La pandemia: 2021 y 2022

La continuación de la pandemia de CoVid-19 es, sin duda, uno de los hechos más importantes del año que acaba de terminar, y no sabemos a ciencia cierta todavía, si seguirá influyendo en nuestras vidas de manera tan determinante como lo ha hecho hasta ahora. Esta es una situación que afecta al mundo entero, pero que en Venezuela adquiere una particular relevancia debido a la grave situación política y económica existente, la cual excede ampliamente en duración a la presencia del SARS-CoV-2.

Su manejo sanitario no fue lo que ha debido ser, independientemente de la propaganda proselitista del gobierno y de las críticas politiqueras de cierta oposición. La ausencia de transparencia en la información, el manejo sectario de las decisiones gubernamentales sanitarias, la influencia nociva del protagonismo ignorante presidencial, el uso políticamente perverso de las medidas de contención, el caos sanitario asistencial existente, las restricciones económicas del país, agravadas por las sanciones criminales estadounidenses, y el deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos, caracterizaron y gravitaron negativamente sobre el control de la pandemia.

El aislamiento de Venezuela del resto del mundo, presente desde años antes del inicio de la pandemia y producido por la crisis económica aun vigente, ha tenido un efecto colateral beneficioso para nuestra población, que se ha manifestado en cifras bajas de contagios y, por lo tanto, en una reducida morbilidad y mortalidad por el virus. Independientemente que las cifras dadas por el gobierno, tanto del número de casos como de muertes ocurridas, hayan sido manipuladas, no hay duda que la afectación del país es mucho menor que la de nuestros vecinos cercanos.

Esta situación resulta del pésimo desempeño sanitario asistencial de nuestros vecinos en el enfrentamiento de la pandemia, lo cual no debe ser sorprendente pues sus sistemas sanitarios y asistenciales no son nada de lo cual nadie pueda estar orgulloso. No son diferentes de los nuestros, incluso en las condiciones actuales de crisis y deterioro que vivimos. Además, nuestro personal médico y de salud es indudablemente de un nivel de excelencia mayor que el del resto de Iberoamérica, pues su experiencia de años en el enfrentamiento de endemias y epidemias así la ha determinado.

Para ser objetivos, hay que señalar que las medidas tomadas por el gobierno en forma temprana fueron en general positivas, por lo que el impacto inicial de la pandemia estuvo bajo control. El inicio de la vacunación fue tardío y no se siguieron las pautas de vacunar primero al personal médico asistencial, lo que llevó a una muy elevada mortalidad del mismo, que excede en forma importante las proporciones vistas en los países vecinos. Este dato crea muchas suspicacias sobre las cifras de mortalidad dadas por el gobierno, pues no se corresponden con las del sector salud.

Las ingentes necesidades de la gente han hecho muy difícil el cumplimiento estricto de las necesarias medidas sanitarias. Quedarse en casa no es posible cuando hay que buscar ingeniosamente el sustento diario familiar. El preponderante trabajo informal actúa en el mismo sentido. El grave deterioro de los servicios de agua y de electricidad también entorpece la aplicación de las medidas sanitarias, entre ellas las básicas de aseo corporal, tanto en los hogares, como en los centros de salud y en las instituciones educativas.

El año 2022 llega sin que ninguna de las circunstancias señaladas haya sido analizada con seriedad y responsabilidad, por parte de quienes dirigen la nación. No existe autocrítica gubernamental al respecto ni deseos de enmienda en estos aspectos. Como tampoco la hay en muchos otros. La soberbia gubernamental sólo es comparable con la del mal llamado "gobierno interino", el cual insiste tercamente en sus conductas anti nacionales y en demostrarnos la razón de la sinrazón.

Al final, parecieran sólo interesados en los privilegios, sobretodo económicos y financieros, que dan las posiciones de poder. El desplazamiento de este tipo de conductas del escenario político es vital para el futuro de la nación venezolana. Feliz año a todos.



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Luis Fuenmayor Toro

Médico-Cirujano, Ph. D., Ex-rector y Profesor Titular de la UCV, Investigador en Neuroquímica, Neurofisiología, Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Luchador político.

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