La amenaza de esa agresión a Venezuela ocurre simultáneamente con los cambios políticos, económicos y militares que suceden hoy en el planeta, comparables al cambio que inició hace 23 siglos, con la concentración de poder y evolución de la cultura occidental que predomina hasta el presente, cuyo comienzo podemos ubicar con Alejandro Magno en el Mediterráneo y luego el imperialismo greco romano, que abarcó la cuenca del Atlántico. La II Guerra Mundial desplazó ese poder de Europa a Estados Unidos, pero permaneció en la cuenca atlántica, con los mismos valores culturales. El desplazamiento actual del poder, del Atlántico a la costa asiática del Pacífico, lleva implícitos profundos cambios culturales y manifestaciones que apuntan a la multipolaridad y se oponen a otro imperialismo.
Acontecimientos de menor trascendencia, que iniciaron en España antes y durante 1808, la invasión de Napoleón y abdicación de Carlos IV y de su hijo Fernando, a favor de José Bonaparte, motivaron el proceso de independencia que revolucionó a la Capitanía General de Venezuela a partir de 1810. Contemporáneamente, durante la última década del Siglo XX, en Venezuela inició otro proceso el 27 de febrero de 1989, con la sublevación de Caracas contra las medidas impuestas por el Fondo Monetario Internacional, luego la rebelión de los militares bolivarianos el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992, acontecimientos que abrieron camino democrático a la Revolución Bolivariana y a su triunfo electoral de diciembre de 1998, con la determinación de conquistar otra vez la libertad, proceso que motivó a otras naciones.
La Revolución Bolivariana influyó y aceleró esos cambios que tienen lugar en el planeta hoy. En el mismo sentido influye la Revolución Islámica de Irán. Por otra parte, desde 2009, Estados Unidos y Europa parecieran haber acordado alguna estrategia de dominación global y absoluta, que se manifestó en la primavera árabe y desestabilizó el norte de Africa, donde derrocó gobiernos de los países productores de hidrocarburos, en el que destaca el grotesco magnicidio de Muamar Gadafi. Estos acontecimientos alertaron a Rusia, China e Irán y, cuando USA y Europa prosiguieron con su estrategia a Siria, la resistencia de esta nación árabe cobro unas dimensiones distintas, que obligó al imperialismo a elevar esa confrontación a un nivel tal, que amenaza con llevar esa guerra a una confrontación mundial, toda vez que no ha podido avanzar en Siria, no logró amedrentar a Irán y la estrategia contra Rusia le ha salido mal.
Similar dificultad encuentra USA en sus intensiones de meter en cintura a Corea del Norte, después de más de medio siglo de la guerra y de contumaz rebeldía y resistencia de la nación asiática. Estos procesos, contrarios a la dominación imperialista, universalizan el concepto de Mundo Pluripolar, frente a la pretensión de USA de perpetuar la hegemonía que comenzó a solidificar desde la II Guerra Mundial, que incrementó en 1971, con la derogatoria de la paridad del dólar con el oro y fortaleció con la caída de la Unión Soviética. Los acontecimientos que parecen haber tenido inicio con la presidencia de Obama, se atascan en Siria, con la participación de Irán y la de Rusia, a favor de la nación árabe siria, frente al desarrollo tecnológico militar de Rusia, que sorprendió a los órganos de inteligencia de las potencias occidentales, que eventualmente se uniría al crecimiento económico de China, acerca del cual algunos expertos afirman que ya superó a la economía estadounidense, como también al crecimiento económico de India y de otras naciones asiáticas.
