Al Imperialismo sionista yanqui no le interesa ninguna clase de socialismo, que en esencia es la igualdad de la gente amparada políticamente, porque su fundamento es la posesión de la riqueza habida mediante la explotación de los pueblos.
Comoquiera que el único país latinoamericano que sea iniciado políticamente como socialista es Venezuela, gracias a la voluntad del Presidente Chávez, y que es una experiencia política que podría propalarse todo el continente, lo cual no le convendría, principalmente a los Estados Unidos, la clase gobernante de este país norteamericano ha desarrollado un plan mediático para desacreditar su gobierno y perjudicarlo económicamente en la medida de lo posible.
Pero el presidente venezolano cuenta con el respaldo popular y no se ha dejado manipular, a pesar de las agresiones, tanto políticas, como económicas que este súper-estado ha tratado de infringirle.
No el pueblo colombiano, sino la oligarquía derechista que impera en este país fronterizo, se ha hecho eco de la vocería del gobierno estadounidense, para repetir que el Presidente Maduro no ha sido legal y popularmente elegido en Venezuela, y que no tenemos Presidente. En todo caso, si legalmente no tuviéramos presidente, deberíamos asumir el mandato constitucional. Obviamente lo que los Estados Unidos quieren es desmoralizar al pueblo venezolano.
En síntesis, el artículo 233 de la Constitución promueve que en caso de haber "falta absoluta del Presidente de la República", debe asumir y encargarse de la dirigencia del país el Presidente de la Asamblea Nacional, esto mientras que se procede a una "nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes".
El 80 por ciento de los venezolanos rechaza cualquier intervención extranjera del País: si se determina que el Presidente no ha sido elegido democrática y constitucionalmente, debería haber unas nuevas elecciones para que el pueblo decida democráticamente.