Domingo, 20 de Abril de 2003
En el primer Encuentro de Solidaridad con la Revolución Bolivariana, la Dra. Margarita López Maya nos obsequió una clase magistral sobre el papel de la clase media antichavista en el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, en donde desnuda sus miedos, total falta de cultura política y las razones historicas que explican su conducta antidemocrática.
Tanto la ponencia como la reacción del publico revela lo que nuestros amigos de la Unidad de Análisis llamaban el pasado 14 de abril, el dramático contraste cualitativo entre los actos chavistas y opositores, "mientras en las marchas opositoras se ven rostros desencajados por el odio, chillando consignas que rezuman rencor y frustración, en las concentraciones chavistas hay un pueblo sonriente, feliz, que festeja." Esa gran diferencia se refleja en las preguntas que hizo el publico a la Dra. López Maya, una audiencia ávida de hallar respuestas a la actitud antidemocrática de la case media opositora, y sin ningún interés en condenarla.
¡Vaya corazón!
Como complemento a nuestra columna del pasado 6 de abril, les ofrecemos la extraordinaria ponencia de la Dra. López Maya, cortesía de www.ForoBolivariano.org.ve
Moderador: Margarita López Maya es historiadora y además tiene un doctorado en ciencias sociales, es profesora, investigadora titular del Centro de Estudios de Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela, tiene por supuesto algunas publicaciones, el caso por ejemplo de Lucha popular, democracia y neoliberalismo, protesta popular en América Latina en los años de ajuste, publicado por una prestigiosa editorial, por Nueva Sociedad. Dirige igualmente una revista. Y ella va a conversarnos particularmente hoy en día, en esta mañana, va a conversarnos acerca de la participación de los sectores medios en el proceso conspirativo. Los sectores medios han sido y son un factor fundamental en todo este proceso y han jugado un papel y juegan un papel y sobre eso nos va a conversar la doctora Margarita López Maya.
Margarita López Maya: Buenos días. En primer lugar quiero agradecer la invitación que se me hiciera para compartir con ustedes, así como con los otros invitados activistas y militantes políticos, intelectuales nacionales e internacionales, público en general, a esta conmemoración del fatídico día del 11 de abril del 2002.
Como historiadora y analista político la contribución que pueda hacer hoy en este panel es el de presentarles algunas reflexiones que a lo largo de este año he venido haciendo sobre la insurrección cívico militar del 11 de abril y sobre todos estos meses posteriores de aguda crisis política.
Los invito entonces a que nos concentremos ahora en una pregunta que muchos reporteros, sobre todo internacionales, me han hecho con reiterada insistencia. ¿Por qué sectores sociales importantes de la sociedad venezolana, principalmente provenientes de las capas medias, se dejaron conducir o contribuyeron activamente con una insurrección civil y un golpe militar, contra un gobierno legal y legítimamente constituido? ¿Por qué estuvieron dispuestos a violar las normas democráticas? Creo que es una pregunta además pertinente, visto que el este de Caracas desde anoche ha sido objeto de las nuevas manifestaciones de protesta.
Quiero que nos fijemos no en el por qué empresarios, medios de comunicación o gerentes de PDVSA decidieron utilizar vías antidemocráticas para deponer al gobierno del Presidente Chávez. Ellos tienen claramente intereses que están siendo afectados por el proyecto político del actual gobierno y además su vocación democrática es precaria, por decir algo.
Entender a los grupos económicos y los gerentes en su enconada y antidemocrática oposición es más bien fácil. Me parece más importante y más difícil responder al por qué sectores de clase media, no necesariamente afectados en sus intereses en este proyecto político nacional popular que lidera el actual Presidente, se han venido aliando más bien con sectores económicamente poderosos y se han dejado convencer y conducir políticamente con ellos.
¿Por qué se convencieron antes del 11 de abril de que la V República era peligrosa para ellos, hasta el punto de buscar salir de ella por cualquier vía? Voy a contestar esta pregunta desarrollando tres ideas.
La primera. Considero que se viene dando desde 1989 en Venezuela situaciones que para diversos sectores han sido percibidas como violaciones a las normas de convivencia pacífica entre los venezolanos por parte del Estado. Esas violaciones han alimentado sentimientos de injusticia e indignación moral en diversos sectores sociales provocando este talante insurreccional que vivimos permanentemente.
