Hace pocos días por la televisión, redes sociales y radios locales observamos la publicidad que se hizo por los 468 años de la "fundación" de Barquisimeto. Videos, fotos, temas musicales, salutaciones de compatriotas desde adentro y desde afuera del país, etc. etc.…
No resulta fácil romper con los esquemas coloniales y neocoloniales que durante tantos años se nos han venido imponiendo desde la familia, la escuela, las religiones y los llamados medios de comunicación. No es fácil. Y ello resulta más complejo si de esos esquemas neocoloniales se hacen eco instituciones del gobierno revolucionario, entiéndase alcaldías y gobernación. En una de dichas publicidades la locutora decía: "468 años de historia…" Naguará… Esa sola expresión da para un debate donde los argumentos que en diversos textos han publicado investigadores e investigadoras como Iraida Vargas, Mario Sanoja Obediente, Esteban Emilio Mosonyi, Fernando Báez, Ramón Querales, entre otras y otros, echan por tierra esa concepción que de la historia, y de nuestra historia en particular, todavía prevalece. Y no se trata de asumir una conducta ramplona que muchas veces cae en una idolatría exagerada de lo que representan nuestros antepasados. Es algo mucho más serio. Ya nuestro cultor y compositor Adelis Freitez lo cantó y lo contó magistralmente en su tema "500 latigazos".
En el Plan de la Patria del Comandante Hugo Chávez, en el Objetivo 5.3.1 leemos: "Contrarrestar la producción y valorización de elementos culturales y relatos históricos dominantes, circulantes a través de los medios de comunicación y las instituciones diversas." Y en el Objetivo 5.3.1.1 leemos: "Involucrar a las instituciones públicas en la producción de críticas contundentes a las formas culturales y a las reconstrucciones históricas dominantes." (El subrayado es nuestro).
Entonces, si el asunto está establecido en un proyecto que luego se hizo ley, ¿Cómo es que seguimos repitiendo como loros esquemas, estereotipos y paradigmas que están en contradicción con ese proyecto soñado por el Comandante Hugo Chávez Frías? ¿Cómo queda aquello de "Leales Siempre, Traidores Nunca"?
Pero también sabemos que hay un pueblo que desde hace rato tiene una lectura diferente de ese asunto. Es ese pueblo que, gracias al ejemplo del Comandante Hugo Chávez Frías, aprendió y sigue aprendiendo la lectura verdadera desde la observación y comparación de diversas realidades. Es ese pueblo que no se deja embaucar por la publicidad engañosa y hace prevalecer la malicia y cimarronaje de sus antepasados.
Allá quienes quieran seguir celebrando las mal llamadas fundaciones de pueblos y ciudades y bailando al son del neocolonialismo. Allá quienes quieran seguir considerando esos días de asueto laboral, porque muy lejos parecen estar de entender la tragedia material y espiritual vivida por los habitantes originarios de estos territorios.
