"Por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza"
Simón Bolívar
En la excelente novela histórica "yo el supremo", basada en la vida del fundador de la nación independiente del Paraguay, el "supremo dictador" Rodríguez de Francia, el escritor paraguayo Roa Bastos nos presenta una mirada muy completa sobre la historia independentista de nuestra América. En un pasaje del libro, el dictador recibe un consejo del decadente gobernador de la Asunción: "a esa irracional e inmensa bestia de la plebe hay que obligarlos a obedecer las leyes al igual que deben obedecerse a los superiores, no porque sean justos, sino porque son superiores…el poder de los gobernantes está fundado sobre la ignorancia, en la domesticada servidumbre del pueblo, el poder tiene por base la debilidad. Esta base es firme porque su mayor seguridad está en que el pueblo sea débil".
El pensamiento supremacista y los métodos de control social de las elites gobernantes internacionales y sus lacayos en las oligarquías locales, no han cambiado mucho en más de doscientos años. Todo el proceso colonialista de los últimos siglos se basó, y continúa basándose, en la destrucción de las culturas nativas y su historia, la imposición de una ignorancia forzada incluso por medio de horribles torturas como dejar ciegos a los esclavos que trataran de aprender a leer y escribir.
Con el paso del tiempo los autodenominados amos del mundo han ido creando más y mejores formas para mantener a esa "chusma despreciable" bajo control, pero siempre el eje principal de sus métodos ha sido y sigue siendo el convencer a los pueblos de su superioridad y hacerles creer, sin que se den cuenta de sus manipulaciones, que son inferiores.
En nuestro país, ese sentimiento inducido de inferioridad se agudizó con la llegada del petróleo y la transformación de país agrícola exportador de múltiples productos, como el café, cacao y demás, en un país mono exportador dependiente casi totalmente de la renta petrolera. La llegada de las empresas transnacionales con sus técnicos y ejecutivos gringos en conchupancia con las oligarquías nacionales, se encargaron de sembrar en los venezolanos esa especie de torticolis cultural donde siempre se mira al norte para buscar aprobación, esa silenciosa obligación de compararlo todo con el "made in usa". Todo, desde las pocas mercancías que aún se fabrican en Venezuela, hasta el hecho cultural y sobretodo la moda, siempre debe tener el sello de aprobación del imperio.
Todavía después de 20 años de revolución, muchos siguen pensando que los venezolanos no somos capaces de producir ni crear nada que valga la pena, que todo lo de afuera es mejor, incluso, muy tristemente la moneda. Hoy todavía vemos a miles de venezolanos, tasando comprando y vendiendo en dólares gringos y hasta mirando con desprecio a un signo monetario que lleva el nombre de uno de los hombres más brillantes que el mundo haya conocido, el gigante "Simón Bolívar".
Estos métodos de dominación, muy bien planificados y desarrollados a través de años de investigación y en donde se invierten muchísimos recursos, no solo han servido para dominar a los pueblos, debilitándolos y haciéndolos sentir inferiores. En las últimas décadas, por medio de la propaganda y las modernas y avanzadas formas de control social que utilizan para mantener su hegemonía cultural en el planeta, las elites imperiales han logrado mantener a los pueblos narcotizados (literalmente, con todo tipo de drogas) y completamente idiotizados, aquí debemos buscar los orígenes de la palabra" idiota" en el antiguo griego: "una persona infantilmente egoísta que no se preocupa por los asuntos sociales"
Tienen a las grandes mayorías tan idiotizadas que muchos se olvidan que el ser humano es un animal social, que desde que nace vive interactuando y compartiendo con otros, en la familia, la comunidad, la escuela y el trabajo. Tan idiotizados que les han convencido que la avaricia y el egoísmo son buenos, y que solo se deben preocupar por ellos mismos y nunca por los demás. Tan idiotizados que les han convencido que un sistema que busca el desarrollo infinito de un planeta finito es viable; un sistema depredador, que además, solo beneficia a unos pocos.
Hoy el ataque contra la educación pública es inclemente, los gobiernos neoliberales recortan y desmantelan el estado de bienestar privando a las masas de educación, salud y vivienda. En los Estados Unidos gringos, el payaso anaranjado nombra como secretaria de educación a Betsy DeVos una multimillonaria que no sabe nada de educación y que piensa que es mejor que los padres eduquen a sus hijos en casa o tengan la "libertad" de elegir una escuela privada. El objetivo final es que solo los ricos puedan educar a sus hijos ya sea con tutores privados en casa o en costosos colegios. ¡El retorno a la edad media y al feudalismo pues!
Solo en los supuestos "estados fallidos antidemocráticos" como Cuba, Venezuela, o Nicaragua los gobiernos revolucionarios se esfuerzan por darles a sus pueblos educación y salud gratuitas, y a pesar de las agresiones, bloqueos y las sanciones, tratan de mantener a sus ciudadanos libres de la debilidad y la ignorancia. ¡El mundo al revés!
Mientras las elites y sus lacayos siguen adelante con su plan para destruir naciones, subyugar a los pueblos y seguir robándoles sus recursos, materiales y humanos, sembrando el caos y parafraseando al gran Bolívar "plagando al mundo de miseria en nombre de la libertad", las grandes mayorías, anestesiadas y narcotizadas por la mala cultura hegemónica, siguen idiotizadas, jugando jueguitos de video idiotas, oyendo música idiota, siguiendo modas idiotas, viendo películas idiotas, atrapados como idiotas en esa pegajosa telaraña de las redes sociales, telaraña plagada de mentiras, noticias falsas , y sueños inalcanzables.
Razón tuvieron en llamarla la red, una red que nos atrapa como moscas y que al final termina por consumirnos la mente y el alma.