La otra idea o el otro factor que explica este fenómeno es el papel de los medios de comunicación, estos se han politizado y con sus recursos mediáticos han contribuido, a mi modo de ver, decisivamente a producir una extrema polarización política.
Y en tercer lugar desarrollaré que estos sectores medios descontentos y opuestos al proyecto y/o al estilo del gobierno del Presidente Chávez, han sido liderados y orientados por un liderazgo especialmente incapaz e irresponsable. Estos atributos de liderazgo de oposición son el resultado de factores que van más allá de cualquier persona en particular.
Cuando digo que en el año 2002 la oposición comandó dos insurrecciones contra el gobierno de Chávez, la de abril y la de diciembre, no estoy emitiendo un juicio de valor sino definiendo objetivamente lo que los venezolanos sufrimos. En esos momentos una porción de nuestros compatriotas utilizó vías extraconstitucionales, vale decir ilegales para derrocarlo.
En este sentido lo que hicieron empresarios, medios, gerentes de PDVSA, dirigentes y sindicatos de la CTV, y sectores medios organizados y desorganizados fue idéntico conceptualmente, por ejemplo, a lo que hicieron partidos de izquierda en los años 60. Consideraron a un gobierno elegido democráticamente como ilegítimo y tomaron una vía insurreccional para derrotarlo. En aquel caso la insurrección tomó la forma de una lucha armada, en este caso se usaron el golpe militar, paros y huelgas generales. La situación en ambos casos no obstante es insurreccional. Me parece importante que llamemos las cosas por su nombre y que reconozcamos la seriedad del problema sociopolítico que tenemos como sociedad y lo comprendamos lo mejor posible para poder comenzar a superarlo.Entonces, la primera idea, la violación a las normas de convivencia pacífica entre los venezolanos. El Estado venezolano que se definió como un Estado democrático desde 1958, que basó su legitimidad en esos primeros años en un proyecto político liderado por el partido Acción Democrática, que se comprometió con un desarrollo económico con justicia social, con unas relaciones políticas ajustadas a los procedimientos democráticos y que utilizó un discurso de inclusión y actividad social, dejó de responder a esos objetivos en al menos la década de los 80 cuando se desató en los países del tercer mundo la crisis de la deuda externa y los (hay problemas de audio)… comenzaron a implementar políticas de ajuste y reestructuración económica de naturaleza neoliberal.
El proyecto llamado hoy de Punto Fijo, si bien dejó excluidos a ciertos sectores sociales y políticos, se sustentó en la promesa de un futuro mejor, incluyente, para todos, dentro de una visión de progresiva mejoría económica y social. Los venezolanos respaldamos ese proyecto en las urnas por casi dos décadas.
Para mí, a partir del Carachazo de 1989 comenzó el camino de esta especie de rebelión generalizada de la sociedad venezolana, se hizo explícita la violación del Estado venezolano y de quienes lo administraban, los partidos de Punto Fijo, a las bases del proyecto democrático de 1958.
La masacre de febrero y marzo de 1989, perpetuada por las fuerzas de seguridad del Estado contra la población civil desarmada, principalmente proveniente de los sectores populares, marcó el camino sin retorno de su deslegitimación ante la mayoría de los venezolanos. La muerte del bipartidismo y los triunfos de nuevos actores políticos a lo largo de los años 90 así lo constatan. La victoria de Chávez en 1998 y la fundación de la V República son emblemáticas de ese repudio.
Pero el gobierno del Presidente Chávez también falló en sus primeros años en recomponer las bases de convivencia pacífica entre la mayoría de los venezolanos. Si bien ha sido entusiastamente acogido por amplios sectores populares al volver a construir un discurso incluyente de los pobres y empobrecidos, falló por incluir en ese discurso a sectores medios urbanos, algunos de ellos procedentes de las migraciones europeas que la sociedad venezolana recibió después de la Segunda Guerra Mundial. Esos sectores, muchos también ellos de extracción humilde más bien se han sentido excluidos del nuevo proceso, insultados por el discurso presidencial que los ha clasificado dentro de las oligarquías y élites tradicionales. Y también se han sentido asustados, asustados por la admiración a Fidel Castro y la revolución cubana, remachada una y otra vez en el discurso presidencial.
