A 804 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en la finalización de la semana 115 de esta contingencia, y siendo el sábado 28 de mayo de 2022, esta edición de esta columna se va a permitir ser profundamente crítico respecto de una situación que observé y que debe ser atendida de manera inmediata.
Para el momento en que escribo estas líneas, cumplo 39 días que retorné a Caracas, luego de 147 días que permanecí en mi querida Ciudad Guayana, en el estado Bolívar. Desde el 23 de noviembre de 2021 y hasta el 19 de abril de 2022 fue el período que duré en mi casa y el retorno a Caracas me ha deparado emociones y sorpresas de diversos tipos y ordenes.
En esos 39 días de estadía en la capital (y que todo apunta a que estaré mucho más tiempo) apenas he podido abordar el sistema de transporte masivo y subterráneo Metro de Caracas en dos oportunidades (11 de mayo y 26 de mayo) ambas para dirigirme a la parroquia 23 de enero de Caracas y a la sede de la Coordinadora Simón Bolívar, donde también está ubicada la emisora "Al Son del 23" 94.7 FM su dial que se puede escuchar casi que en toda el área metropolitana de Caracas y a través del internet un poco más allá, ya que los días miércoles, de 9 a 11 am comparto un espacio comunicacional con Gonzalo "Chalo" Azuaje, el doblemente colega Ramón Arias, el profesor José Rojas y este humilde servidor llamado "La Realidad Inventada". Desde mi retorno ya llevó tres programas y la acogida de los usuarios y usuarias ha sido maravillosa.
Desde el lugar que me sirve de residencia hasta la estación del Metro Agua Salud en el 23 de enero apenas son 15 minutos que perfectamente puedo cubrir con una saludable caminata, y porque ese es el sitio de encuentro con mis compañeros de espacio comunicacional. Y de ahí a la sede de la radio y de la Coordinadora Simón Bolívar no son ni 5 minutos, es decir, desde mi residencia hasta el lugar del 23 donde me activo comunicacionalmente no son más de 20 minutos a pie.
De igual manera es desde mi residencia a mi sitio de trabajo. Unos 20 minutos de caminata que me sirven de sano ejercicio, y me asumo como persona que no usa con frecuencia el transporte público en Caracas, y en especial del sistema Metro, por ubicarme en una zona céntrica donde todo me queda cerca o relativamente cerca.
Sin embargo, como reza una sabia conseja popular: "El hecho de no implica que…" así que seguramente lo que detallaré en estas líneas seguramente recoge el clamor de muchos usuarios y usuarias del sistema Metro que si deben usarlo diariamente, y que quizás sin saberlo, no sólo son sujetos de retrasos y stress de manera innecesaria sino que hasta podría decir que su seguridad resulta vulnerada y su vida expuesta.
Pero es importante que nos coloquemos en contexto para que el mensaje que a continuación quiero expresar pueda entenderse, y que algunos y algunas interesados e interesadas traten de descontextualizarlo.
El pasado 20 de mayo se conmemoraron los 4 años del triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones de 2018, y el Jefe de Estado aprovechó la oportunidad para lanzar el denominado "1x10 del Buen Gobierno" que no es más que el establecimiento de control y seguimiento de la gestión pública de manera mucho más directa, efectiva y cara a cara con nuestro pueblo. Como iniciativa conceptualmente hablando está bien concebida y la apoyo totalmente.
Pero además de eso, el Presidente Maduro estableció seis líneas estratégicas que marcan desde ese 20 de mayo y en lo sucesivo el nuevo accionar que debe adoptar el Ejecutivo Nacional. El Jefe de Estado catalogó las mismas como "método revolucionario de soluciones" para garantizar una conexión directa con las denuncias y las propuestas del pueblo.
Pero específicamente en la línea número 3 se refiere a la obligación que debe tener nuestro gobierno de asegurar el derecho al ambiente, a la ciudad y a los servicios públicos.
Y es en ese sentido que me quiero referir a lo siguiente.
