Tolerancia, Paciencia y Comprensión.
Esas tres palabras me las dijo recientemente un viejo luchador y cultor de El Tocuyo: Gromanski Lameda. Entiendo que estas palabras dichas por una persona que ha tenido su andar en el campo de la música y de la poesía, encierran una profunda sabiduría. Y esas palabras me las manifestaba a luz de lo que se observa y constituye la dinámica política y social de nuestra Patria, sobre todo para el momento que nos ha tocado vivir. Para nada privan en sus palabras el pesimismo. Más bien le anima el deseo profundo porque las cosas mejoren para felicidad de todas y de todos, para seguir arrimando voluntades a la construcción del Estado Comunal y así seguir encontrándonos en el diálogo fraterno que se hace con y desde el corazón.
Más que valores, la tolerancia, la paciencia y la comprensión constituyen un modo de ser y proceder en la vida. Son parte de las enseñanzas que nos deja el camino que hemos recorrido, senda que con sus obstáculos, rectas y zigzagueos, lo transitamos y construimos de manera constante. Razón tiene el poeta Antonio Machado cuando afirma: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar." Por tanto, trazamos nuestro destino y asumimos la responsabilidad por lo que hagamos o dejemos de hacer.
Tolerancia, paciencia y comprensión estuvieron retozando en mi cabeza durante varios días. Aunque no eran una novedad para mi, debo admitir que por la manera como me las dijo Gromanski Lameda éstas tenían otra connotación. La tolerancia constituye una prueba que nos permite determinar a nosotros mismos qué capacidad tenemos para aceptar o aprobar los pensamientos y acciones de las otras personas, aunque sean contrarias a nuestras ideas y principios. Vendría a ser algo así como una especie de prueba para saber cuánto de convencidos estamos en lo que creemos y predicamos. La paciencia constituye una virtud por medio de la cual la persona maneja de forma inteligente una situación que pueda resultarle adversa; analizando ésta con calma, con tranquilidad, sin desesperación y procurando dar una respuesta lo más efectiva posible. Por su parte la comprensión pasa por entender las situaciones que se nos presentan en lo cotidiano, en el día a día. Esta comprensión nos lleva muchas veces a preguntarnos sobre el por qué de muchas cosas y de muchas situaciones. Y en ese ejercicio de preguntas, contra preguntas y repreguntas se hace filosofía. Por eso conseguirnos con personas como Gromanski Lameda, que en pocas palabras y desde su humana sencillez nos dan lecciones de vida, constituyen toda una suerte para quienes valoramos el saber que atesoran nuestros ancestros, abuelos y campesinos.
Desde comienzos del presente siglo nuestro país vive lo que el Comandante Hugo Chávez dio en llamar la Revolución Bolivariana. En todos estos años hemos vivido momentos donde nuestra tolerancia, paciencia y comprensión ha sido puesta a prueba. No fueron pocas las veces en que alguna decisión tomada por el Presidente Chávez nos parecía absurda. Por ejemplo; verlo sacar un crucifijo el día que el pueblo lo restituía en el Palacio de Miraflores en abril del 2002, su actitud ante los militares atrincherados en la Plaza Francia de Altamira en el año 2002, el llamado a referéndum en agosto del 2004, entre otros ejemplos. Similares situaciones y pruebas se nos presentan hoy, por supuesto salvando las distancias de tiempo y coyuntura. Pero es una oportunidad para probarnos cuan de tolerantes, pacientes y comprensivos somos del momento que nos ha tocado vivir.