popular, entre otros) anunciaron que no participarían en las elecciones.

El Presidente Maduro emitió unas duras declaraciones en las que les exigía disciplina a los partidos pequeños y unificación de las candidaturas o sino se tomarían medidas estructurales contra ellos, lo que endureció el debate y causó conflictos entre fuerzas del chavismo en algunos municipios.

Angel Prado

Sin embargo, los candidatos alternativos del chavismo fueron recibidos con mucho entusiasmo en algunos lugares, como manifiesta el exministro de comunas Reinaldo Iturriza en un artículo reciente. En el municipio Simón Planas del estado Lara, las comunidades organizadas propusieron que Angel Prado, una persona que había sido elegida como constituyente por más de 13 mil votantes del municipio, regresara allí y se lanzara a alcalde (consideraban que desde la ANC en Caracas no estaba haciendo nada por ellos), para continuar trabajando directamente con la comunidad. Prado también contó con el apoyo de partidos pequeños, como el PCV, PPT y Tupamaros, pero el más importante era el de los comuneros de Simón Planas, incluyendo la conocida comuna El Maizal.

La dirección nacional del Psuv, cuyo candidato a la Constituyente para ese municipio sólo sacó 3 mil votos, no estuvo de acuerdo con la candidatura de Angel Prado y la directiva de la Asamblea Constituyente finalmente no le dio la autorización.

El caso de Eduardo Samán

En el municipio Libertador de Caracas, el mayor de los 5 que conforman la ciudad capital, el Psuv escogió como candidata a una persona que ha sido ministra de comunas, ministra del Despacho de la Presidencia (en varias ocasiones), ministra de agricultura urbana, gobernadora de Cojedes y quien hace pocas semanas fue elegida como Constituyente. En los últimos 12 meses ha ejercido cuatro cargos distintos y aspira al quinto. Yo no tengo nada contra ella como persona y no dudo de su carácter revolucionario, pero caray... ¿no será que parte de nuestros graves problemas se deben a que no hemos tenido funcionarios que asuman un cargo y se concentren únicamente en él, por el tiempo que sea necesario? ¿Qué nos garantiza que en unos meses no dejará una vez más su puesto de alcalde, para dedicarse a otra cosa?

Eduardo Saman

Al mismo tiempo, también se lanzó Eduardo Samán, a quien conozco en persona y me consta su amplitud de ideas, su honestidad y sus ganas de trabajar. Ha sido uno de los pocos subalternos del comandante Hugo Chávez en cumplir instrucciones que él dejó, como el darle gran importancia a las tecnologías libres, un tema que él consideró vital como gran luchador antiimperialista y conocedor del tema de las patentes y el robo del conocimiento por parte de las corporaciones, que dominó muy bien como director del Sapi (Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual).

Por razones que nadie ha querido explicar, Samán fue apartado del proceso bolivariano tras su salida del Ministerio de Comercio en 2010, y un breve regreso al Indepabis en 2013. Tras años de ser relegado dentro del Psuv, se convirtió este año en militante del partido Patria Para Todos (PPT, chavista) y recibió el apoyo de ese partido y del Partido Comunista de Venezuela (PCV, chavista), en el que también militó, para lanzarse a alcalde por el municipio Libertador, el más grande de los cinco municipios que conforman Caracas.

Respeto a los militantes del Psuv y las personas que piensan que hay que apoyar a la candidata escogida por dicho partido, pero algunos creemos que, por el bien del propio Presidente Nicolás Maduro y del proceso revolucionario, es necesario trascender del pequeño grupo de personas a quienes se escoge y rota continuamente para los cargos públicos, y permitir que otros camaradas revolucionarios, capacitados y honestos lo ayuden.

Samán es una persona honesta y comprometida. Indira Carpio hizo un importante resumen de sus aportes para la revolución y de cuales son sus orígenes, que recomiendo a quien busque más información sobre él.

En el gobierno hay una preocupación legítima: el año que viene son las elecciones presidenciales, para las cuales ya se anunció que Nicolás Maduro será el candidato del chavismo, y se teme que aparezcan candidatos "alternativos" que puedan restarle votos y faciliten una victoria a la oposición. Se dice que Eduardo Samán forma parte de ese grupo de personas que simplemente buscan restar autoridad a Maduro y poner en peligro el proceso bolivariano, por lo que algunos han iniciado una dura campaña de desprestigio contra él. Incluso afirman falsamente que él piensa a lanzarse a candidato presidencial el año que viene.

Samán, sin embargo, ha ratificado que él es chavista, que él viene a trabajar con Nicolás Maduro y no viene a hacerle ninguna guerra. "Nosotros vamos a trabajar con el Presidente Maduro porque somos chavistas, somos maduristas; nosotros no vamos a llegar a ser oposición, ni vamos a llegar a derrocar a nadie, ni a hacer golpes de Estado", indicó Samán en una entrevista que le realicé hace unas semanas. "Nosotros vamos a llegar a rescatar nuestra ciudad y a repotenciar el chavismo, porque somos chavistas y revolucionarios; eso nadie nos lo puede quitar".

