Luego de mes y medio de violencia, marchas y contramarchas, guarimbas del terror y asesinatos de venezolanos que ya rondan la espeluznante cifra de 37 fallecidos, al inventario de destrucción generado por estos grupos violentos tarifados por la ultraderecha apátrida, se suma el atentado incendiario en contra de las oficinas regionales del poder electoral en la ciudad de Maracaibo, así como la quema intencional de una extensa área del guaraira repano, que provocó la suspensión del fluido eléctrico en una parte importante del noreste de la capital.
Tala y quema indiscriminada de árboles que configuran un verdadero crimen ecológico sin precedentes en nuestro país, así como cuantiosos daños a la propiedad pública y privada, ataques a las oficinas del ministerio público, estaciones del metro y unidades de metro bus, casas de gobiernos regionales, destrucción de semáforos y de las vías públicas, sedes de instituciones educativas tales como la UNEFA y la UBV, casas del partido de gobierno, tiroteos a las fachadas de edificios de PDVSA, sabotaje al sistema eléctrico nacional, y ciudades como Maracaibo, abandonadas por sus autoridades locales a merced de la basura, constituyen el triste y lamentable saldo del fatídico plan salida .
Tales acciones criminales fueron y aunque ya muy reducidas gracias a la acción de la GNB, continúan siendo ejecutadas con la participación de hecho o con responsabilidad por omisión de personeros en funciones de gobierno, tales como el gobernador de Miranda y los Alcaldes de los municipios San Cristóbal, Maracaibo, Chacao, Baruta, El Hatillo y San Diego entre otros, quienes en combinación con el liderazgo negativo de Leopoldo López, María Machado y Ledezma, y el financiamiento del departamento de estado, activaron el referido Plan Salida, cuyo único fin es sin duda, la caída del gobierno democrático del presidente constitucional Nicolás Maduro Moros.
Del mismo modo, acciones desplegadas por algunos sectores con poder económico para generar caos y descontrol en el sistema de distribución de bienes y servicios, necesarios para el desenvolvimiento social y la paz, tales como el acaparamiento de alimentos y la especulación en el comercio general, continúan su curso con la mayor impunidad, en especial en estados fronterizos como Zulia y Táchira.
Especial atención merece el dolor causado a las 37 familias debido a las irreparables pérdidas sufridas, así como la salud mental de los habitantes de los Municipios antes mencionados, como consecuencia de las guarimbas y toda la violencia desatada. Los venezolanos y venezolanas mayoritariamente amantes de la paz, pero también conscientes de que aquella no será posible sin justicia, esperamos la acción oportuna e implacable de las instituciones encargadas de su correcta administración, porque solo a través del debido proceso y la aplicación de todo el peso de la ley a los autores materiales e intelectuales de estos horrendos crímenes, será posible abonar el necesario camino hacia la paz.
La protesta pacífica es un derecho que nos asiste y está contemplada y protegida por nuestra CRBV, y creo que nadie discute que en medio de las múltiples contradicciones que impone nuestra dinámica política y social, hayan también múltiples razones para protestar, pero jamás será a través de la violencia y el terrorismo de las guarimbas que los venezolanos pondremos fin a las diferencias.
Será solo con el dialogo sin exclusiones, transparente y sin agendas previas, que se ventilaran como corresponde los problemas, y desde allí saldrán las propuestas y soluciones que todo el país reclama, tal como lo propuso y convocó el propio presidente Maduro, días después de la contundente victoria de la propuesta socialista en las elecciones del pasado mes de diciembre.
Tal convocatoria, como recordaremos, tuvo una gran receptividad entre los alcaldes opositores, y generó algunos acuerdos importantes, razón por la cual, ha sido la bandera del jefe de estado, antes y durante los días de violencia, guarimbas y muerte hasta la presente fecha, habiendo instalado conferencias de paz en los municipios donde ha sido necesario, con la participación de amplios sectores de la vida nacional, y recientemente la visita de representantes de la Unasur.
Con excepción del ex diputado por Aragua Hiram Gaviria, quien renunció a su curul en la asamblea nacional y a su militancia partidista para sumarse a las mesas de diálogo a favor de la paz, solo la dirigencia de la llamada MUD y el gobernador de Miranda no se han hecho presente.
El que tenga ojos que vea.
Pueblo movilizado y alerta en defensa de la patria, la paz y la convivencia.