"El frente no estaba definido, sino que se encontraba allí donde estaba el enemigo: en todas partes y ninguna. De esta manera el frente de la guerra se desplazaba permanentemente hacia la retaguardia del enemigo, sin cesar (….) Un problema al que se le dio mucha importancia fue al de la retaguardia. Se edificaron bases de resistencia y se aumentó y defendió la producción agrícola. Esto era de vital importancia para el aprovisionamiento del frente"
Agustín Prima, la Guerra de Vietnam
"Si la ciencia es un proceso de acumulación de datos sobre un objeto observado, hay ciencia en la medida que aumenta la precisión, precisión que saldría del método cuantitativo. La expresión numérica de un fenómeno o una relación sería garantía de exactitud en la observación, de rigor en la formulación de la ley y de precisión en los límites de la predictibilidad. De este modo se reduce el problema de la ciencia a una cuestión de método"
Gloria Benedito, Psicología: Ideología y Ciencia
He leído un par de trabajo[i] sobre unas opiniones emitidas por Pascualina Curcio, en torno al fenómeno de la hiperinflación. La tesis y las investigaciones de Pascualina son bien simpáticas. Sobre esta particular manera de ajustar cuentas con los datos, escribí también un artículo que se publicó en este portal (Aporrea) con el título: Luis Britto García, Pascualina Curcio y su caprichosa (y positivista) teoría del dato[ii], en cual y como puede deducirse del título, la Dra. Pascualina Cursio le construye un tremendo y hermoso monumento al enfoque positivista, pero abona mucho en eso de escurrir el bulto, respecto a deudas que la revolución tiene pendiente y que se saldan con una "explicación" casi milagrosa.
Pero soy de la idea, que el tema es importante para el debate y para ello es necesario considerar, la parte I de una investigación que adelanta la Dra. Cursio y esta publica en el portal web: www.15yultimo.com con el título: Hiperinflación: Arma imperial (I). República de Weimar, 1923[iii]
Digamos que Pascualina en este trabajo, se mueve con lo que pudiera considerarse estudio de casos. Es muy difícil saber, las razones que la llevaron a seleccionar y comenzar con Alemania. Ella sólo lo sabe, pero puedo especular, que no fue una decisión inocente e ingenua o producto de meter en una bolsita 100 casos y salió (¡eureka!) Alemania de primero y los otros en lo orden que lo presentará en la posible parte de II. Se calcula que fue una elección adelantada con premeditación y alevosía.
Considerando, que más o menos este trabajo es como un estudio de caso, habría que preguntarse qué de común tiene la Alemania de 1923, con la Venezuela de hoy. ¿Tenía Alemania un RECADI II (CADIVI) que repartió dólares para importar de todo? ¿Era Alemania de entonces un país totalmente dependiente? ¿Era Alemania un país rentista? ¿Tenía empresas de maletín? ¿Vivió la Alemania de 1923 una fuga de capitales tan intensa como la que padeció Venezuela por estos años? ¿Tenía Alemania corruptos como lo hemos tenido Venezuela antes y ahora? ¿Se parece en verdad esta Venezuela a la Alemania de 1923?
Esta Alemania venía de una guerra de verdad. Hablando de guerra, le sugiero a Pascualina que incluya en esta especie de estudio de casos para su segunda parte a Vietnam, que como sabemos, vivió una cruel guerra de verdad con total desventajas y casi sin nada y mira donde llegó. Sufrió ataques de todo tipo y con todas las armas.
No mencionó el caso de Vietnam por capricho, sino porque de lo que trata específicamente Pascualina, es de justificar la guerra, el ataque y otras cosas para esconder un fracaso, que una pésima e incompetente defensa profundizó. Coloca su furia sobre el ataque, que era totalmente predecible y no sobre la preparación de las condiciones para la defensa. Si la guerra era inevitable, los generales abandonaron las tropas y se entregaron a la dulche vita y a vivir de los dólares, gastándolos en jueguitos con los créditos y los dólares preferenciales para importar. Como a Pascualina le encanta colocar las cosas en orden cronológico y lo demuestra estadísticamente; todo esto fue primero en Venezuela, que la hiperinflación que confrontamos. La hiperinflación es una consecuencia y no una causa del fracaso a defender y llevar con estricto control los procesos del "nuevo modelo productivo".