Incluso ha estado dispuesto a renunciar a su candidatura si la oposición llegara a tener alguna posibilidad de vencer. "¡Jamás vamos a poner en riesgo la revolución! Si la oposición llega a representar una amenaza, cualquiera de nosotros, si es revolucionario, está dispuesto a declinar a favor del otro para que no llegue la oposición".

Por supuesto, eso no significa que él no tenga diferencias con algunos ministros o dirigentes del chavismo, o que no proclame públicamente sus desacuerdos con determinadas decisiones, tal y como lo hace todo chavista en estos momentos en las calles, cuando expresa sus molestias con la inflación, la especulación, la escasez, la banca, el transporte público, el efectivo, el DolarToday, las medicinas o los cientos de problemas que estamos viviendo. El que alguien esté en desacuerdo con una decisión o con un funcionario no significa que esté en contra de la revolución, algo que nos cuesta entender cuando estamos acostumbrados a escuchar medios públicos que suprimen el debate entre revolucionarios y nos hacen creer que todos estamos de acuerdo en todo.

Es un hecho que, en las elecciones de este 10 de diciembre, el mapa electoral se va a tornar rojo en la mayoría de los municipios y va a haber una contundente victoria del chavismo en todo el país.

Pero pregunto a los trabajadores y periodistas de VTV, Telesur y otros medios públicos: Si Samán llegase a ganar en el municipio Libertador, ¿qué color piensan poner en el mapa del municipio? ¿Azul? ¿Verde? ¿Morado?

Samán es el candidato del PCV y del PPT, dos partidos revolucionarios y miembros del Gran Polo Patriótico; los partidos que, además, traen más votos al chavismo inmediatamente después del Psuv. Samán se proclama chavista y quiere trabajar con Maduro. El mapa será indudablemente rojo, no importa si gana él o la candidata del Psuv.

Hay quien teme que la división del voto chavista traiga la victoria a la oposición. Hay que recordarles que los candidatos opositores en el municipio Libertador son Oscar Arnal por Copei, Maribel Castillo por Avanzada Progresista, Nicmer Evans por Nuvipa y Manuel Isidro Molina por UPP89 (pueden consultarlos en esta página del CNE). La mayoría de ellos son absolutamente desconocidos. Ni Primero Justicia, ni Voluntad Popular ni Acción Democrática lanzaron candidatos. La oposición prácticamente no ha hecho campaña y la mayoría de los militantes opositores tienen pensado abstenerse, en medio de sus contradicciones por haber convocado las guarimbas violentas de este año, pero luego llamar a participar en las elecciones de gobernadores en octubre. Por ende, es muy poco probable que un candidato opositor llegue a ganar en el municipio.

Todos sabemos que 2018 va a ser un año muy difícil. De mi parte, el Presidente Maduro tiene mi apoyo, pero sin duda son muchas las cosas que tiene que corregir en su gobierno para poder tener, a partir de 2018, seis años de recuperación y crecimiento económico. Creo que el ingreso de nuevas personas en su equipo, a pesar de lo difícil que pueda ser tras vivir casos como el de Citgo, es vital.

No sé si Samán vaya a ganar el 10 de diciembre, dado que él no cuenta con la maquinaria, las ventajas ni el acceso a los medios de comunicación con que cuenta la candidata del Psuv. Pero sí creo que va a tener un importante apoyo, que debe ser respetado y escuchado. Ni él, ni quiénes le apoyen, deben ser tratados como traidores, divisionistas o desleales. Todos somos chavistas, pero a veces el maltrato y los ataques procedentes de algunos de los dirigentes del Psuv, lejos de ayudar a la unidad, la resquebrajan y espantan a gente muy valiosa y necesaria.

Hay que entender e interpretar muy bien la opinión que manifestará el pueblo el próximo domingo. El voto por Samán debe entenderse no sólo como el apoyo del pueblo a una persona que siempre ha sido revolucionaria, eficiente, leal y trabajadora, sino como el mensaje del pueblo bolivariano al Presidente Maduro para que incluya y dé espacios a nuevos cuadros y personas valiosísimas en nuestra revolución. Hay que permitir nuevas formas de hacer las cosas, nuevas formas de trabajar, nuevas estéticas y lenguajes.

Es muy necesario para mantener este proceso, sobre todo en la crisis que vivimos.



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Luigino Bracci

Estrecho colaborador y antiguo miembro del equipo editor de Aporrea. Bracci es un celoso defensor del Software Libre y de la libertad de expresión.

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