Tiempos de confusión

Tiempos extraños nos toca vivir, tiempos de confusión, de odio, violencia brutal y egoísmo descarado. Tiempos que son anunciados antes que sucedan por los mismos demonios que los siembran.

Reina hoy un gansterismo a escala planetaria. Nos rige un sistema económico global que es criminal y deshonesto, por lo tanto está en bancarrota moral y económica, en ruta suicida hacia su propia destrucción. Lamentablemente las elites detrás de este sistema se han convertido en jueces, policías, verdugos y deciden quien vive y quien muere, y como deben vivir y morir las grandes mayorías.

En Venezuela, vemos gente arropada en el tricolor nacional, implorando una invasión extranjera. Ganaderos que escuchan joropo vestidos con pantalones" Blue jean" de reconocida marca gringa y que no dudan en contratar sicarios paramilitares de la republica colombiana para asesinar a sus compatriotas.

Vemos algunos "izquierdistas" haciéndose eco de la propaganda de la derecha fascista y mordiendo la mano del que les dio de comer cuando tenían hambre y no tenían ni siquiera voz.

En toda NuestraAmérica, contemplamos impávidos y ausentes como exterminan a nuestros hermanos ancestrales para robar sus tierras, como asesinan y desplazan a familias enteras de campesinos para entregar sus fincas a las grandes transnacionales de la muerte.

Falsamente indignados, protestamos por la destrucción del medio ambiente pero seguimos respaldando a las grandes corporaciones que devoran nuestra pachamama y votando por sus representantes.

Pegados a nuestros teléfonos vivimos sumergidos en un mundo virtual, que no es verdad y que nunca será verdad, riéndonos y admirándonos con lo que otros supuestamente hacen en algún otro lugar, publicando estupideces para ver si así logramos más "likes", más seguidores.

Nuestros intercambios con otros seres humanos son cada vez más cortos e inhumanos, siempre con una pantalla de por medio.

Nos han convertido en una sociedad de adictos, adictos a todo tipo de drogas, adictos a la tecnología y sobretodo adictos al consumo. Mientras, nos damos golpes de pecho gritando no a las drogas y declarándoles una guerra que se perdió antes de empezar, porque las drogas son parte intrínseca de ese sistema económico inmoral que algunos decimos combatir.

¿Que nos traerán estos tiempos enrarecidos por la pobreza espiritual, por las falsas religiones y los políticos farsantes? ¿Qué mundo heredaran nuestros descendientes, y que tiempos les tocará vivir cuando ya no sea nuestro tiempo?


 



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Gustavo Corma


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