La reconversión cerebral

Tal vez el descubrimiento científico de mayor significación de principio del siglo XXI sea el mundo abierto por el análisis detallado de la secuencia del genoma humano. Hasta ese momento el ser humano solo era modificable a través de la intervención cultural en su sentido más amplio. A partir de dicho avance en las ciencias biológicas, por intermedio de procedimientos de manipulación genética con apoyo de la biotecnología, se abrió la posibilidad cierta de alteración de la estructura genética del hombre y la mujer y, con ello, de sus formas de ser y de comportarse.

A lo largo del siglo XX el Capitalismo comercial competitivo se valió de todos los avances en el campo del psicoanálisis, de la neurolinguística y otras disciplinas asociadas, para generar un ser humano específico orientado hacia el más espantoso consumismo, creando nuevos patrones y hábitos alimenticios; fomentando una cultura de la depravación sexual en la cual la mujer aparece como el objeto servil; promoviendo las más sofisticadas formas de alienación ideológica a través del llamado marketing que transformó todos los aspectos de la vida social en un insondable mercado donde todo puede venderse y comprarse, incluidos los sentimientos humanos.

Ahora, toda esta estructura de creación de comportamientos sociales masivos tiene un formidable aliado en la posibilidad real de fabricar nuevos seres humanos con propensión innata a tener el comportamiento ideal del marketing de la industria cultural comercial. Cierto que esto no será tan rápido como algunos quisieran, pero hacia allá avanzará la sociedad si no se producen las contenciones éticas necesarias, que impidan la conversión de los seres humanos en máquinas con un especifico y predefinido tipo de conciencia, construida genéticamente en los laboratorios de las grandes potencias que controlan la ciencia y la tecnología.

Sin embargo, todavía hoy sigue siendo la producción cultural el instrumento fundamental para generar los cambios capaces de reconvertir los pensamientos humanos. Cambios asociados permanentemente a la modificación de la realidad en torno a la cual gira la vida en sociedad. En esta dialéctica unitaria nos topamos con episodios y tiempos en los cuales dichos cambios en la subjetividad de los actores económicos y sociales, se convierten en componentes esenciales para la refundación del funcionamiento estable de la totalidad social.

Con lo anterior quiero significar que a la reconversión de cualquier realidad objetiva concreta debe corresponder una reconversión de la conciencia social. Esta es la situación de la Venezuela actual. El país está entrando en un proceso de reconversión económica profunda que va a implicar una nueva forma de ser de la vida económica de la Nación, pero, por más formidables que puedan ser las decisiones materiales que se están tomando en tal dirección, de nada servirán si al mismo tiempo no se produce en el cerebro de los venezolanos y las venezolanas una reconversión del modo de ser económico, a partir de la sincera interpretación de la realidad que hemos vivido y de la forma de abordar la solución de los problemas económicos que han determinado y continúan determinando nuestra existencia.

Si culturalmente el productor industrial y el comerciante no entienden que ya no pueden medrar a la sombra de la renta petrolera, que la economía no podrá sostenerse solo con el ingreso de los dólares que ella genera y luego son vendidos a bajos precios, sino que deben disponerse a ser competitivos por sus propios medios y capaces de generar las divisas que requieran, no habrá industria nacional próspera. Si el comerciante no entiende que su ganancia media no debe ser de 300 por ciento y en el más corto tiempo posible, lo cual la convierte en especulativa, porque con ello expolia al consumidor, será muy difícil que el establecimiento de precios justos acordados tenga efectos sobre la inflación que al final terminará afectando tanto al comprador como al vendedor.

En el mismo orden, si el ciudadano no se programa mentalmente para aceptar que el Estado no puede suministrarle todo lo que necesita para vivir, ni mucho menos hacerlo gratuitamente porque llegará el momento en que todo colapsará por agotamiento, va a ser complicado reordenar los subsidios directamente a quienes más los necesitan. Si no se toma conciencia de que el trabajo productivo y el esfuerzo individual y colectivo deben ser la fuente principal de generación de riqueza del país y no la explotación de un recurso natural finito, será imposible construir una economía diversificada basada en la creación y la innovación alimentadas por el desarrollo del conocimiento.

Si los principales actores del estamento político con distintas ideologías no modificamos las formas de relacionarnos con la sociedad y continuamos manejando por la conveniencia pragmática de poder, el discurso que los ciudadanos quieren escuchar, así con ello reproduzcamos los valores y paradigmas de la industria cultural y del marketing, cuando estamos obligados por las circunstancias a desnudar la realidad por muy dura que esta sea para sacudir la conciencia colectiva, entonces será muy cuesta arriba la construcción de los nuevos paradigmas y conceptos que permitan fundar la nueva cultura que haga viable los cambios estructurales e históricos en desarrollo.



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Rodolfo Sanz

Secretario General de Gobierno del Estado Bolivariano de Miranda. Miembro de la dirección nacional del PSUV.

 fcbm29@gmail.com      @RodolfoSanzPsuv

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