No se dirige un país con las armas melladas con las que se dirige un sindicato de tercera; con esas consabidas trácalas, las zancadillas, los entuertos se llevaría al país a la ruina, como en efecto nos sucede.
El lumpen sindical madurista, por una serie de lamentables circunstancias, capturó el poder, y llevado por su falta de visión de Estado quiso aplicar en el país las tácticas que le han dado resultado en algunos sindicatos y federaciones, en los que han atropellado toda legalidad consiguiendo permanecer en las directivas hasta el infinito y más allá. Por supuesto, el resultado de la pretensión madurista es un desastre de proporciones astronómicas.
El madurismo en su afán de permanecer arrasó con las instituciones, con todo código. Ahora la ley cambia todos los días a voluntad de la cúpula del pranato, las instituciones han perdido majestad, independencia, se prostituyen al querer agradar a los de arriba. Mientras el país se hunde en la mayor crisis total de que se tenga noticias en este planeta, sorprende como una nación es desmantelada totalmente en tan poco tiempo. Y sucedió lo esperado, la crisis va llegando a su fin, un país así no es viable.
La inestabilidad del gobierno y la oposición gringa anuncian el fin de esta situación. Los sucesos de Barinas señalan la decadencia del sistema político de estos últimos años de madurismo. La oposición está en crisis, no consiguen unirse, todos andan con un puñal en la boca, no son opción de gobierno. El gobierno usa a las instituciones como un gatillo alegre, vive sólo en la táctica, sin estrategia, y por eso se enreda en su propia red de mentiras, inhabilita, perdona, vuelve a inhabilitar, todo a conveniencia. Ahora se aparece en Barinas inhabilitando a la candidata, no se saben las razones pero se siente la trácala, el atropello a sus propias reglas del juego.
Cuando el sistema político entra en crisis total, como ahora, la política, la disputa por el poder, pierde toda mesura, se descarna de toda regla, el acuerdo social se fractura y, entonces, tiene la palabra el fusil, la violencia, lo militar cumple aquello de que "la guerra es la política por otros medios".
Esta es la situación, los militares quieran o no están obligados a jugar un papel en estos momentos de derrumbe del estamento político civil. Lo harán a conciencia, a voluntad, o las circunstancias los obligarán a actuar. La Patria está en peligro de disolución, amenazada desde afuera y amenazada desde adentro, se corre el riesgo de fragmentación en miles de podercitos locales, pranatos. Lo que está por verse es el signo que tome esta participación: se evidenciará si todavía el espíritu del Comandante Chávez vive más allá de las declaraciones protocolares, si sus enseñanzas humanistas están vigentes, o por el contrario se evidenciará hasta dónde hizo daño el madurismo en el espíritu militar. Veremos si la participación militar es a favor del pueblo, en rescate del camino de Chávez, o por el contrario cae en la tentación fascista y amanecemos un día con un pinochet en miraflores.
¡CHÁVEZ MILITAR DEL PUEBLO!