Por supuesto, el imperialismo tiene sus ojos en Venezuela y tiene también metidas sus manos. Ahora esa es una cosa y la otra es negar de plano, que este gobierno entre 2013 y 2018 se la ha puesto fácil al imperialismo, que sabemos al momento de defender sus intereses se viene con todo.
No voy confundirlos con un sancocho de datos para que se me pierdan entre gráficos y números. Voy a detenerme en precisar lo que dice Pascualina en este trabajo y lo que cuela no muy sutilmente. Como ya expresé. No veo como una casualidad que tomara el caso de la República de Weimar en 1923. Es para mí una "selección" fríamente calculada. Reproducir una cita con esto de "los empleados [que] recogían sus sueldos en bolsas o en carretillas, y corrían a las tiendas para comprar lo que necesitaban antes de que el constante descenso del valor del dinero las pusiese fuera de su alcance", es un mensaje con destino.
Pascualina expresa que el objetivo principal de este estudio es "demostrar, econométricamente, que la causa original de la hiperinflación en Weimar fue la depreciación del marco, que la expansión del dinero circulante fue la consecuencia de dichos incrementos de los precios". Nada de eso; su objetivo es justificar el fracaso en la defensa del modelo que se propuso en el primer y segundo plan de la nación.
Para eso hay que detenerse en ciertos detalles de este trabajo, como por ejemplo, precisar cuántas veces se repite en la investigación: La causa de la hiperinflación no fue la expansión del circulante en Alemania. Esta frase en diferentes formas o versiones se repite muchas veces. Esta repetición tan seguida y de forma distinta, tiene la intención de cuidar o dejar muy oculto, el fracaso de la defensa del proyecto de Chávez. Pascualina repite esto muchas veces y deja varias veces por ahí regada la conseja, sin querer queriendo, que los monetaristas están totalmente equivocados. No es que lo no estén, es que de tanto machacar, que la hiperinflación en la Alemania de 1923 no tuvo como causa la expansión de circulante, tiene el propósito de ponerla en la segunda parte, cuando trate el caso de Venezuela.
Para que tenga una idea de cuántas veces se repite de diferentes maneras esta frase en la investigación, me permito colocarle este corto párrafo, en el cual, el ritornelo se repite y repite en una pocas líneas de un párrafo.
"No es cierto que la hiperinflación en Weimar se detuvo por la contracción monetaria. Y es que no puede ser cierto cuando, como hemos demostrado, la causa del aumento de los precios no puede ser atribuida a la impresión de dinero. En otras palabras, aunque efectivamente hubiesen reducido la cantidad de dinero, dicha contracción monetaria no hubiese tenido efectos sobre la hiperinflación porque no era lo que la causaba. Lo que originó la hiperinflación, insistimos fue la depreciación independiente del marco el cual fue atacado y cuyo valor manipulado mediante publicaciones en los periódicos de la época". Es discúlpeme la expresión una cantaleta u una de esas canciones, que ahora repiten hasta el cansancio un tun-tun, con un par de palabras. (Subrayado es mío)
No sé porque razón, Pascualina no incluye el clásico caso de Chile. Claro en Chile no hubo empleados con carretillas de billetes, pero supongo que no incluyó este caso, porque el asunto es "explicar" la hiperinflación en Venezuela, dejando a un lado por interés muy particular; el fracaso estruendoso que la dirección política del gobierno produjo al no saber ni poder articular oportunamente una defensa al modelo que pretendía implementarse en el país. El antiimperialismo se acomodó a la buena vida y a la comodidad de la renta petrolera o un barril de petróleo en 100 o más dólares.
Otra frase que se repite mucho en esta parte I, como para que te la metas a juro en la cabeza, es esas, que los ataques a la moneda produce la hiperinflación. Se repite de distintas formas. No es que esto no lleva a una inflación o hiperinflación, pero la idea es de machar de diferentes maneras la frase para dejar a un lado el fracaso en la defensa del proyecto original. Se dimensionan los ataques y la pésima defensa al proyecto se omite.
Cuando el barril de petróleo estaba a 100 dólares, se mostraban los gráficos de barra y líneas de cómo descendía la pobreza, cuando bajaron los precios del petroleó y vimos la versión "socialista" de la Venezuela rentista, improductiva y dependiente, se guardaron esos gráficos y se comenzaron a buscar otros gráficos en otros países para justificar y explicar la mala defensa que ha hecho el gobierno sobre los ataques del imperialismo y la existencia ahora de la pobreza y miseria, que antes mostrábamos con orgullo, que los niveles se estaban superando.
