Gran polvareda ha causado la ley contra el bloqueo. Luis Britto García abrió fuego, seguido por el Ministro Rafael Ramírez, Pascualina Curcio, Marcos Luna, Eligio Damas, Juan Barreto, y por allí se fue la discusión, hasta llegar a las zonas más íntimas del madurismo. Es necesario ubicar la ley en la historia para entenderla. Veamos
Primero, si aceptamos que la redactó el Presidente Constitucional, entonces nos dificultaría su ubicación en la historia. Es más creíble pensar que una ley de esa magnitud y de esa importancia fue redactada en conjunto con bufetes jurídicos, con escarrá de tinterillo y con la anuencia de los países que entrarían en los guisos que de allí se desprenden. Pensando así, podemos ubicar la ley en su contexto histórico: ¿de dónde salió, por qué esa ley, por qué ahora? Veamos.
El asesinato de Chávez no es una pieza suelta, así como la ley tampoco lo es, obedecen a un plan, son componentes del mismo proyecto: la liquidación del Socialismo, el restablecimiento pleno del capitalismo. El plan se despliega con exactitud milimétrica. Los capitalistas debían asesinar a Chávez y después en esa turbulencia intentar conducir al país, al gobierno que surgiera, hacia terrenos de su conveniencia.
Lo primero que hicieron fue proponer, en la delicada situación producto del asesinato de Chávez, una salida propia de la democracia burguesa, unas elecciones que anestesiaran cualquier intento de profundizar la revolución. Y esas elecciones castrantes de la ira popular, las ganó maduro; entonces, el próximo paso era presionarlo para calibrar su firmeza ideológica, y así lo hicieron con la guarimba y consiguieron que se comenzara a desdibujar el camino al socialismo dejado por Chávez, se presentó como una estrategia el consenso, el pacto, todos se sentaron en una mesa en Miraflores, los empresarios dictaron pautas.
Conocieron así la textura flojita del madurismo, sólo había que dejarlo evolucionar, en su interior estaba el germen de su propia destrucción. La ambición personal, la falta de visión social, la soberbia serían de gran ayuda, el resto lo haría la presión. El gobierno madurista a cada presión se escoraba más a la derecha, dejaron las indicaciones de Chávez sólo para los videos en el programa de los miércoles en la noche, olvidaron la conducta de Chávez: a cada presión profundizar la revolución.
Y así caminó el gobierno madurista, dando traspiés, reaccionando al miedo, destruyeron a pdvsa, a la economía, se fueron poniendo la soga al cuello ellos mismos, crearon una inmensa crisis material y espiritual, fragmentaron a la sociedad, sembraron egoísmo y así perdieron el extraordinario apoyo que heredaron de Chávez. Al final, se vieron obligados a acatar las órdenes de los bufetes y países extranjeros. De allí viene la ley antibloqueo.
Sería cándido pensar que esa ley no fue consultada con Turquía, con China, Rusia, Irán, con las compañías gringas. Sería ingenuo creer que esa ley es Socialista. Sería de pendejos pensar que el madurismo llegó al gobierno para impulsar el Socialismo, es ignorar, como dice Marcos Luna, la falsificación del Plan de la Patria. Y ya sabemos que a los pendejos se los lleva el río.
Lo que se impone ahora es regresar al sitio donde equivocamos el camino, pensar todo esto desde el asesinato de Chávez, y corregir el rumbo desde allí, seguir sus instrucciones, de construir el Socialismo, cuidado con el reformismo, y deshacer los pasos de la traición.
Tienen la palabra los que pueden en la práctica hacer algo, como dijo el clásico se trata ahora de transformar el mundo, de hacer…
¡CHÁVEZ VIVE EN EL SOCIALISMO!