Eleazar Díaz Rangel, declaró: "Sí la abstención logrará un éxito, es decir más del 60% de los venezolanos no votaran, el cerco norteamericano sería más fuerte y factores opositores se fortalecerían".
Este punto de vista, aunque lo respeto, no lo comparto, porque cuando se celebra una elección presidencial en Venezuela, triunfa quien obtiene mayor cantidad de votos, con la excepción de Estados Unidos, entre otros países.
Sabemos que es tradicional que en nuestros procesos electorales participe un poco más del 60% del electorado; pero en situaciones como las recientes hemos visto la merma en tales participaciones producto de la apatía de mucha gente, otros que solo se dedican a criticar y cuando tienen realmente que opinar para que su opinión cuente no lo hacen, que es cuando tienen que votar en algún proceso electoral.
Independientemente de la participación electoral que se logre este 20 de mayo, esos serán resultados que afianzarán la revolución venezolana, aunque estoy seguro arreciará el ataque y bloqueo del gobierno de Estados Unidos, independientemente de la participación electoral con la que resulten tales comicios.
En las elecciones Parlamentarias venezolanas del 2005 la oposición se negó a participar y la abstención se situó en un 75%, lo que de ninguna manera deslegitimo al Gobierno, todo lo contario, debido a ello se pudieron realizar los cambios fundamentales que pedía nuestra legislación para ese momento.
Por otra parte, tenemos que en Estados Unidos se eligen los presidentes no por la mayoría de votos de sus electores, sino por el cuadre de su "Colegio "Electoral". Para ser elegido presidente de Estados Unidos hace falta alcanzar 270 votos de los 538 que conforman el Colegio Electoral, el sistema de segundo grado que efectivamente elige al presidente. Como ejemplo tenemos las elecciones del 2016 donde fue electo presidente Donald Trump; obteniendo 306 votos del colegio electoral contra 232 de Hillary Clinton; pero Clinton obtuvo 61.318.162 votos contra 60.541.308 de Trump; o sea con 2.8 millones de votos menos que Clinton ganó la presidencia; además desde 1972, la participación en unas elecciones presidenciales de USA no ha superado nunca el 60%.
Para poder votar en EEUU hay que registrarse, y ahí empiezan los problemas; mas de 51 millones de ciudadanos con derecho al voto no se han registrado; hay otros 24 millones (uno de cada ocho votantes) cuyo registro electoral ha dejado de ser válido o contiene "errores significativos"; unos lo llaman racismo institucionalizado, otros exceso de democracia, otros apatía. Lo cierto es que Estados Unidos, que pregona los valores del poder individual como fuente de democracia, tiene un problema con el nivel de participación en las elecciones.
En Venezuela, llueva, truene o relampaguee, reelegiremos a Nicolás Maduro, por lo menos hasta finales del 2024.