Desde mi juventud, siempre fui considerado un radical e incluso por algunos un poco paranoico, continuamente detectando conspiraciones y planes ocultos. Lamentablemente, casi todos mis miedos y paranoias, se han venido convirtiendo en realidad con el correr de los años.
En la actualidad, veo y escucho a las cabezas parlantes de la tele y sus opinadores invitados, hablar continuamente del avance obtenido en materia electoral por la derecha extrema en Europa. Desde Francia hasta Holanda y demás países bajos, partidos de una derecha xenófoba y racista sorprenden a todos ganando curules y convirtiéndose en fuerzas políticas importantes en sus respectivas naciones.
En las Américas, el fenómeno se ha venido también multiplicando de forma alarmante. El triunfo de un personaje como Trump y el avance de un fascista declarado como bolsonaro en Brasil son solo una muestra.
Cualquiera puede pensar que esto es solo producto del fracaso de las "izquierdas" que últimamente han venido jugando un triste papel en el juego político internacional. (Cuando hablo de "izquierdas" me refiero a los partidos políticos tradicionales supuestamente de izquierda, no a los movimientos sociales que asumen la lucha por un mundo mejor, más justo y humano) y a las repetidas crisis económicas, las que los sospechosos de siempre todo el tiempo atribuyen al "gasto social excesivo" y sobre todo a los inmigrantes, que vienen a estos países a robarle el empleo a los nacionales y a recargar los servicios sociales. Pero definitivamente no es así, existe un muy bien concertado, aunque oculto plan, para destruir toda oposición a la dictadura del capital.
El discurso es muy parecido al utilizado por la maquinaria de propaganda del nazismo hitleriano, lo que no es de extrañar pues la misma estaba basada en el proyecto de Edward Bernays, sobrino de Freud y principal creador de los métodos de propaganda y control de masas utilizados por las elites imperiales desde principios del siglo 20. Un discurso xenófobo, racista y supremacista amparado en un falso nacionalismo.
Pues bien, después de haber visto confirmadas, la mayoría de mis paranoias y "teorías de la conspiración" (gracias al gran difusión de documentos secretos desclasificados, ya sea por organizaciones como wikileacks, o por el trabajo de periodistas verdaderamente comprometidos con la verdad) y por mi extraña compulsión de analizar críticamente los hechos y las diferentes informaciones en estos convulsionados tiempos en que vivimos, no puedo dejar de encontrar algo así como un hilo que va uniendo y dándole sentido a lo que está sucediendo.
El discurso de los políticos al mando y de los medios corporativos hegemónicos van todos por la misma línea, buscan crear un enemigo con el cual mantener un estado de guerra permanente. Después de la segunda guerra mundial fue "el tenebroso comunismo", desmembrada la unión soviética (gracias al heroico trabajo de la CIA y demás agencias de inteligencia y sus mafias), el enemigo fueron las drogas (que en vez de disminuir, su producción y consumo solo han ido en aumento), luego vino el terrorismo, fenómeno si no inventado, al menos institucionalizado por esas mismas agencias y mafias. En la actualidad añaden, a punta de" Fake news" (tradúzcase mentiras descaradas) a la lista de ogros enemigos de la "libertad y la democracia" a Rusia y a China.
Por medio de estas políticas guerreristas, además de mantener a flote su economía, el gobierno gringo y sus aliados se han ido apropiando de más y más territorios, desmembrando naciones y saqueando sus recursos, sembrando el caos y la miseria, a la vez que intrigan sin parar, al igual que hace 200 años, para impedir la unión de naciones hermanas y así evitar que sean lo suficientemente fuertes para enfrentar su poder hegemónico.
Los países forajidos y violadores de los derechos humanos son, casualmente, aquellos que no aceptan plegarse a los intereses económicos de las grandes corporaciones imperiales y sus políticas de saqueo, y que poseen gran cantidad de recursos naturales y posiciones estratégicas. Cualquier nación independiente que quiera preservar su soberanía se vuelve un blanco para sus sanciones y otras medidas desestabilizadoras.
Las naciones de sur América que han sucumbido a la propaganda y a los golpes judiciales están en manos de "presidentes" empresarios, que están rematando, al igual que lo hizo la extinta unión soviética, todas sus empresas nacionales a precio de gallina flaca, para el beneficio de las oligarquías nacionales, las corporaciones transnacionales norteamericanas y europeas y sus elites, en detrimento de todos sus ciudadanos.
Sus policías y ejércitos se vuelven órganos represivos, y se declaran enemigos de los movimientos sociales de izquierda. La mayoría de estos cuerpos son entrenados y armados por el gobierno sionista de Israel, por cierto el principal aliado de Los Estados Unidos en todas sus marramuncias, que además mantiene una guerra de ocupación genocida contra el milenario pueblo palestino.
Los líderes progresistas son perseguidos y judicializados, casi siempre sin pruebas, para amilanarlos y mantenerlos fuera del panorama político.
Países pequeños y pacíficos, como Venezuela, son declarados una amenaza inusual y extraordinaria para el imperio más sanguinario, violento y mejor armado que haya conocido la humanidad.
Rusia, cercada por las fuerzas de la OTAN, especialmente después del sangriento golpe de estado en ucrania, planeado y financiado por Washington, y que puso en el gobierno a fuerzas abiertamente neo nazis, es acusada y sancionada por supuestamente "amenazar" la paz de Europa.
Un estado laico como Siria, donde siempre han convivido en paz gente de diferentes religiones, es sometida a una intervención terrorista aupada y apoyada por potencias extranjeras y es acusada de los más horribles crímenes, mientras se invisibilizan las atrocidades cometidas por la monarquía medieval de Arabia Saudita en la maltratada republica de Yemen, nación sometida a una cruel e inhumana guerra, donde se violan a diario los derechos humanos y que la prensa corporativa mantiene casi totalmente oculta, mientras no deja pasar un día sin atacar a Venezuela, cuba y Nicaragua.
Así las cosas, la verdad de los países bajo asedio imperial es banalizada y tergiversada, mientras las mentiras imperiales son repetidas una y otra vez hasta volverlas verdad en el imaginario público.
Esto ha venido pasando continuamente a lo largo de toda la historia contemporánea. Para poder manipular la verdad e implementar la mentira, las elites se han venido apropiando de todos los medios de comunicación, y a través de estos, mantienen al público idiotizado y paralizado por el terror.
Sin duda, para poder someter a los pueblos, necesitan de una política de agresión constante, no tienen otra forma de continuar con sus políticas de saqueo, despojo, privatizaciones y deuda permanente que a través de la represión y la violencia. Esa es la verdadera razón de todas las guerras y conflictos, la verdadera causa del exterminio de campesinos, indígenas y líderes sociales.
Como siempre hemos dicho, por la maldad y crueldad de unos pocos y por la ignorancia y la idiotez de muchos, el fascismo sigue su avance hacia un mundo con un régimen corporativo totalitario y dictatorial, camino a la destrucción de la naturaleza y el suicidio colectivo de la especie humana.