Veamos:
"Es el caso que los ataques imperiales a las monedas y los procesos de hiperinflación que estos generan, especialmente el vivido en Weimar, no solo derivó en pobreza, miseria y muerte, además abonó el terreno para el surgimiento y la consolidación de partidos y de gobiernos autoritarios, dio paso al fascismo y al nazismo, llevó a Adolf Hitler al poder." Como dijo la señora Amaranta Rojas; el nazismo y Hitler aparecieron producto de esta hiperinflación.
Si la derecha vuelve, que según dice no volverá, el responsable es el imperialismo. No hay otros responsables por el fracaso y con una inmensa cantidad de recursos dilapidada. La miseria y el hambre no es responsabilidad de no haber hecho todo lo que debía hacerse para apalancar un nuevo modelo económico productivo con énfasis en lo endógeno. La miseria y el hambre que hoy también existe a lo interno, nadie es responsable. Si algo ha hecho esta dirección política es abonar el terreno para que la derecha vuelva. Los errores pesan más que la acción política de la derecha.
Al final, "el no volverán" se volvió hueco porque, el imperialismo volvió y está aquí acabando con el proyecto de Chávez por una política de defensa inútil y totalmente equivocada.
Se destaca, que después de darle mucho con ese ritornelo o cantaleta que se repite muchas (pero muchas veces) en la investigación, Pascualina termina ahogada en la orilla, porque después de mostrar estadísticamente y econométricamente lo que quería demostrar con el caso, en las conclusiones nos coloca estas palabras:
"No hay manera de explicar, económica ni estadísticamente, la exorbitante depreciación de 50.761.421.319.697%% del marco registrada entre 1919 y 1923, la cual no se corresponde, en términos proporcionales, ni con la disminución de las reservas de oro, ni con la evolución del déficit comercial de la balanza de pagos. Por lo tanto, tampoco es consecuencia de la erogación de compromisos de deuda correspondientes a las sanciones impuestas por los países Aliados mediante el Tratado de Versalles una vez finaliza la I Guerra Mundial
De repente, en diciembre de 1923, la depreciación del marco se detuvo. Luego de una inexplicable depreciación del 50.761.421.319.697% desde 1919, la cual generó una hiperinflación anual de 1.000.000.000.000%, el tipo de cambio se estabilizó.
Para los analistas de la época este fenómeno resultó inexplicable, lo calificaron de mágico y milagroso.
La repentina estabilización de la moneda, no se correspondió con la disminución de la liquidez monetaria, por el contrario, ésta se amplió durante los primeros meses de 1924, tampoco estuvo asociada a mejoras de la balanza comercial, ésta se deterioró esos meses, y tampoco halla explicación en la nueva moneda puesta en circulación en noviembre de 1923, el rentenmark.
Coincidió la repentina y "milagrosa" estabilización del marco con la creación, en diciembre de 1923, de la Comisión responsable de las negociaciones de refinanciamiento de la deuda de Alemania, que en abril de 1924 se concretó en el Plan Dawes. Incluía el Plan la flexibilización de los pagos impuestos en el Tratado de Versalles, pero a su vez un descomunal endeudamiento con EEUU, la entrega de la independencia de su Banco Central, la creación de una nueva moneda (el reichsmark) la contracción monetaria y el incentivo de inversiones extranjeras.
Los ataques a las monedas constituyen una poderosa arma de guerra imperial.
Se trata de un arma no convencional que ha sido usada por el imperialismo, por los grandes capitales, para mediante la desestabilización de los mercados reales y financieros, generar caos social y desestabilización política. Son armas masivas, potentes y letales cuyos efectos, especialmente la hiperinflación, abarca a toda la población, genera pobreza, hambre y miseria"
Como se ve, Pascualina demuestra estadísticamente unas cosas y otras no. Otras caen en el terreno de lo imposible, pero si asegura que "la estabilización del marco no se correspondió con la disminución de la liquidez". Los ataques son una poderos arma que el imperialismo ha usado desde Alemania, pero es "un arma no convencional". Toda una cosa ajustada o acomodada a conservar un capricho.
[i]https://www.aporrea.org/economia/a261427.html y https://www.aporrea.org/medios/a261440.html
[ii] https://www.aporrea.org/actualidad/a261056.html
[iii] http://www.15yultimo.com/2018/04/04/hiperinflacion-arma-imperial-i-republica-de-weimar-1923/