El anticomunismo en Venezuela, es bueno recordarlo, es un valor muy internalizado en sectores de las capas medias, muchas de las cuales han estudiado en escuelas privadas religiosas. El Estado docente de los años 60 y 70 también socializó ese repudio al “castrocomunismo” en las escuelas públicas, pues como sabemos fue el anticomunismo una de las características del proyecto político de Punto Fijo. La exclusión y el miedo que se volvió pánico en algunos momentos del año 2002 ha hecho germinar lo que Barrent Tunut Junior ha llamado sentimientos de injusticia e indignación moral, que han alimentado esta “rebelión de las clases medias” como alguna vez lo llamó Teodoro Petkoff a este fenómeno que hoy padecemos.El segundo punto, la politización de los medios. Otro proceso importante que ha tenido lugar en estos últimos años es la politización de algunos grandes medios privados de comunicación social y la fuerte influencia que estos establecen sobre los sectores medios y populares que en las últimas décadas han visto deteriorar no sólo sus condiciones materiales de vida sino también sus lazos sociales y sus referentes políticos. No podríamos entender la polarización política extrema que se vive en Venezuela y que tiene pocos antecedentes en América Latina, salvo quizás en Chile en 1973, sin la situación de recesión económica y sin la descomposición social y política que la sociedad venezolana ha sufrido desde los años 80 y que ha permitido que la función política propia de organizaciones partidarias haya sido usurpada por actores sociales totalmente inadecuados para cumplir ese papel, especialmente por algunos medios de comunicación privados.
Debido a este eclipse de la política, de los políticos y de los partidos que se ha vivido, los sectores medios venezolanos quizás más que ningún otro sector reciben sus referencias sociales y políticas principalmente a través de los medios de comunicación. Son estas clases, como lo explica Néstor García Canclini, ciudadanos consumidores de bienes culturales que reciben a través de los masmedia y estos medios lejos de cumplir su función social, cual es la de informar oportuna y verazmente para que los ciudadanos podamos razonar y tomar nuestras propias decisiones, se han venido politizando, es decir utilizando sus recursos para defender sus intereses privados.
Estos medios privados de comunicación en Venezuela han venido usando políticamente su poder desde los años 90, no es algo enteramente nuevo del gobierno del Presidente Chávez. Recuerden el aborto a la reforma constitucional de 1991 promovido por los impresos y canales de televisión disgustados con un artículo de esa reforma que consagraba el derecho a réplica.
Con el gobierno de Chávez sin embargo se ha llegado a unos niveles extremos, pues en el año 2002 los medios fueron poderosos actores políticos que pusieron su recurso al servicio de uno de los polos de la confrontación, utilizaron los recursos mediáticos llegando en ocasiones a violentar toda ética de periodismo para radicalizar y polarizar políticamente a sectores sociales opuestos o en desacuerdo con el proyecto y las políticas del gobierno.Tercero. Organizaciones y dirigentes incapaces e irresponsables. Finalmente, para entender por qué sectores importantes de nuestra sociedad, no necesariamente antidemocráticos o afectados en sus intereses económicos por el gobierno de Chávez, sienten tan profundo odio por éste y los sectores sociales y políticos que lo apoyan, hasta el punto de comprometerse con insurrecciones y golpes de Estado. Es necesario reconocer la incapacidad, ignorancia e irresponsabilidad de las organizaciones y líderes sociales y políticos que orientan y conducen a los sectores de la oposición. Los rasgos negativos del liderazgo de la oposición que debemos de poner de relieve cada vez que tengamos la oportunidad de hacerlo, y yo lo hago permanentemente, es factor principalísimo de la polarización, la irracionalidad y el primitivismo político que privaron en el año 2002 en Venezuela.
Los sectores que de una u otra manera han sentido indignación moral por el proyecto, las políticas o el estilo del gobierno del Presidente Chávez, fueron dirigidos u orientados no sólo por unos medios de comunicación que han abusado de sus recursos mediáticos para exponer a los venezolanos a una guerra psicológica de odio hacia el gobierno y de odio hacia el otro que lo apoya, sino también por unas organizaciones sociales que en lo conceptual y en su práctica social son inadecuados para ejercer funciones políticas de un orden civil y democrático.
