La conciencia no contempla cuestiones más profundas ni sorprendentes que esta: ¿cuál es su papel en el establecimiento de la realidad? Desde un punto de vista extremista, ratificada por la mayor parte de la filosofía y de la ciencia, y ejemplificada por el materialismo pragmático moderno, la mente del hombre es relegada a un procesamiento pasivo de la experiencia, impuesta por un mundo externo totalmente determinístico, un simple visitante serpenteando a través del gran museo de la vida. En el extremo opuesto, expuesto por innumerables y perdurables tradiciones místicas, de múltiples culturas y eras, toda experiencia es creada, presumiblemente, por la conciencia, de manera que cualquier realidad tangible, conlleva, ultimadamente, a la ilusión. Dentro de estas perspectivas divergentes, hay espacio para una variedad completa de posiciones personales híbridas, a ser formadas por algunas constelaciones de herencia cultural y religiosa, experiencia directa, racionamiento lógico, intuición e inspiración, mientras que a la conciencia se le permite cierta mezcla de estos papeles pasivos y activos, dentro de la cual, como concluyó Niels Bohr a partir de los enigmas de la física moderna, "somos, tanto desapercibidos, como actores, en el gran drama de la existencia" (1).

Hasta recientemente, la búsqueda escolar del balance más satisfactorio y pragmático de estas perspectivas, ha precedido, en gran medida, de fundamentos cualitativos e hipotéticos, para iluminar, directamente, la evidencia experimental ha sido muy difícil de obtener. Aunque los alquimistas de cada edad han expandido inmensos esfuerzos intentando interrumpir este enigma cósmico, los resultados han sólo compuesto la cuestión, mientras las modernas disciplinas de la sicología académica y clínica, han agrupado muchas correlaciones empíricas y propuesto numerosos modelos heurísticos en las interacciones de la conciencia humana con el ambiente, los mecanismos destacados del diálogo entre la mente y la materia, permanecen lejos de ser comprendidos. Igualmente en el aspecto físico, existen pocos datos experimentales directamente pertinentes, aunque una variedad de efectos anómalos, tales como la determinación de las paradojas de la física atómica y nuclear, los enigmas de la neurociencia y la práctica médica, y la evidencia corporal controversial asociable a los fenómenos físicos, sugieren que pueden haber serias deficiencias en los paradigmas establecidos.

Dadas las inmensas ramificaciones filosóficas y pragmáticas del tópico, esta deficiencia de evidencia experimental definitiva podría parecer curiosa, pero obstáculos formidables se oponen a tales investigaciones. Las relaciones físicas y sicológicas entre la conciencia y su mundo físico implican efectos sutiles y procesos que, en algunos casos, parecieran violar las premisas científicas más fundamentales del espacio y de la causalidad. Los parámetros implicados en tales interacciones son numerosos y ampliamente interdisciplinarios, y varios factores, estéticos y subjetivos, no acomodados normalmente por la metodología científica tradicional, parecieran, crucialmente, relevantes. Aun en los estudios más incisivos y cuidadosamente controlados, aparecen efectos sistemáticamente replicables, sólo como desviaciones marginales del comportamiento estadísticamente normal de los sistemas probabilísticos, predicando sensitividad extrema y estabilidad de los equipos de detección, y la adquisición de grandes bases de datos, si indicaciones válidas han de ser inequívocamente discriminadas, del ruido intrínseco de los procesos aleatorios.

Con reconocimiento total de estas dificultades, el propósito de este libro es reexaminar el papel de la conciencia en el establecimiento de la realidad física, a la luz de un extenso nuevo cuerpo de datos experimentales, recientemente adquirido, usando equipos, protocolos, procesamiento de datos y técnicas de interpretación que mitigan los obstáculos hasta el punto de que pueden obtenerse resultados cuantitativos estadísticamente replicables. Algunos de estos experimentos estudian la interacción de las operaciones humanas con varios aparatos técnicos y sistemas. Otros se preocupan por la adquisición de información acerca de objetivos geográficos remotos, inaccesibles mediante canales sensoriales conocidos. De estos estudios emerge una familia de efectos anómalos, claramente en la variancia con modelos física y sicológicamente establecidos, y claramente indicativa de alguna influencia de la conciencia humana sobre las características estadísticas tangibles de la información implicada. Basada en los aspectos observados salientes de estas anomalías, su escala y parámetros primarios, un modelo conceptual de tales interacciones, puede ser propuesto para ayudar en la correlación de resultados, el diseño de experimentos más incisivos, la predicción de otros efectos, y la explicación de los fenómenos sobre bases fundamentales. Otros se preocupan por la adquisición de información acerca de objetivos geográficos remotos, inaccesibles por canales sensoriales conocidos. A partir de estos estudios emerge una familia de efectos manifiestamente anómalos, claramente en variancia con modelos física y sicológicamente establecidos, y claramente indicativos de alguna influencia de la conciencia humana sobre las estadísticas características de la información implicada. Basada en las características salientes observadas de estas anomalías, su escala y parámetros primarios, puede proponerse un modelo conceptual de tales interacciones puede proponerse para ayudar en la correlación de los resultados, en el diseño de experimentos más incisivos, la predicción de otros efectos y la explicación de los fenómenos sobre bases fundamentales.

La tesis se expone en cinco segmentos. En la Sección I se ensambla un grupo de vectores epistemológicos, diseñados a partir de varias áreas tradicionales del pensamiento y la experiencia humana, que convergen sobre la motivación, la definición y la circunscripción de este programa particular de estudio.

La Sección II presenta una revisión concisa del diseño, y los resultados de un ensamble de experimentos, directamente dirigidos a la interacción de la conciencia humana con los aparatos físicos y los sistemas que encarnan varios tipos de procesos aleatorios. La Sección III describe un programa complementario de experimentos sobre la adquisición e interpretación de información acerca de objetivos físicos desconocidos, remotos en el espacio y en el tiempo.

En la Sección IV, estas capacidades anómalas demostradas de la conciencia humana, son dirigidas, vía un modelo teórico comprensivo, basado en la misma onda de la metáfora mecánica, que se probó útil en la resolución de muchas de las anomalías de la física moderna. La Sección V, entonces, reexamina el conjunto original de vectores tópicos a la luz de estos resultados experimentales y predicciones teóricas, y atentados para converger en alguna respuesta genérica a la pregunta original del papel de la conciencia en el establecimiento de la realidad.

Muchas fibras técnicas y filosóficas, se requieren para manifestar estos argumentos, algunos bastante rudimentarios e intuitivos, otros más sofisticados y jerárquicos, y sus interacciones son, igualmente, tan importantes como sus cursos individuales. Pero una vez este conjunto conceptual está en su lugar, y la evidencia empírica es separada de él, el papel de la conciencia en el mundo físico, emerge, realmente, dotado de un componente activo. En virtud de los procesos fundamentales, por los cuales él intercambia información con el ambiente, ordena tal información, y la interpreta, la conciencia posee la habilidad de polarizar los sistemas probabilísticos, y por lo tanto cubrirse a sí misma de ciertos márgenes de la realidad.

1 Niel Bohr, Teoría Atómica y la Descripción de la Naturaleza Cambridge: "The University Press", 1961, p. 119).

Traducción: Miguel Paz Bonells

Tomado de: file:///C:/Users/PAPA/Documents/WHAT%20IS%20CONCIOUSNESS%20PRE.pdf