En las dos oportunidades que tuve de abordar el sistema Metro de Caracas, pude constatar además del colapso en el que se encuentran varias estaciones, la aglomeración que se da dentro del referido sistema de transporte, donde se observan a algunos que llevan mascarillas y otros no, como que si la pandemia de la Covid 19 ya la hubiésemos superado (cosa que no es así, una cosa es el férreo control y que las cifras de Venezuela comparadas con otros países sean infinitamente tan bajas que nos han hecho vivir una nueva realidad, relativa y vigilada muy parecida a la que teníamos el 13 de marzo de 2020) pero como decía el "Ché" Guevara: "La Revolución no debe estar reñida ni de la calidad ni de la eficiencia".
Lo cierto del caso, que además de la aglomeración que se vive dentro de los vagones del Metro a todas horas (ya no es solamente en las horas pico) lo peor es que los aires acondicionados están de adorno, NO SIRVEN, por lo que un trayecto corto dentro del metro lo puede hacer acreedor a usted amiga y amigo que me lee de andar en una especie de cafetera andante, en un sauna que desata toda clase de olores y fragancias que podrían maltratar el olfato de cualquiera.
Por algunos trabajos de investigación que me he permitido realizar, pude enterarme que parte de los problemas que presenta el sistema Metro de Caracas, y fundamentalmente de los retrasos tiene que ver con el déficit de operadores y operadoras. Eso sin contar la gran cantidad de trenes dañados, y la falta de respuesta y otra serie de elementos que han contribuido a una desmejora en el servicio que ya raya en el colapso de un sistema que fue ejemplo y modelo para el resto de Latinoamérica.
Entiendo que las medidas coercitivas unilaterales complejizan la adquisición de repuestos y para los mantenimientos correctivos, pero también debemos señalar y reconocer que con el discurso del asedio y bloqueo se busca camuflar muchas deficiencias producto de la flojera, del minimalismo, de la corrupción, de la indiferencia y de la naturalización de lo mal hecho. Ojo pelao con esto.
¿Por qué los compañeros del sindicato del Metro de Caracas, y en especial Edinson Alvarado no hace un necesario ejercicio autocrítico e informar a la colectividad el por qué de tanta desmejora en este servicio que en estos momentos es vital y que sirve a la ciudad de Caracas y en buena medida a las ciudades dormitorio de ésta, en estados como Miranda y hasta de la propia La Guaira? Esto es algo que debe llamarnos a la reflexión. No para autoflagelarnos, lejos está mi intención de hacer eso, sino para reconocer errores y fallas y tomar las acciones para corregirlas.
Otro elemento que me di cuenta al usar el sistema Metro de Caracas es que el mismo ha venido impulsando un sistema automatizado de cobro, como manera de impulsar el bolívar digital que es una de las propuestas que ha hecho nuestro Gobierno Bolivariano para la recuperación de nuestra economía, y ante las dificultades para obtener efectivo, facilitar los sistemas de pago a los usuarios de este sistema de transporte masivo y que éste pueda obtener los recursos necesarios para poder hacer los mantenimientos correspondientes y ponerlo hermoso. Pues bien, no en todas las estaciones aplican este sistema, por lo que el sistema funciona de manera "libre" ante la mirada indolente de algunos y algunas de sus trabajadores y trabajadoras, lo cual son miles y miles de bolívares que se dejan de percibir para poder contar con recursos que permitan las refacciones necesarias de este tan vital servicio.
Es necesario que el Mayor General Graciliano Ruiz Gamboa establezca mecanismo para garantizar el cobro del pasaje en el Metro, y que nosotros como ciudadanos y ciudadanas paguemos por la prestación de este servicio tan estratégico en Caracas y sus adyacencias, para garantizar su operatividad y seguridad en el mismo. Las tarifas son realmente risibles (El pasaje se ubica en 0,10 bs y la compra de la tarjeta es de 5 bolívares a través de medios electrónicos, puntos de venta y biopago y no se acepta efectivo, debido al contrabando de extracción de los billetes del cono monetario, y con montos de recarga de la referida tarjeta que va desde 1 bolívar hasta un máximo de 30).
