Sin duda, uno de los elementos de mayor preocupación de la familia venezolana, y uno de los principales desestabilizadores de la estabilidad emocional y psíquica de la clase trabajadora tiene que ver con el tema económico. Es el principal dolor de cabeza y los esfuerzos que se han tratado de hacer en ese sentido han resultado ser hartos insuficientes, producto de las debilidades estructurales que tiene el modelo económico venezolano.
Sin duda nos alegra que la cotización ilegal del dólar haya caído de manera ostensible, y que los precios del petróleo se estabilicen y el impacto que ha generado la implementación del petro en la economía mundial. No obstante, los problemas de la microeconomía, de la cotidianidad del venezolano y la venezolana de a pie no solo que continúan, si no que en algunos casos se ha incrementado, y requiere de la atención no solo del Gobierno Bolivariano, sino de todas y de todos nosotros.
Y creo, como cuadro político militante de esta Revolución y defensor de Derechos Humanos, que estos problemas en la que somos agredidos todos los venezolanos y todas las venezolanas no se resolverán con las recetas y dogmas de la macroeconomía. Estos temas que afectan la cotidianidad de todos y de cada uno de nosotros y de nosotras (por aquello de la equidad de género), deben ser abordados desde la microeconomía. Aplicando aquella máxima de Simón Rodríguez: "O inventamos o erramos".
Fue en el año 2014, cuando uno de los mercenarios económicos con los que cuenta la derecha venezolana, Ángel García Banchs, develó el verdadero plan del imperio en contra de Venezuela. Estaba incipiente y en una caída en barrena los precios de nuestro principal producto de exportación: el petróleo. El referido "experto" señaló en aquella oportunidad (el video donde hizo estas declaraciones se mantiene en youtube y acá dejo el link para los interesados e interesadas https://www.youtube.com/watch?v=VY_I0RELmmY) mencionó la perforación del control de cambio y del control de precios, a objeto de que esto ocasionase una explosión social que obligase a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a intervenir en la coyuntura venezolana. Tales aseveraciones, a mi criterio, constituyen un llamado abierto y sin ningún tipo de disimulo, a un Golpe Militar en contra de un Gobierno constitucional y legítimamente constituido.
Es un hecho público, notorio y comunicacional que estas aseveraciones de Banchs han sido el eje transversal de los ataques y el asedio que sufre nuestra Patria. Afortunadamente, la última parte del plan que tiene que ver con la insurrección de sectores reaccionarios de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana no se les ha concretado, y espero que no llegue concretárseles nunca, por la cantidad de personas que podrían morir en un escenario de esas características.
Pero, como de un tiempo para acá esos mercenarios económicos sostienen la tesis de hiperinflación en el país, no explicando que en más de un 90% la causa de la misma tiene que ver con los ataques a nuestra economía y a la cotización ilegal de la divisa estadounidense como ya lo he expresado en artículos anteriores, siendo este un año electoral, dichas agresiones han recrudecido y confiscado el poder adquisitivo de la familia venezolana, deteriorando aún más su calidad de vida.
Y si la memoria no me falla, tanto en la derogada ley de creación del Instituto de Defensa de las Personas para el Acceso a Bienes y Servicios (INDEPABIS) y la Ley de Costos y Precios Justos, se establece la obligación de que para la prestación de bienes, servicios y en los establecimientos y tiendas, tienen la obligación de exhibir en sus entradas los precios de los productos y servicios que ofertan, a fin de que el consumidor pueda conocer los precios previa a la cancelación de los mismos.
Eso sin contar como en panaderías, abastos y supermercados no te entregan bolsas para guardar los productos, sino que no conformes con venderte los productos con un precio exorbitante, tienes que pagar la bolsa del mercado para más inri.
Pues bien, es importante destacar que hoy en día, observamos como la mayoría de dichos establecimientos y tiendas de un tiempo para acá, han eliminado y derogado de facto estas disposiciones legales, y ahora no colocan dichos precios, y aumentando de una manera grosera los precios. Es decir, caímos en un estado de opacidad espeluznante.
Sin duda, a un poco más de 68 días para los comicios parlamentarios de Consejos Legislativos y de Concejos Municipales y presidenciales, entendiendo que la mayoría de los prestadores de servicios en nuestro país provienen de grandes empresas transnacionales, debo denunciar responsablemente la asunción de un rol mucho más agresivo por parte de estas empresas en contra no sólo del Gobierno Bolivariano, sino del pueblo y ciudadanía venezolana como un todo. Sin duda con esto se busca incrementar los niveles de descontento que justifique un proceso de transición política y cambio de régimen en Venezuela.
Nuestra dirigencia política debe abrir los ojos y percatarse que la realidad y la batalla en estos momentos están en las calles y en los diferentes establecimientos, en los negocios y comercios, con alimentos que son vendidos a precios especulativos por lo caro que están y ante la indiferencia de las autoridades.
Se dice que la palabra motiva, pero el ejemplo convence. Y aquí es donde algunos nos expresamos. ¿Por qué los líderes del PSUV y del Gran Polo Patriótico no se lanzan a la calle a ponerle los ganchos a los malandros disfrazados de comerciantes y a tomar el control de la producción de la harina, del arroz, del azúcar y de otros productos antes de que lleguen a los pillos de las cadenas de distribución?
En otras palabras, llegó la hora de "Rondón". ¡A la carga mis valientes! El pueblo debe también organizarse y salir a la calle, a la batalla por el ejercicio de nuestros derechos. Si el 12 y 13 de abril de 2002 salimos por nuestro Comandante, ahora debemos salir por todos y todas y seguro estamos que venceremos.
No podemos seguir esperando, tenemos que actuar ya. Pudiéramos estar al borde de perderlo todo, y no podemos dejar que la desesperanza y la frustración se apodere de nosotros. Alguien tiene que liderar las acciones. El pueblo está al borde de la desesperación, o actuamos o sucumbimos. Sin duda estamos en guerra, y es precisamente por eso que el enemigo es hábil y sabe lo que está haciendo. No podemos seguir a la defensiva, debemos pasar a la ofensiva. Debemos ir a una insurrección popular contra la desestabilización económica con Nicolás Maduro a la vanguardia.
Debemos actuar ya o esto se lo llevará quien lo trajo. Está bien la retórica, el discurso bonito y soñador, pero la realidad y el descontento que están en cada rincón de la patria pudieran jugarnos una mala pasada si no la atendemos oportunamente.
¡Bolívar y Chávez viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
¡Hasta la Victoria Siempre!