Ante la situación actual que mantiene a nuestra PDVSA prácticamente sumergida en una profunda inanición y que la amenaza incluso con su desaparición real y total, surge la necesidad de arrojar luz sobre las distintas variables que han jugado y juegan rol fundamental en su rendimiento operativo y financiero, con miras a abonar elementos que permitan establecer tanto responsabilidades como responsables.
Por ser nuestra industria una corporación global, es absolutamente inevitable fundir en dicho análisis, variables que escapan de las fronteras de nuestra patria y que irrefutablemente pasan por incluir teorías varias de "confabulación", aparte de otras variables conocidas y tradicionales. Nuestra industria petrolera ha tradicionalmente suplido el grueso de nuestro PIB total. Cualquier deterioro del mismo se traduce en consecuencia en un deterioro del país. Incluso desde la época del outsourcing y las asociaciones estratégicas de PDVSA, la progresión del PIB fue meramente marginal, para desembocar en su hundimiento propiciado por los efectos del sabotaje petrolero de 2002. A partir de 2004 y hasta 2012 repunta (excepto burbuja financiera EEUU’2009), para luego mostrar un descenso sostenido desde 2013 aun en presencia de un barril "in crescendo".
Es decir, las variables macroeconómicas desde entonces daban señales claras de una descomposición progresiva que ameritaba atención y sobretodo ajustes que nunca llegaron a hacerse.
Variables Tradicionales:
El gráfico siguiente muestra el perfil de producción y número de taladros activos total en función del tiempo. Hemos destacado el entorno de entrada de las empresas mixtas, ya que de hecho, marca un importante hito en su desempeño volumétrico. A partir de entonces (2010-2011), la actividad operacional reflejada en el número de taladros activos se incrementa sustancialmente, al haber pasado de unos 54 en 2009 a 122 en 2012. De este incremento de esfuerzo, cerca del 57%; es decir 69 taladros, fueron dirigidos hacia la faja petrolífera del Orinoco (FPO).
Los resultados no se hicieron esperar y de forma cuasi-inmediata el desplome de producción comienza a agudizarse, a medida que el costo de producir el mismo barril se disparaba exponencialmente. Es así como entre 2010 y 2014 en medio de un barril que galopaba a nivel promedio OPEP de $77.5 en 2010 @ $96.3 en 2014, nuestra producción nación se abatía consistentemente desde 3.122.000 B/D en 2010 @ 2.899.000 B/D al cierre de 2014. Un desplome de 223.000 B/D, mientras los taladros operativos sostenían un saludable nivel promedio de 116 en total para el periodo. Es decir, aun en medio de un alza del barril sin precedentes y aun en medio de una históricamente elevada actividad operacional, esa PDVSA se hundía ante la mirada impávida de todos.
Hasta ese momento la teoría de la conspiración imperial enarbolada por el gobierno de Maduro, no poseía "aparentemente" asidero real alguno. El germen de la destrucción había sido inoculado y residía en la estructura de PDVSA desde 2007/2008 con la inserción del plan siembra petrolera, la conversión de las asociaciones estratégicas (et. al) a empresas mixtas, la galopante corrupción, la pésima dirección y el peor liderazgo que han carcomido desde entonces a nuestra industria desde sus mismísimos cimientos.
Ramírez y Del Pino sentenciaron a nuestra industria a la destrucción que hoy acusa al haber pensado en un barril sostenible no solo a $100 sino a $200. Comprometieron a PDVSA a financiar los planes de desarrollo de los activos FPO y Costa Afuera al menos en la proporción pautada en las mixtas; es decir desde 51%, forzando en consecuencia más adelante a medida que se desinflaba el barril, a abandonar y sacrificar la actividad en las áreas tradicionales de menor costo de producción, mayor valor relativo y por ende, de mayor margen de ganancias. Estas áreas eran vitales en procesos aguas abajo. Por esta razón y por la catástrofe de Amuay de 2012, la nación se vio forzada desde entonces a dedicar cada vez mayor porción de su presupuesto a importar crudo y productos, disparando en consecuencia el gasto. PDVSA comienza a dar tumbos perdiendo mercados y cediendo cada vez más ante las demandas de sus socios foráneos, a medida que profundiza su dependencia de los mismos en la forma de endeudamiento y mientras la producción propia se hacia cada vez más minúscula. Ya desde entonces la industria petrolera pedía a gritos ser internada en terapia intensiva. Ello nunca sucedió.
El barril se tambaleaba peligrosamente, cediendo desde $96.3 pb en 2014 a $49.5 pb al cierre de 2015 (promedio OPEP); una monumental caída de cerca del 50% en valor en apenas un año, ocasionando un descomunal descenso en los ingresos totales de PDVSA al haber pasado de $121.895 millones en 2014 a tan solo $72.169 millones en 2015; una masiva reducción del 41%.
La actividad operacional necesaria para no solo mantener sino para generar producción fresca era insostenible dada la expresa limitación financiera que impedía cumplir con los requerimientos de inversión y gastos de mantenimiento. La capacidad de inversión propia cedía de forma drástica e irreversible y con ella el futuro de PDVSA estaba ya comprometido.
El fondo de estabilización financiera estaba seco, el descontrol financiero era total, la des-industrialización del país era despiadada, el gasto descontrolado y la corrupción desbocada. El gobierno había cavado su propia tumba. Nuestra industria estaba prácticamente en manos de China y Rusia. Era tiempo de profundizar. El próximo objetivo; el Arco Minero.
