Cuando mencioné la Guerra Económica, como causal de las dificultades económicas que padecemos los venezolanos, recibí una andanada de rechazos, que negaban esa guerra. Respeté estas opiniones; ahora afirmo que se necesita un alto grado de ignorancia, o peor aún de cinismo y deshonestidad, para negarla, cuando las sanciones contra la economía venezolana son anunciadas por el presidente y otros funcionarios imperiales, quienes proclaman los funestos efectos de sus sanciones en el pueblo venezolano.
Pocos creyeron que Maduro tendría éxito en preservar esta segunda independencia, tras la muerte de Chávez; Chávez en cambio valoró y priorizó la lealtad y honestidad de Maduro y luego sus gestiones, especialmente como Canciller, cuando Maduro puso mayor énfasis y confianza en sus propias decisiones, que en la opinión de sus colaboradores. Esta relación de la confianza ya no es la misma, por eso su gestión ha sido menos exitosa en cuanto al avance en la construcción del socialismo, del desarrollo agrícola, industrial y de la investigación científica y tecnológica para enfrentar el bloqueo y desabastecimiento provocado por el imperialismo; sin embargo, y a pesar de los terribles efectos de esta guerra económica, Maduro ha liderado por sí mismo a la nación, para resistir y superar los 6 años más intensos de guerra imperial contra la Revolución Bolivariana.
Nada era mas importante que preservar esta segunda liberación de la nación venezolana, potergada por casi dos siglos; de manera que, este resultado fundamenta mi opinión, al afirmar que el futuro depende de Maduro, de su confianza en sí mismo, en la sublimidad de sus propósitos y fortaleza de su fe para liderar Pueblo y Fuerza Armada Nacional Bolivariana FANB, en su determinación para la unión de esta fuerza colosal, que pudo hasta ahora superar diferentes formas de agresión imperialista y se dispone a enfrentar también las amenazas imperiales de una agresión armada.
El reciente asesinato de tres guardias nacionales en Amazonas y otros actos de violencia en la zona no dejan lugar a dudas del propósito inminente del imperio, que apuntó precisamente al Estado Amazonas. Tal localización demuestra lo que es obvio: Bolívar, Amazonas y la Faja Petrolífera integran el conjunto regional que constituye objetivo fundamental del imperialismo, por las incalculables riquezas que abriga esa región. Hace años recomendé mayor esfuerzo, presencia e incorporación en las filas de la FANB de nuestros pueblos aborígenes de la Amazonía, ahora insisto en la necesidad de fortalecer aún más, en esa región prodigio de riquezas, la unión de Pueblo y FANB.
Los venezolanos podemos elegir entre caminar el último y más difícil tramo de nuestra liberación definitiva, a partir de la cual nos espera la prosperidad que jamás hemos alcanzado. En el medio de las actuales dificultades, no es fácil interpretar y visualizar ese futuro, sin embargo, somos un pueblo de fe, de optimismo, cuya alegría no fue apagada por cinco siglos de dominación imperialista, ni por la guerra despiadada del presente. La otra opción es la de rendirnos, ceder otra vez nuestro futuro al imperialismo, para ser sometidos a la peor de las miserias, para ver a nuestros hijos y nietos morir de hambre, como los niños de Biafra que vimos en imágenes. A pesar del magnicidio frustrado y otros atentados contra su vida, Maduro no se rinde; mantengámonos firmes a su lado y unidos a nuestra FANB.