Ni Fedecámaras ni sus líderes, ni los gerentes y sus dirigentes de gente del petróleo, ni aquellos que se autodefinen como los dirigentes de la sociedad civil en mayúsculas, que han sido protagonistas de estas insurrecciones, reúnen los requisitos mínimos para conducir responsablemente sectores de una sociedad democrática, no conocen el país donde viven en su conjunto, ya que lo que perciben es una parcialidad de él, desconocen sus problemas históricos y son incapaces de reconocer al otro como un igual, además carecen de formación y experiencia política, estas organizaciones están concebidas para defender derechos particulares, privados, que ya tienen, especialmente derechos de propiedad en el más conservador sentido liberal de la palabra. Y a los que no tienen los toman por inexistentes, por amenazas a sus derechos o simplemente como enemigos.
Es un problema que va más allá de las personas, de los dirigentes específicos, tiene que ver con cómo esas organizaciones están concebidas y para qué sirven. Para política definitivamente no. Ellos no pueden ni deben asumir funciones políticas porque terminan produciendo catástrofes como las que hemos vivido, situaciones que sólo pueden equipararse con una guerra civil.
Los partidos de oposición por su parte, que podrían estar mejor preparados y ser más responsables, fueron secundarios en esta confrontación, pero igualmente han reflejado en sus acciones múltiples debilidades, diagnósticos errados de la realidad venezolana, oportunismo e irresponsabilidad al aprobar acciones temerarias que han terminado por afectar el futuro del conjunto de la sociedad.
Por otra parte, la CTV que tiene en su concepción y orígenes doctrinarios distintas características a la de las organizaciones sociales llamadas de la sociedad civil y que por ello mismo hubieran podido cumplir otro rol político, la mediocridad de sus dirigentes los llevó a plegarse a los intereses de sectores poderosos con los cuales los trabajadores que representan tienen poco que compartir.Entonces, haciendo para concluir una síntesis de estas ideas, la sociedad venezolana ha sufrido una fractura en dos bloques poderosos que en el año 2002 parecieron irreconciliables: el oficialismo y la oposición. Esta fractura nos llevó el 11 de abril a una salida insurreccional, violenta y al borde de una guerra civil. Tres procesos sociopolíticos recientes concurren para explicarnos esta dramática y perniciosa situación: una percepción de violación a las reglas de convivencia pacífica que los venezolanos nos habíamos dado especialmente desde 1958, desde los 80 la democracia venezolana no respondió a sus promesas, alienando a los sectores populares del apoyo que antes le dio.
En el gobierno del Presidente Chávez, sobre todo sectores de ingresos medios se han sentido excluidos y asustados del proceso de transformación, y violentados, debido también a errores en la conducción política de parte del oficialismo. La indignación moral de estos sectores con el gobierno ha sido aprovechada por poderosos medios de comunicación que convertidos en actores políticos han hecho uso de influyentes recursos mediáticos para radicalizar las opiniones y acciones políticas de sectores sociales inconformes. En tiempos de orfandad de lazos sociales y políticos el ciudadano consumidor está más dispuesto que en el pasado a confiar y apoyarse en los medios de comunicación para encontrar sus referencias valorativas y políticas.
El liderazgo que condujo al 11 de abril y al paro petrolero es uno que adolece de severas carencias para contribuir con una salida democrática a la crisis venezolana. Su desconocimiento del país en el que vive, su incapacidad de ver, oír y tolerar al otro, distinto de él, ha contribuido de manera decisiva a que sectores sociales descontentos tomaran rutas violentas y antidemocráticas para intentar resolver la conflictividad sociopolítica existente.
Afortunadamente no triunfaron y hoy justamente estamos celebrando eso, ello significa que la democracia venezolana sigue teniendo una oportunidad importante para restablecerse y consolidarse, pero también significa que tiene importantes retos que afrontar para recuperar esa convivencia pacífica entre los venezolanos. Gracias.Moderador: Quiero decirles que verdaderamente han llovido muchísimas preguntas, nosotros hemos hecho, digamos, hemos seleccionado las preguntas de acuerdo a quien han sido dirigidas, y entonces a continuación pasarán los señores panelistas a responderlas.
