Las vacunas de las discordias

En la situación actual el complejo médico industrial global privado, se han puesto a la cabeza de la respuesta a la pandemia del Covid-19, siendo los proveedores de los equipos, insumos y medicamentos, entre otros elementos. En estos tiempos están reportando elevados dividendos a sus accionistas, con algo adicional, menos inversión, pues reclaman fondos públicos para investigación y desarrollo.

Las cuarentenas han supuesto drásticas consecuencias a la economía en todas sus escalas, siendo intolerables a mediano y largo plazo, lo que justifica recurrir a preparados de las farmacéuticas, que en escenarios diferentes a la pandemia se considerarían experimentales.

Los gobiernos en su afán de procurar las vacunas, no escatiman recursos para su compra, a lo que se le suma las concesiones escandalosas a las farmacéuticas, como la exención de responsabilidades frente a los eventuales daños a los sujetos que se le aplica, protegidas por cláusulas de confidencialidad. Las farmacéuticas exigen el pago previo y no están obligadas a cumplir con sus compromisos, lo cual aunado a las condiciones geopolíticas siguen favoreciendo a los pueblos con mayores ingresos.

En Venezuela el gobierno bolivariano optó por las vacunas producidas en China, Rusia y ahora una cubana que se encuentra en la fase III, de las cuales han llegado de los dos primeros países cerca de 600 mil. En un escenario sin bloqueos, la realidad sería otra, con seguridad.

La Organización Mundial de la Salud, busca el acceso equitativo a las vacunas mediante el Fondo de Acceso Global para las Vacunas Covid-19 (Covax), y ha reservado a Venezuela una cantidad importante de la fórmula de Astra-Zeneca, la cual no está autorizada en el país. La oposición que lidera Guaido, ha evadido su pago (con recursos de secuestrados a la República), tal como se acordó en los espacios de diálogo, pues para estos es otra base para el chantaje.

Hoy la orientación es correcta, optar por vacunas creadas por entes públicos de países aliados, que por los resultados son de superior calidad. Agregaría la promoción de una coalición global por la liberación de las licencias de las vacunas, como fórmula para el acceso universal. Mientras tanto, insistir en las medidas de prevención personales y colectivas.

 



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Jesús Alberto Rondón

Sociólogo. Se desempeña como Facilitador en el Inpsasel, ha sido electo Delegado de Prevención (2011-2013 y 2013-2015) y es Vice-Presidente del Consejo de Vigilancia de la Caja de Ahorros de los Trabajadores y Trabajadoras del Inpsasel (2.011).

 jesusalbertorondon@gmail.com      @JesusRondonVen

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