A partir de 2015, en momentos de suma fragilidad política, social y financiera, arranca una embestida política contra el gobierno de Maduro, con la llegada del ciclo de sanciones desde el norte. Venezuela tenia abierto tres ejes y flancos de gruesa debilidad; el del norte, el del este y el interno. Desde entonces y hasta el cierre de Marzo’2019, el número de taladros activos pasó de 110 a tan solo 22, para un derribo suicida de producción total de 1.903.000 B/D en tan solo 39 meses; es decir unos 49.000 B/D por mes.
Llegado Quevedo a la industria, se agudiza el colapso en la forma de un deterioro del ambiente laboral suicida, ausencia de planes y estrategias, y descuido de infraestructura y activos, que ha conllevado a un incremento sustancial en la accidentalidad e ilícitos ambientales. Desde el nombramiento de Quevedo en noviembre’2017 hasta final de Marzo’2019, se han dejado de producir 877.000 B/D en tan solo 16 meses. Es decir, unos 55.000 B/D por mes. De entre todas las áreas operacionales de nuestra industria, la FPO ha sido la que ha acusado la mayor caída acumulada de producción con sobre 52% de perdida, precisamente el área de la cual Ramírez y Del Pino hicieron más dependiente nuestra industria y nuestro país desde 2007/2008.
Variables No Tradicionales:
Llegado 2015 arranca una nueva ofensiva política contra el gobierno de Maduro desde la oposición Venezolana, internacionalizando con mayor profundidad la diatriba e incluyendo esta vez en la ecuación, a poderosos factores del poder global interesados en "reposicionarse" sobre los recursos energéticos y demás minerales estratégicos del Arco Minero, así como también decididos a cerrarle el paso, al avance de países no alineados en la orbita regional. Sin embargo, dichas sanciones arrecian y visibilizan sus efectos a partir de Enero’2019, con un país en medio de un clima de extrema "compulsividad" social atizado particularmente desde afuera y que ha marcado todos los segmentos y la ya extenuada calidad de vida de la maltrecha sociedad criolla.
Justificada o no, sin lugar a dudas existe realmente una "neo-guerra declarada", finamente "tejida" y no precisamente desde ahora contra Venezuela. Negarlo es desconocer las claras señales dadas desde todos los ángulos posibles. Sin embargo, las señales indican que el derrumbe de producción y de dicha economía, ha sido consistente desde mucho antes, estando alineado con el descuido de las áreas tradicionales, el avance del endeudamiento y las empresas mixtas, la militarización, la corrupción y la descomposición interna. No es en definitiva meramente debido a sanciones, ya que sus efectos se vienen sintiendo y advirtiendo luego de 2008, sino a confabulaciones, corrupción, conductas antipatria y sobretodo mezquindad política.
Entre Culpables y Responsables:
Indiscutiblemente junto a Ramírez y Del Pino, Quevedo es co-responsable y culpable del desastre actual de nuestra industria. Aquellos son responsables por haber sido los cerebros y ejecutores del plan/acciones que desembocaron en la destrucción que hoy la acusa. Este es co-responsable por haber aceptado un cargo para lo cual no estaba ni está calificado, por haber puesto en la mayoría de las posiciones claves y estratégicas, a individuos sin conocimiento alguno, que ha impedido presentar planes estratégicos coherentes, que incluya un plan de acción dirigido a torcerle el brazo al evidente deterioro que tenia de frente. Pero también el gobierno de Maduro es co-responsable al haber nombrado a individuos sin basamento alguno, al haber destruido la tradición petrolera de una industria altamente tecnificada, al haber pasado factura de profesionales que como Nelson Martínez confío hasta el ultimo de sus días en la revolución, y al haberla utilizado y abusado de forma continua y destructiva.
Hoy en medio de calamidades, esa Venezuela corre el peligro de quedarse sin energía, irónicamente teniendo las mayores reservas de crudo del mundo y las octavas de gas. Para 2011 ese país requería [https://diariodecaracas.com/dinero/pdvsa-apuesta-al-gas-generar-energia-electrica] para termo-generación unos 241.000 B/D de diesel que representaban erogaciones y-o-y en exceso a los $30.000 millones. Pero para producir un solo barril de diesel, hace falta procesar cerca de 4.4 barriles de crudo (función API et. al). Es decir, para lograr generar el requerimiento total seria necesario procesar al menos 1.050.000 B/D, ya que cada barril de crudo cede entre 21% @ 24% en cortes de diesel fuel entre otros. Es decir, a full procesamiento, la industria no podría hoy satisfacer dicha demanda. Aunado a lo anterior y ya con el agua por encima de la nariz, PDVSA con solo 960.000 B/D de producción (Marzo’19), no está en capacidad de satisfacer sus compromisos con China y Rusia que de por si superan el 1.000.000 B/D. Los ingresos por la vía de las exportaciones petroleras, por ahora se han cerrado. Se ha consumado lo impensable!
Einstein Millán Arcia |Petróleo y Gas "Upstream"/ Estudios de Especialización a nivel de doctorado en flujo de fluido en medios porosos – The University of Oklahoma, 1991 / Master of Science Petroleum Engineering – The University of Oklahoma, 1990 / Ingeniero de Petróleo Universidad de Oriente, 1979). Ha publicado y presentado en diversas revistas y conferencias internacionales más de 12 trabajos especializados en materia de Petróleo y Gas. Ha escrito más de 250 artículos de opinión en el campo energético y geopolítico, y sido citado en materia de petróleo y gas en: Soberania.org, Oilpro, aporrea, NoticiasVenezuela, Plattsblog, las armas de coronel, segurosybanca, noticiascandela.informe25, petroleum, la patilla, The Slush Pit (Oklahoma Oil & Gas News), Energy Economist y Los Ángeles Times entre otros.
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