Cuando nos va bien comemos arroz con salchicha manguera

Este escrito es una cavilación a partir de mi experiencia con los cambios alimenticios de mis familiares, vecinos y amigos, así como la baja de peso por esta situación. En esta crisis que vive el país los venezolanos nos la hemos ingeniado para sobrevivir haciendo cambios drásticos en la dieta diaria. Esta situación viene desmejorando la salud, pues no se aportan las proteínas y vitaminas necesarias para que el cuerpo contrarreste las enfermedades. Por consiguiente, los crecientes casos de desnutrición presentados por miles de venezolanos.

En las indagaciones con los vecinos, amigos y familiares del cómo se alimentan hoy una gran cantidad de venezolanos encontré esto: A la hora del almuerzo los cambios han sido relevantes. Ya no hay pollo, ni carne de res, ni puerco, ni pescado, mucho menos jugos de frutas o ensaladas. Ahora los más afortunados comen arroz con trocitos de mortadela, arroz o pasta con salchicha manguera (un tipo de salchicha traída de Colombia que es larga como una manguera y tiene un precio muy económico), pasta con un poquito de mantequilla, guisado de paticas de pollo, sopa de arroz con hueso rojo, yuca con un poquito de queso. Antes las asaduras: bofe, corazón panza, chinchurria, hígado, riñones eran una opción para los pobres, hoy hasta eso es inaccesible para muchos. Las hortalizas, frutas y tubérculos están tan costosas que casi lo único que compra los pobres es yuca. En el caso de la fruta a lo que tiene acceso la población es al mango, para algunos representa el único sustento diario. Otros podrían tener suerte y acceder a níspero, semeruco, lechosa y cambur que se cosechan en algunos patios y, entonces, ir de casa en casa para ver si les regalan algo de esos frutos. Otros me han comentado que a veces el pan se ha transformado en el único alimento del día pues es lo más económico que pueden conseguir. Alguien me dijo que va a los mercados a recolectar los desperdicios que dejan los vendedores: papa, plátano, auyama, zanahorias, lechuga, repollo, entre otras cosas. Un vecino me manifestó que dejaban jugar a sus hijas hasta tarde para que se levanten a eso de las 11 de la mañana, así los únicos que saltarían el desayuno levantados serían los padres. Los desayunos y cenas son exclusivamente de carbohidratos: arepas, pan o yuca, sin ningún adezo. Alguien refutará lo aquí escrito aludiendo a videos hechos por algunos extranjeros en centros comerciales o McDonald donde hay gente que aún come. Claro, esa es una clase media y alta enchufada con el gobierno, o el negocio del contrabando, familiares de funcionarios y de militares metidos hasta la cabeza en la corrupción y la tradicional burguesía que sigue como si nada. Que haya gente en los Restaurantes no niega la crisis. Lo que se observa es que la brecha entre los que tiene y los que no, se ha ensanchado en los últimos 6 años. Tan es así, que el sueldo mínimo solo alcanza para comprar un kilo de queso. Entre lo bajo de los salarios, la inflación y el desabastecimiento de productos los habitantes de este hermoso país viven un viacrucis para lograr llevar algo de comida a sus hogares. Un sector de la población ha logrado solventar la situación de consumo de alimentos, ya que tiene familiares en el extranjero y les envían remesas que les permiten adquirir productos que para muchos son inalcanzables.

Con el panorama descrito la salud de las futuras generaciones está comprometida seriamente, pues no se obtienen los alimentos requeridos para una dieta balanceada que contenga proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Alguien podría decir que las cajas de CLAP proveen de esos alimentos. Sí, de algunos: legumbres, leche, atún, pasta, arroz, aceite, azúcar, salsas. No trae frutas, hortalizas, tubérculos, carnes, pollo, pescado. Además, es entregada con tanta irregularidad que tarda hasta 6 meses en llegar. Por la tanto, no resuelve el asunto del hambre y las secuelas que deja. Este gobierno es tan pirata que no ha aprovechado la crisis para volcarnos hacia una producción nacional e incentivar la ingesta de alimentos propios de nuestros territorios que aporten lo esencial de una dieta balanceada. Quizás, las opciones que ha utilizado el venezolano para solventar el problema de alimentarse sean muchas, aquí solo se detallan las que este servidor conoció. Hay variadas y saldrán muchas más.



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Johnny Alarcón Puentes

Docente/investigador. Universidad del Zulia. Licenciatura en Antropología.


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