Margarita de López Maya: Bueno, lo primero es agradecer la cantidad de preguntas que me han llegado aquí, y que afortunadamente… ¿ Me acerco más? Debe ser que está mal ubicado. ¿Me oyen? Allá al final. Bueno, entre que hable un poquito más duro a ver si la voz entra bien al micrófono.
Me han llovido las preguntas, es cierto, pero como me centré en los sectores medios, en los sectores medios digamos hay una cantidad de preguntas que son muy parecidas, y lo que voy a hacer es ampliar un poquito algunas cosas que dije a raíz de lo que me señalan algunas preguntas.
Cuando yo hablo de las capas medias no hablo de todos los sectores medios, pero no cabe duda de que hay importantes porciones de la clase media que antes del 11 de abril se aliaron con los factores de poder más poderosos de la sociedad y entraron en lo que el alcalde acaba de decir, en esa insurrección del 11 de abril, en ese paro insurreccional y en esa marcha insurreccional, y acompañaron los intereses de esos grupos en contradicción con los intereses representados por el Presidente Chávez y la alianza política que lo apoya.
De manera que lo primero que habría que decir es que no me estoy refiriendo a todos, porque nunca podemos en una sociedad decir que todos los sectores populares están con Chávez, o que todos los sectores de una determinada clase social están políticamente con un proyecto y en contra del otro proyecto, siempre debemos matizar, y esa es la primera precisión que quería hacer.
La segunda tiene que ver con algunas preguntas que rondan ¿por qué no entiende la realidad, es por las fallas estructurales de la sociedad venezolana que se han vuelto fascistas?
Quiero responder esto de la siguiente manera, quiero que se ubiquen, aquellos que posiblemente son de clase media, pero que también se ubiquen quienes se sienten más identificados con los sectores populares, se ubiquen en sus casas, en sus familias, en sus trabajos, en los lugares donde viven, en los lugares donde pasean. Para muchos grupos de los sectores medios todo su entorno territorial, familiar, afectivo y laboral no comparten el proyecto político del Presidente Chávez, de manera que captan solamente una parte de la realidad venezolana. Y nos pasa a todos, desde el lugar en donde estamos, creemos que el mundo es de una manera. Y cuando estamos en el Este creemos que el mundo es de una manera, y cuando estamos en el Oeste creemos que el mundo es de otra manera. Y esa es nuestra tragedia en Venezuela actualmente.
Un profesor ponía un ejemplo, de la Escuela de Arquitectura, que lo voy a decir aquí porque me pareció que ilustra perfectamente este aspecto, decía que sus estudiantes, ustedes saben que la carrera de Arquitectura hoy en día es para clase media y alta, porque es una carrera muy costosa, y aunque la Universidad es gratuita no acceden los sectores populares por una distorsión que hay allí, ponía a sus estudiantes de los primeros semestres a que dibujaran la ciudad de Caracas, lo más pormenorizada que podían, y esos muchachos (19, 20, 21 años) no podían pormenorizar pasando Chacaíto. Con eso lo que quiero decir es que la sociedad venezolana está viviendo una tragedia, que está fracturada en dos puntos que se dan las espaldas y que no se ven, que eso obedece a factores estructurales pues lógicamente. Tenemos 20 años de recesión económica, tenemos 20 años de rancia del modelo económico, tenemos 20 años sufriendo descomposición social, tenemos una década de colapso de un sistema político fuerte, todas esas cosas han contribuido que los venezolanos hayan perdido referencias para entender las cosas, hayan perdido lazos sociales con qué moverse, y en esos vacíos que han ocurrido se han fortalecido ciertos sectores. Los medios de comunicación se han fortalecido porque han llenado vacíos que antes hacían actores que tenían los atributos para hacerlo, los partidos políticos criticados hasta la saciedad por 20 años son organizaciones hechas para escuchar a la sociedad y procesar las demandas, negociar los intereses diferentes y llevarlos a donde se toman las decisiones.
