Que el Gobierno Bolivariano haya decidido abordar el tema del transporte, con el énfasis y la trascendencia que lo ha hecho, es motivo de satisfaccion; es ésta una oportunidad para rectificar la deformacion de aquel sistema de transporte que caracterizo a Venezuela hasta principios del Siglo XX; esa deformacion es el resultado de un proceso deliberado, para destruir las ventajosas condiciones naturales de Venezuela, para la produccion agropecuaria y el transporte de grandes volumenes de carga, que la actividad agricola genera. La destruccion de la agricultura y la incipiente industrializacion de Venezuela fue a tal grado éxitosa, que el imperialismo borro de nuestra memoria el pasado agricola exportador venezolano. Durante siglos precedentes, la Venezuela rural, anterior a la Venezuela petrolera, disfruto del transporte acuatico para movilizar grandes volumenes de productos agricolas y pecuarios, a través de nuestros numerosos rios navegables, del Lago de Maracaibo, de nuestro mar Caribe y del Océano Atlantico. Hasta Marcos Pérez Jiménez hubo conciencia y determinacion gubernamental de aprovechar el privilegio de la enorme infraestructura vial que la naturaleza nos obsequio por obra de DIOS TODOPODEROSO.
En efecto, la Dictadura no se limito a comprender ese privilegio, quiso integrar otros modos de transporte, como el ferrocarril, y como ejemplo el ferrocarril de Acarigua a Puerto Cabello, que inicio un formidable sistema intermodal, para facilitar la exportacion de cereales producidos en los llanos occidentales venezolanos.
La vision estratégica de ese proposito fue mas alla, hacia los llanos orientales, con trabajos preliminares para enlazar el Rio Orinoco con el Mar Caribe, a través del Rio Unare.
Mi alegria del presente es por la esperanza de que Venezuela reconstruya y modernice un sistema de transporte intermodal que capultaria sus enormes ventajas comparativas, para la produccion agricola y agroindustrial. Por otra parte, la iniciativa de revolucionar el transporte se nos presento en dias previos al fracasado atentado para asesinar a nuestro lider y presidente Nicolas Maduro, ahora se convierte en una respuesta a otras acciones violentas, terroristas, como la de usar nuestro deformado sistema de transporte para agredir al pueblo y derrocar a la Revolucion Bolivariana.
Ya a partir de 2001 fue reformada la legislacion maritima, para adecuar ésta a los propositos del uso de la flota de buques petroleros como instrumento para el derrocamiento del Gobierno Bolivariano; con desconocimiento de aquel proposito, el Comandante Chávez suscribio la nueva Ley, en el marco de la Ley Habilitante. Hoy ejecutan acciones para la paralizacion del transporte terrestre, con el mismo proposito: derrocar al Gobierno Revolucionario. La obstruccion vial y paralizacion del parque de automoviles dificulta el transporte de pasajeros y pretende dejar desprovistas a las ciudades. Sin lugar a dudas, las recientes decisiones del Presidente Maduro, acerca del transporte, son oportunas y proporcionales a esta amenaza. Confiemos en que, de su convocatoria, surjan soluciones para evitar los propositos del imperialismo y sus lacayos, de paralizar el transporte terrestre, como antes hicieron con el transporte maritimo de petroleo. Contra este proposito, reitero mi propuesta de recuperar pequeños puertos abandonados a lo largo de toda la costa maritima y los costos fluviales y habilitar modestos muelles, para el transporte maritimo y fluvial de cabotaje, en el mismo sentido y en coherencia con el registro de automoviles, propongo la convocatoria de un registro de pequeñas y medianas embarcaciones, con el objeto de apoyar a sus propietarios y tripulaciones en el uso de las mismas en el transporte acuatico de cabotaje, especialmente de productos agropecuarios. Gracias a Dios Todopoderoso el imperialismo y sus lacayos han fracasado en sus intentos para derrocar a la Revolucion Bolivariana; demos gracias a Él, en esta oportunidad, por salvaguardar a nuestro Presidente y pidamosle sabiduria para derrotar futuras acciones del imperialismo.
