Resulta que en la Venezuela de estos días nadie le para a nadie ni a nada, por más que lo dicten las más elementales normas de convivencia, y ni hablar de la ley, las costumbres y las formas, reducidas a letra muerta y nada más.
Aquí se acabó el "pan de piquito", y si lo consigues te costará mucho más que un ojo de la cara, que sin duda vale menos que cualquiera de las cosas elementales y necesarias que nos garanticen, no digamos el buen vivir, sino más bien el vivir a secas.
Así las cosas en nuestro amado país, sin billetes, sin agua, sin luz, sin transporte público, SIN GOBIERNO NI LEY, donde el "NO HAY" en los expendios de medicamentos es la frase recurrente, y el drama en las emergencias de hospitales y centros de salud se torna inenarrable, al igual que la búsqueda de algún tipo de LIDERAZGO que enarbole una propuesta seria y coherente, que sirva como punta de lanza para comenzar a enderezar el rumbo hacia donde el TRABAJO y el CONOCIMIENTO se pongan al servicio de las mayorías, y se constituyan en la base sobre la que ha de construirse los cimientos del país posible y necesario.
El gobierno en todos y cada uno de sus niveles luce abatido y superado por sus contendores dentro de la llamada "guerra económica", quienes sin pudor y en la más vergonzosa impunidad, exhiben sus trofeos a la ESPECULACIÓN, el BACHAQUERISMO, y la HIPERINFLACIÓN.
Resulta un verdadero coñazo en la cara del pueblo venezolano, que las calles se hayan convertidos en mercados de la ignominia y el mal, donde la principal mercancía sea el propio cono monetario, reduciendo a la banca, en mal administradores de largas y agotadoras colas, para dispensar el sencillo, que solo sirve para el pago de uno o dos viajes en bus, de igual modo, se negocia toda clase de productos, en especial aquellos de la cesta básica, los de aseo personal y uso doméstico, a precios grotescos sin el pago es en efectivo, pero sin es por punto de venta o transferencia bancaria se multiplican por diez, mientras que los anaqueles de las cadenas de distribución públicas y privadas lucen " limpiecitas como un sol".
El transporte público en la ciudad de Maracaibo se ha convertido en una pesadilla para los usuarios quienes deben soportar cotidianamente el abuso por el cobro indebido de tarifas no autorizadas por la autoridad competente, quien luego de acordar con los gremios del transporte el monto de Bs. 10.000,00 los transportistas someten a los usuarios obligándolos a pagar el doble y el triple, aprovechando la incapacidad manifiesta por parte de la Alcaldía para hacer cumplir tales acuerdos.
Anomia, es la palabra que lamentablemente describe, todo el conjunto de males que torpedean y hieren de muerte la cotidianidad del ciudadano común, la familia, su entorno laboral, y en definitiva, la salud mental de una SOCIEDAD SIN GOBIERNO, que pareciera no ver la cercanía del despeñadero profundo, del que no habrá vuelta atrás.
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