Hitler en sus inicios era despreciado por todos, lo consideraban un loquito fácilmente manipulable. Con bolsonaro es posible que haya sido desestimado al inicio de su carrera. Es que la estulticia de la clase dirigente deja un vacío que es llenado por los más inverosímiles personajes.
Aquí la clase política esta en decadencia, llevada por la ignorancia y la soberbia, mezcla capaz de derruir a las mejores intenciones. Hace tiempo que no se ve por estos lares una idea genuina, hace tiempo que se perdió la limpidez, el signo de la lucha política es la mentira y la zancadilla. Tanto es la experticia en el disimulo que pareciera que a los pinochos del gobierno les crece la nariz para adentro.
La oposición no está mejor: sólo esperan para voltear las piedras buscando donde descargar el odio, y otros esperan el ansiado pacto. Pocos son los chavistas chavistas como pocos son los rojos rojitos, ahora se ven los más variados colores y las más variadas formas de no ser chavista.
El país, todo lo augura, va camino de una debacle de grandes proporciones, algo nunca visto. Allí viene diciembre, un mes crítico para el gobierno, y no hay un propósito de enmienda. Se habla de perniles y aguinaldos que no se ven, y cuando llegue la santa inflación ya se los habrá devorado. Después de diciembre el gobierno entra en terreno de ilegalidad, aquellas elecciones tipo "tibi", no se las cree nadie, sólo el entorno y uno que otro presentador de TV fanático. El gobierno desmontó la Constitución, pulverizó a las instituciones, desacreditó la justicia, se porta con los presos como cualquier gobierno fascista. Además, la situación económica va de fracaso en fracaso, de cono en cono, ya no hay forma de medio comer, mucho menos de otras necesidades. La oposición de derecha no consigue un liderazgo creíble, su fragmentación y su cobardía, su manera de hacer política sin correr riesgo, la condena.
La masa humilde sufre un gran impacto espiritual, está sometida a un proceso de embrutecimiento, este gobierno cumple muy bien su misión de desmontar el chavismo y lo hace desde la médula, desde el alma, convirtiendo a la masa en un amasijo.
El cuadro es propicio para que un loquito que con unas cuantas mentiras, con algunos efectismos se encumbre y dirija a la masa huérfana. Puede ser un lacava, con su draculismo, que ya indica el vacío ideológico de esta época, pero con la anuencia de los bufones de la Casa Blanca. Parece mentira que este señor pueda ser un nuevo bolsonaro, pero el deterioro es grande y se verán horrores... entonces, los gringos vendrán, la represión será legendaria. Recordemos que declara que a los humildes les falta palo, y a los bachaqueros los vistió de naranja tipo Guantánamo, los sometió al escarnio público. Y ganó la gobernación de un estado importante, donde sigue haciendo payasadas, y de vez en cuando muestra sus excelentes relaciones con los gringos.
El cuadro es tremendo, sólo volver a Chávez, sólo poner seriedad a la política, regresar a la transparencia, decir la verdad, no mentir, correr el riesgo de romper el cerco de la estupidez nos puede salvar del desastre que durará cien años. Es así, en estos días se decide el siglo, puede ser una centuria de sufrimientos inimaginables, o puede ser que el Chavismo chavista consiga despertar la fibra más profunda de la masa, allá adentro donde moran Bolívar, Zamora, Chávez, y podamos arrasar con tanta estulticia y refundar la Patria…