Por una emergencia de salud, mé tocó volver a mis lugares de juventud, de una forma distinta a la que siempre asistía y desde donde un dolor se escuchaba como un quejido en la distancia y apostado en la ventana empecé a revivir recuerdos de mi comunidad.
Cuando el quejido estuvo más calmado, baje a compartir con mis compañeros de tiempo; comprobé, que lo que veía desde la ventana con mi pensamiento comunista (comuna) no era una sugestión por haber estado ausente, era una verdad que me estaba explotando en la cara y la ausencia de mis lugares me había cerrado los ojos ante la verdad.
Desde la otra orilla, se ve distinto: las ocupaciones, reunión, convocatoria y actividades que tienen valor para la formación, se hicieron más importantes que lo dejado y hacían más falta cuando me fui y no mé di cuenta, hoy la realidad se presenta vestida de indolencia .
Cuando hice un sondeo acusioso. me sorprendió que un porcentaje considerable del sector se habia desclazado, se habian separado de ellos mismos, de su esencia.
Los pasillos del edificio estaban enjambrados de divisiones: cinco apartamentos por lado y cada uno tenia una "privacidad" como para no concidir nunca; al último apartamento del pasillo solo llegaban sus moradores; los evangélicos y vendedores de bagatelas habian desistido de llegar con su letanía, era casi imposible con tantas divisiones.
Ya no eran vecinos como cuando me fui: ahora cada uno tenia su parcela, el imperio habia logrado su objetivo.
Los hijos de mis amigos parecían zombis de otro planeta, habían tomado con mucho entusiasmo la moda de tatuarse, ya no se sabía quién era hijo de quien; no se trataban entre sí, solo lucían su moda de pintarrajeados y la creencia que no eran vecinos, sino unos egocentrista que habitaban en un sector, donde ninguno tenia que ver con el otro.
Los pocos que se tratan, hablaban de los "del cerro" como una clase inferior, sin darse cuenta que estaban atrapados en la misma trampa y en igual condición.
Entendí que en el lugar se habia elaborado en el tiempo un influyente de alienación y el resultado estaba ante mis ojos, maldiciendo todo lo que tuviera que ver con el proyecto revolucionario; menos la caja clap y los bonos.
En la procesión de semana santa hicieron una oración nueva y en coro la rezaban todos, haciendo peticiones golpista contra el presidente, sin fundamento político, solo traicionando la fe cristiana; vociferando deformaciónes que impuso la doctrina.
Lo que se veía desde mi ventana: era el ropaje de una comunidad que ahora descompuesta intenta salir de una ilusión que en otrora creyó era clase media y ahora se da cuenta que no es nada de lo que creyó.
Estoy cuantificando dolor y asumiendo mi culpa: tengo que activarme para intentar aportar algo. Porque esta PATRIA por la que estoy luchando, no quiero que sea lo que ven mis ojos desde la ventana, porque PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.