Los medios de comunicación social son empresas que nadie elige, que nadie les revoca el mandato, y tienen intereses particulares que es vender el periódico, cuando esos sectores pasan a ser partidos políticos ellos lo que hacen es defender sus intereses, al no cumplir las funciones que les corresponden producen un enorme daño a la sociedad venezolana, porque ellos están es para informar, y una democracia necesita mucha, mucha información, que todos podamos tomar las decisiones a partir de la información que se nos proporcione, y esto es un fenómeno mundial, los medios de comunicación, porque no son nada más los venezolanos, son los mundiales, los medios de comunicación hoy en día son los que le dan las referencias sociales y políticas, las culturales, a inmensas masas de la población mundial.
Es lo que repetía García Calklini: El ciudadano hoy en día no es el ciudadano informado, no es el ciudadano que discute, es el ciudadano que prende el televisor y recibe un producto. Y le dice que uno tiene que tener el carro así, uno se tiene que vestir asao, que qué bueno es ir a Miami, que qué bueno es etcétera, etcétera.
Eso hay que entenderlo, hay que entenderlo entre otras cosas porque todo somos venezolanos y este territorio nos pertenece a todos y todos debemos vivir en sociedad, ninguna sociedad comparte un solo proyecto político.
Para mí el problema fundamental no es que se comparta o no el proyecto político, sino que no existe el reconocimiento de las diferencias y cada quien se abroga la única verdad y utiliza el procedimiento autoritario para terminar de aniquilar al otro, y ese es el problema sustantivo que yo veo ahí.
Se me pregunta entonces si pueden ser ganados esos sectores, como digo, de la clase media. Yo estaba hablando del 11 de abril y los meses previos. Indudablemente este es un diagnóstico que se ha hecho en el Gobierno y entre las organizaciones sociales y políticas que apoyan el proyecto bolivariano (Clase Media en Positivo), entre otras cosas en producto posterior al 11 de abril, y creo que está demostrado que tiene capacidad para entrar en ese mundo y para recoger de allí también bases de apoyo a un proyecto que en definitiva nos incluye a todos.
Yo creo de todas maneras que siempre habrá gente que está en desacuerdo con ese proyecto. Yo creo que si algo ha revelado la sociedad venezolana en los últimos años, y era una cosa que no se veía en las décadas anteriores, y que ha emergido con mucha claridad, sectores muy conservadores en la sociedad venezolana, sectores muy intolerantes en la sociedad venezolana, sectores muy de derecha en la sociedad venezolana; y no es eso digamos algo que debamos temer, lo que debemos temer es que esa derecha sea antidemocrática, ella debe de alguna manera ser convencida o forzada, o reducida para que utilice los procedimientos democráticos para dirimir sus diferencias con el resto de la sociedad.
Que si es autoritario la clase media.
Yo creo que si algo ha demostrado la sociedad venezolana en el año 2002 es que buena parte de nuestros sectores, en toda la gama de los sectores sociales, hay autoritarismo; que parte de nuestra cultura política es autoritaria, y que ahora que han emergido verdaderas diferencias, profundas diferencias, tenemos que aprender a ser tolerantes y a respetar el procedimiento democrático para dirimir nuestras diferencias.
También me preguntan ¿por que la oposición le teme al calificativo de bolivariano?
Es una pregunta difícil, me parece, y que voy a tratar de responder parcialmente. Yo diría que más que temerle al concepto bolivariano habrían dos cosas, por una parte habrían ciertos sectores que sienten un poco de desprecio por el termino bolivariano. Cuando yo me refería a los sectores de clase media y también de los sectores altos, porque en estos también este componente, allí entre otras cosas, y lo señalé también en la ponencia, hay gente que no tiene ninguna conexión con los sectores populares. La emigración de la segunda posguerra, por ejemplo, no se conecta culturalmente con el mestizaje americano de hace 5 siglos, son gente que viene de un mundo europeo, que llega y se instala en el Este, por decir alguna cosa, y se educaron en colegios privados, religiosos, con monjas españolas posiblemente, o curas españoles, y han tenido un proceso en el cual los vínculos para entender al otro, para reconocerlo, para compartir su cultura afroamericana, indígena, todo ese componente que somos nosotros, no tiene esas conexiones para hacerlo. Y yo creo que también como parte de ese mundo tampoco entiende mucho ese asunto bolivariano, o le parece una cosa un poco dentro de una parafernalia de una historia patria que no es totalmente propia.