El conjunto de estos hechos es una de las causas fundamentales del derrumbe del dominio que ejercieron Europa y USA durante 23 siglos; sin embargo, errores del gobierno estadounidense han sido también determinantes, para precipitar su debilitamiento; como ejemplo, la alianza entre Rusia y China, que tiene origen en la agresión que intentó Europa contra Rusia en Ucrania, la revolución de los colores impulsada por Europa por instrucciones de USA, que derrocó al gobierno ucraniano presidido por Viktor Yanukovich. Esa desestabilización y cambios en Ucrania no concluyeron como USA y Europa esperaban, en un golpe a la economía rusa; por el contrario, resultó en una inesperada alianza económica de Rusia y China, que propuso a su vecino comprarle todo el gas que éste pudiera suministrarle. Esa derrota obligó a Europa a buscar otros proveedores de gas y puedo afirmar que la distanció de USA.
La reacción de USA a su fracaso en Ucrania fue el de provocar un enfrentamiento entre China y Rusia, con acciones desestabilizadoras y provocadoras ejecutadas por mercenarios a su servicio, en la frontera entre estas dos naciones, al este de Mongolia; la conspiración fue descubierta, desmantelada por Rusia y China y trajo como consecuencia el estrechamiento de los lazos de la alianza entre las dos naciones asiáticas. En el presente, y como reacción al distanciamiento de Europa, el gobierno de USA pretende obligarla a que apoye sus propósitos hegemónicos y financie su presencia militar en territorio europeo, lo que hace de Europa escenario inmediato de un eventual enfrentamiento militar de USA con Rusia, que devastaría y contaminaría el territorio europeo. Esta pretensión ha recibido el rechazo del presidente de Francia y la canciller alemana.
Todos estos acontecimientos y fracasos están presentes en la amenaza de USA con agredir militarmente a Venezuela, para obligar la rendición de Nicolás Maduro, a que renuncie a los seis años de mandato, que inicia en enero de 2019; interpretarlos con certeza es fundamental, para comprender la determinación de USA en cumplir la amenaza de agresión militar contra los venezolanos, como conclusión de su cadena de fracasos desde 1998, en sus intentos para aplastar a la Revolución Bolivariana. Esos fracasos contra la Revolución Bolivariana y de sus intensiones y planes en ejecución, para prorrogar su hegemonía mundial, obligan esa agresión armada contra Venezuela, que le garantice el dominio del petróleo, de otras riquezas y materiales estratégicos de los venezolanos, que USA necesita, para fortalecer sus posiciones frente a China y Rusia y evitar que se extienda y fortalezca el ejemplo venezolano.
Mis conclusiones dieron paso a la pregunta ¿SUPERARÁ VENEZUELA UNA AGRESIÓN MILITAR DE USA? Ya expresé mi certeza de que sí. Los venezolanos sin embargo, corremos innecesariamente el riesgo de hipotecar nuestro futuro y repetir una vez más la histórica derrota de 1830. Afirmo que innecesariamente, porque no estamos obligados a comprometer nuestras riquezas naturales, por ambición o insensatez de algunos funcionarios. Tenemos una alianza económica con China, que es beneficiosa para los dos países, pero no lo sería que hipotecáramos en ese aliado el futuro de nuestros hijos, al grado que pudiéramos estar haciéndolo, aún frente a la amenaza de USA, TODA VEZ QUE ESTA AMENAZA TAMBIÉN CONCIERNE A NUESTRO ALIADO, TAL VEZ EN MAYOR GRADO.
No quise tratar públicamente tema tan delicado, pero no tengo otra manera de advertir a Maduro del riesgo. Creo e insisto en mi opinión de que Maduro es un hombre honesto y leal y que entre sus colaboradores hay hombres y mujeres de igual talla moral, pero no tengo la menor duda, de la presencia también, a su alrededor, de un cinturón de codiciosos, quienes están hipotecando nuestro futuro, no por defender a la Patria, como sí lo hace Maduro, sino por desmedidas ambiciones, en tanto los honestos están sumergidos en defender a la nación de la agresión económica y de la amenaza militar de USA. Se equivocan los compatriotas quienes me acusan de enchufado; no lo he sido nunca en el Gobierno Revolucionario, a no ser que califique como tal mi incorporación a bordo de los buques Pilín León y Moruy, durante el paro petrolero, cuyos salarios aún no me han sido cancelados, después de 15 años.