No nos equivocamos en nuestro diagnóstico cuando afirmamos que la lucha por llegar y ganar la estratégica alcaldía de Municipio Libertador de la Caracas libertaria estaba en el triunfo electoral de la camarada Érika Farías, caraqueña de pura cepa y mujer de recios quilates políticos y que cuenta con experiencia política y gerencial en diversos niveles administrativos del más alto nivel, como ministra o gobernadora.
Ser elegida candidata en las difíciles condiciones políticas y en medio de la enorme e intensa crisis económica impuesta por la oligarburguesía y el imperialismo yanqui que vivimos como pueblo y como nación, significaba para la candidata y para todo el campo revolucionario, un enorme reto que ponía en un segundo lugar cualquier otra consideración que no fuera retener el control político de la ciudad de Caracas, apetecida por las fuerzas de la extrema derecha que en eso han puesto todas sus energías, aun cuando el grave error de los partidos de la derecha fascista debilitaba la estrategia golpista.
Esas elecciones municipales no eran unas elecciones a darse en tiempos normales. El imperialismo, con su teoría del golpe de Estado permanente, fracasada la insurrección armada y terrorista que duraría 120 días con su terrible saldo de muertos y destrucción, buscó otros caminos en su estrategia subversiva, dividir el campo revolucionario era uno de esos, sobre todo en ciudades estratégicas como Caracas, Maracaibo y otras. La candidatura de Érika obligaba a cerrar el cuadro político, no por economía del voto o por pensar que otras opciones de la izquierda no tuviesen valor, sino por lo que se estaba arriesgando, perder Caracas era una derrota muy grande cuando tenemos a la vuelta de un año las elecciones presidenciales.
38 días de intensa y agotadora campaña electoral, acompañada de un Comando de Campaña y una maquinaria política psuvista en funcionamiento, lo que se tradujo en cientos de visitas a comunidades, reuniones, asambleas con el pueblo llano que le planteaban sus necesidades y propuestas para la solución de los muchos problemas no sólo de tal o cual comunidad, barrio o urbanización sino de parroquias y la ciudad misma. Todas las parroquias de Caracas fueron visitadas, unas con más intensidad que otras dado el corto tiempo de la campaña.
Hay, a nuestro juicio, tres circunstancias que favorecieron el triunfo de Érika Farías.
La primera es que la candidata es oriunda de Caracas, y ese hecho tocó la fibra regionalista de muchos votantes que veían por primera vez que al alto cargo era postulada una nativa de la ciudad. Primera vez porque por esa alcaldía han pasado alcaldes de Barinas, Guárico, Lara, Miranda, Táchira pero de la ciudad nunca los partidos, fuesen de derecha o de izquierda, ya la Revolución Bolivariana en el poder, todos los líderes que fueron postulados por el Psuv y las fuerzas patrióticas ninguno era oriundo de Caracas, por eso cobra mayor fuerza e importancia el hecho que la candidata si es nativa de la ciudad cuna del Libertador Simón Bolívar y del Generalísimo Francisco de Miranda. Un hecho que le da más fuerza es que su estirpe de mujer humilde, proletaria, oriunda de la caraqueñísima parroquia San Juan y coterránea, nada más y nada menos que de los hermanos Aquiles y Aníbal Nazoa, también oriundos de San Juan y figuras estelares de la cultura venezolana.
La segunda es la circunstancia que la Alcaldesa Érika Farías es mujer. Mujer que alcanza ese sitial político porque sólo con una revolución de corte socialista como la que se construye en Venezuela, que está emancipando a la mujer, sacándola del atraso y la secular opresión machista elevándola a estadios de dignidad y grandeza sólo soñados por las revolucionarias y revolucionarios de todo el siglo XX, elevándola a un plano real de igualdad con el hombre, abriéndole posibilidades de estudios, preparación del más alto nivel, cargos de las más altas jerarquías en el poder judicial, en el TSJ, en el Poder Electoral, en la defensa del país alcanzando los mayores grados militares, hecho éste impensable en la Cuarta República. Ministras de Defensa, Salud, Educación Universitaria, Comunas; diputadas, constituyentistas, rectoras de universidades, deportistas de alto nivel… Esa es la herencia que carga esta caraqueña en sus espaldas, la emancipación de su género y ese hecho le abre muchas puertas porque las mujeres se sienten identificadas y reivindicadas. De nada sirvió la misoginia de algunos articulistas que se asumen de izquierda y soterradas campañas anti femeninas, incluso le dieron ese matiz a otras candidaturas.
La tercera circunstancia es la juventud de Érika. Eso no es cualquier cosa para una gobernante de una ciudad compleja y difícil como lo es Caracas. La fortaleza física y mental del ser joven física y mentalmente le va a permitir acometer la complejidad de los problemas de una ciudad donde el capitalismo ha logrado mellar la conciencia de muchos ciudadanos y ciudadanas creando una crisis ética, de carencia de sensibilidad, de una mentalidad ambiciosa, inescrupulosa, mercenaria en muchos sectores populares y en un lumpen delincuencial desatado. La conducta de un alto porcentaje de los choferes, de los llamados bachaqueros, de los comerciantes, de esos jóvenes que se enrolaron en la violencia terrorista, todo ello evidencia una descomposición moral que amerita políticas para reorientar y generar conciencia en esos sectores, y sólo una líder joven, con un equipo capaz y apoyándose en el pueblo, en el verdadero poder popular, nuestro pueblo de las dificultades, puede acometer esos retos humanos y ganar para la redentora causa revolucionaria, con la justicia que sólo permite el pensamiento humanista del socialismo y el chavismo, a esos sectores populares desviados. Claro esa no es sólo una política de la alcaldía sino del Gobierno del Presidente Nicolás Maduro.
La caraqueña obtuvo el 66,17% de los votos, más de 500 mil sufragios, de cerca de 900 mil. Esas cifras hablan por sí solas. Las otras candidaturas quedaron evaporadas, las de la derecha y también las de izquierda. Ahora, ¿qué se plantea? Ya lo dijo el presidente la noche del 10 de diciembre, después de conocerse los resultados del conteo de los votos. Señaló el primer mandatario que el camino de la Revolución es la unión popular, es tiempo de unidad grande, de unidad antimperialista, y desde nuestro punto de vista ¿cómo se traduciría eso en políticas concretas?
En un gesto de amplitud chavista, llamar a compañeros del chavismo, que son honestos y luchadores, al gobierno regional y tomar en cuenta su importante programa, aprovechar la capacidad y conocimientos de estos camaradas. Estoy seguro que podrían aportar mucho al nuevo gobierno de Caracas. La dirección de la Revolución tiene la palabra en ese sentido.