Por otra parte también es cierto que el término bolivariano ha sido apropiado políticamente en los dos siglos de vida republicana constantemente por una de las partes políticas que pugna en el ámbito político, y en este momento hay un poco de rechazo, un poco no, bastante, lo vimos con el cuadro de Simón Bolívar, que fue quitado en el momento de la juramentación de Pedro Carmona Estanga, el 12 de abril.
Hay la idea de que si ellos se apropiaron de este emblema entonces yo lo rechazo, porque eso forma parte de las pugnas políticas, de la búsqueda de imágenes que identifican a los bandos que están en pugna.
Finalmente voy a referirme a dos preguntas que no me corresponde demasiado porque no entraban dentro de mi ponencia, pero las voy a responder porque en cierta manera uno el 11 de abril todas estas cosas también son pertinentes, sobre los periodistas.
¿Por qué los periodistas han tenido una actuación muchas veces apegada a los sectores que están en contra del proyecto bolivariano?
Yo creo que a los periodistas les ha tocado uno de los roles más difíciles durante el año 2002, ellos son empleados de los dueños de los medios de comunicación, ese es su trabajo, informar, y digamos ese es el sustento, ellos también son parte de las clases medias, y eso es parte de su sustento. Pero además ellos han quedado en el medio de esta pugna política, en donde aquellos que están a favor o que están en contra del proyecto, al que tienen más cerca para atacar es al periodista que está cubriendo los acontecimientos. Y en ese sentido, me parece a mí, que en la medida en que han sido ofendidos, atacados, agredidos, por algunos de los bandos, ellos se radicalizan también, y ellos pasan a jugar, algunos, este papel polarizado en el que ha vivido la sociedad venezolana. Bueno, gracias.Critica revolucionaria. En el mismo panel, el intelectual Néstor Francia se tomó la libertad de realizar una critica al Encuentro Bolivariano y al proceso en sí mismo, como le corresponde, según sus palabras que yo también respaldo, a todo revolucionario.
Ahora bien, a mí me preocupa, y voy a una parte quizás un poco polémica de mi intervención, la última parte, a mí me preocupa que esta lección no haya sido completamente comprendida, no por la oposición golpista para la cual el pueblo simplemente no existe, no lo meten en las cuentas porque no existe y cuando aparece se le aparece como un fantasma, como pasó en diciembre, que ellos contaban que quitando la gasolina y el gas el pueblo se iba a volcar a la calle y crear un caos, y salió el pueblo con sus virtudes, sus viejas virtudes bolivarianas, la paciencia, la constancia, sus colas, inventó, cocinó con leña e inventó de mil maneras la forma de superar el sabotaje criminal que hicieron contra nuestro país estos fascistas. Yo temo es que muchos sectores del poder constituido no hayan aprendido esa lección, es decir de la importancia de la organización del pueblo y de la importancia de la participación del pueblo.
A mí los temores me surgen a cada rato. Yo por ejemplo, este Encuentro Bolivariano, que felicito a sus organizadores, me parece un acto muy importante, me parece que se logran cosas aquí muy importantes, nos interesa mucho este trabajo internacional que se está realizando, de verdad los felicito a todos. Pero como el revolucionario tiene el deber de ser crítico y tiene que criticar a su gobierno y a su partido, a todo el mundo, a mí me da la impresión de que a este encuentro le falta un poco de calle, es decir dejamos solas las plazas, dejamos solos los boulevares y dejamos solos los sitios emblemáticos donde el pueblo luchó, dejamos un poco solo al Valle, al 23 de Enero, a La Vega, Antimano, a Vargas, a Maracay, a Cumaná. Es una crítica leal para que reflexionemos y aprendamos, es decir no podemos considerar al pueblo como un elemento colateral, no podemos considerar al pueblo como un elemento secundario, porque el pueblo es el factor principal y entonces ese factor principal tiene que ser tomado en cuenta en todo lo que hagamos. Y esa lección, y esa visión que es una visión que se opone a ciertas desviaciones burocráticas, que son normales, que surgen en los estados y en los gobiernos revolucionarios siempre han surgido, pero que son peligrosas en la medida en que uno no las debata, uno no las critique y uno no las enfrente aunque sea con lealtad, no por deslealtad por quienes trabajan todos los días a veces con gran ahínco, pero creo que a veces en algunos aspectos se equivocan.
