Caracas, 15 de enero de 2019.- Subía entusiasmado por las escaleras de no recuerdo que estación del Metro de Madrid, en una tarde de diciembre, las cosas estaban saliendo bien, finalmente la hija había superado el peligro y todo resultó mejor de lo que pintaba, además la nieta es hermosa y como se ríe, la ciudad estaba contenta y a pesar de la fecha no estaba haciendo tanto frío.
Caminábamos y subiendo una de las escaleras, saliendo de la estación, se presentó sin avisar, un cuadro que ya conocía, lo había padecido anteriormente, fuerte dolor de pecho, dificultad al respirar, que vaina se dijo, otra vez apareces.
Le llevaron al hospital de emergencia, estuvo tres días y finalmente lo despacharon señalándole que debe realizarse un cateterismo, cuando vuelva a Venezuela, consulte con su médico.
Ya está de vuelta y mi recomendación al amigo Augusto Nicolás es que actúe rápido, que se mueva.
La vida te está dando una segunda oportunidad.
Hay un paralelismo que no puedo dejar de observar entre lo que le ocurre a un ser humano y lo que le pasa a los países, a las sociedades organizadas en naciones, a nuestra querida Venezuela, que está padeciendo en la actualidad de profundos quebrantos de salud y que a veces aturdidos por la dinámica de los eventos que nos rodean no vemos que la vida igualmente nos da una nueva, llamémosla segunda oportunidad de atender nuestra salud.
El diagnostico esta mas que hecho.
Estamos a tiempo de atacar a fondo nuestros males, antes de que colapse nuestra salud colectiva.