Además de ello, además de los retrasos, los maltratos y toda una serie de elementos que hacen constatar las desmejoras de un sistema de transporte tan estratégico que sirve a la capital de la República, cabe destacar las situaciones de seguridad que se han venido registrando en el mismo. Donde los amigos de lo ajeno aprovechan las aglomeraciones para cometer hurtos, sobre todo los que usan bolsos o maletas (por eso en lo personal, cuando me ha tocado abordar los trenes del metro, mis bolsos me lo colocó hacia adelante, para tener un mayor control en todos los sentidos del mismo) algunos robos porque dentro del sistema operan bandas, por lo que respetuosamente me permito hacer un llamado al Ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz y Vicepresidente Sectorial de Seguridad Ciudadana y Paz, Almirante en Jefe en situación de reserva activa, Remigio Ceballos Ichaso, a desplegar un plan especial de seguridad en este servicio.
Pero además de estas situaciones producto de la criminalidad que comienza nuevamente a registrarse ante esta nueva normalidad relativa y vigilada en la que vivimos, están también las explosiones que ha venido presentando el Metro en ciertas zonas.
Por ejemplo, casualmente el día 26 de mayo, cuando me dirigía a la Coordinadora Simón Bolívar para asistir al foro: ¿Dónde está Carlos Lanz? (De ello espero poder escribir en próximas entregas), gracias a unos "patriotas cooperantes" que le pedí prestados al compañero Diosdado Cabello, pude enterarme que hubo un descarrilamiento de uno de los trenes de este sistema entre las estaciones Mamera y Las Adjuntas, que entiendo forman parte de la Línea 2 de este sistema. Tan es así que la información salió en todas las plataformas y redes sociales digitales, por lo que mínimo debió haberse dado la apertura de una investigación al respecto.
Yo no me quisiera imaginar, por ejemplo, una madre de familia que debe lidiar con sus hijos y deba usar este sistema de transporte, y que deba ir por ejemplo a Los Valles del Tuy, y que debe atravesar dos líneas de este sistema, los golpes y empujones que no sólo debe soportar ella, sino los pequeños, porque de paso debe lidiar con la inconsciencia de algunos y algunas.
Y no me quisiera imaginar con la complejidad y el ajetreo de la capital, que el sistema Metro de Caracas termine de colapsar, tomando en cuenta que este es el medio más utilizado por los caraqueños y caraqueñas y que es la columna vertebral en materia de movilidad de la Gran Caracas, ya que prácticamente la une en sus cuatro puntos cardinales. Y suponiendo que los choferes de las camioneticas (microbuses en el interior) y carros por puestos ya están pidiendo el aumento del pasaje, y decidieran, por hacer un ejercicio de imaginación, irse a un paro. ¿Cómo queda la capital? ¿Qué harían las personas que necesitan trasladarse desde sus hogares hasta sus sitios de trabajo y viceversa? Espero que esto haya sido previsto.
Por eso, vaya desde este espacio, que tal vez no obedece al formato del "1x10 del Buen Gobierno" el cual fue habilitado por la Plataforma Patria hasta el 20 de julio de este año, pero estoy seguro que este llamado es apoyado por millones y millones de usuarios y usuarias de este sistema de transporte masivo. Por eso el llamado respetuoso al Presidente Maduro, a la Vicepresidenta Ejecutiva Delcy Rodríguez, al Vicepresidente Sectorial de Obras y Servicios Públicos y Ministro del Poder Popular para la Energía Eléctrica, General en Jefe Néstor Luis Reverol Torres, al Ministro del Poder Popular para el Transporte, General de Brigada Ramón Velásquez Araguayán, para el Ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz y Vicepresidente Sectorial de Seguridad Ciudadana y Paz, Remigio Ceballos Ichaso y el Mayor General Graciliano Ruiz Gamboa a atender este clamor.
Pero también es muy importante toda la colaboración que los usuarios y usuarias de este sistema presten o prestemos también la colaboración que se requiera, ya que este problema no es sólo de las autoridades sino de todas y de todos nosotros, en un ejercicio de cogobierno y corresponsabilidad entre el Estado y el Poder Popular.
Estamos obligados a rescatar el Metro de Caracas y, por ende, la calidad en la prestación de servicios públicos.
En próximas entregas espero poder referirme al tema del efectivo y al sistema de transporte en la capital y en otras zonas del país.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y patria socialista!
¡Viviremos y Venceremos!