Yo voy a referirme a este tema rápidamente para cerrar mi intervención, y les pido disculpas porque voy a leer algunas citas que están en un libro mío reciente que se llama ¿Qué piensa Chávez? que es un análisis de algunos discursos del Presidente.
El pueblo venezolano está tan despierto que este tema del enfrentamiento a la ineficiencia burocrática en nuestro gobierno lo carga para arriba y para abajo como tema cotidiano y es necesario escucharlo. Voy a leer rápidamente un breve párrafo de un documento firmado por una variada gama de organizaciones populares y que fue publicado en el periódico alternativo Proceso, y hay una gran cantidad de organizaciones populares firmándolo.
Ellos dicen lo siguiente: “Exigimos que el Ejecutivo Nacional y las diferentes instituciones del Estado demuestren mayor eficiencia en la ejecución de los planes, combatan firmemente y sin concesiones las prácticas clientelares y burocráticas y permitan la creación de canales de control directo de las comunidades en la elaboración y en la ejecución de estos planes”.
Afortunadamente este es uno de los temas favoritos de Chávez, este tema de la participación del pueblo. En el discurso de Chávez cuando fue electo para el período 2000-2006 él dice lo siguiente, cito a Chávez: “No perdamos de vista eso, cuidado con la burocratización de los cargos, cuidado con el gustico a la silla, a la comodidad, al aire acondicionado y los grandes espacios y el protocolo. Rompamos todo eso” y sigue diciendo el Presidente que no nos encadene todo eso porque nos estaríamos encadenando al fracaso. Lo vuelvo a repetir, lo vuelvo a alertar, lo vuelvo a tocar como campana, es el presidente Chávez. Pero esa misma campanada la lanzan también las organizaciones populares del estado Zulia en un documento titulado “Propuestas discutidas en el Encuentro Regional de Organizaciones Populares del Estado Zulia”, cuando deciden, cito: “cuestionar frontal y sistemáticamente la burocracia enquistada en los cargos del gobierno nacional que está en contra de las innovaciones del proyecto y contra la participación de la gente en la planificación, diseño, control y administración de los procesos”. Es un pueblo sumamente claro en este tema y que todos los días lo está comentando.
Voy a cerrar con dos cosas: una, un recuerdo cariñoso, necesario a una gente que ha debido dársele más importancia en todas estas discusiones, que son las víctimas del Golpe de Estado del 11 de abril. Más de cien revolucionarios venezolanos, casi todos provenientes de las clases desposeídas cayeron en esos días y una gran cantidad de heridos que todavía sufren las consecuencias. Y gente perseguida, hace apenas unos días, por fin se hizo justicia con lo que yo llamo “Los Defensores de Puente Llaguno”. De manera que aprovecho para darles un gran reconocimiento a estos compatriotas.
Yo voy a cerrar sobre este tema del canino que hemos hablado con otra frase del presidente Chávez en ese mismo discurso y voy a cerrar con esto porque es una lección que tenemos que extraer de lo que pasó en abril. Sin la participación del pueblo, prácticamente esta revolución se puede ser acabada fácilmente, desde afuera y desde adentro. De manera que es muy importante insistir sobre el tema de que es necesario que el estado y el poder constituido le abra con mayor profundidad las puertas a la participación popular. Dice el presidente Chávez y con esto cierro: “No a la burocracia, a la frialdad del espacio, luchemos contra eso, gobernadores, a la batalla, a la misma, a lo de siempre, a los pueblos, a los barrios, a los caseríos, a llegar de mañanita a la escuela a ver si es verdad que los muchachitos están desayunando en la Escuela Bolivariana; a la hora del deporte a ver si es verdad que tienen la pelota y el entrenador, a llegar donde están haciendo las viviendas, a ver si es verdad que las están haciendo y además, si las están haciendo como dice el contrato. Hacer asambleas populares por todas partes, a reunir a los campesinos allá en las tierras donde sufren, donde sueñan; a ir con los pescadores a oír sus cuitas, a oírles el alma; hablar con los estudiantes en las universidades, con los muchachos en los liceos, con los desempleados, con las mujeres, con los niños en la calle, con los vendedores de verduras, con los soldados, vamos ese es el camino, no hay otro camino”. Hugo Chávez Frías. Gracias.nmj@unasolapatria.org