Casi Queen, “reina”. Reina o madame de la Gobernación que vino un día como esas riadas que en épocas de tormentas se incrustan en las casas, elevan sus crestas saliéndose de madre, inundando avenidas y plazas, que se coronó o auto-coronó por un raro vórtice de escualidez. Parte del fenómeno del divorcio entre gobernados y gobernantes (revolucionarios) que llega a producir embotamiento. Se inmuniza la mente para permitir medidas criminales contra el proceso. Claro, hay voces y revolucionarios que dicen que no fue ella, si no quien le dio el garrote. Así que en su trono, la Queen pudo decir: “Deberían darme las gracias porque pudiera reconocer la deuda que tenemos con Despertar, pero si me da la gana no pago”. Ella es apenas una muestra de ese mundo de sombras, sin rostros que tomaron por asalto muchos entes del Estado. En abril no dieron la cara, como tampoco en diciembre, enero, febrero o marzo. Ellos no están para dar la cara por nada: Qué ironía que los pocos que se echan sobre sus hombros gran parte del peso de la revolución sean los desplazados, los atacados y señalados de talibanes, tal cual lo haría Patricia Poleo.
Hay que entender que el periodismo en Venezuela está signado por la cobardía, por la traición, por la compra-venta de conciencias, y una especiosa falta de talento, de imaginación, que enriquezca la escritura, que cree nuevos y elevados paradigmas en la lucha social, que produzca opiniones combativas sin ataduras a miserias mercenarias o a consignas importadas. Carece de originalidad y de carácter.
Chávez padeció cárcel, estuvo a punto de ser asesinado, sobre él penden mil acusaciones y se están preparando complots, tramas, componendas y sabotajes internacionales para derrocarlo, pero la riada desbordada que puso su punto de sentina en la OCI, dado el caso de una gran conmoción política, se irá como vino, sin arriesgar nada, incluso podrá alegar títulos de escualidez para reingresar en la administración pública diciendo que puso su grano de sabotaje para intentar derrocar al “Loco de Sabaneta”. ¿Por qué el destino cumplirá sus designios por encima de la cabeza del diablo porque Queen-mare, quien es digna de ser jefa de prensa de William Dávila Barrios, lo es bajo el mando del capitán Florencio Porras? Cual toda una reina (adeca) batía su cuerpo de pasillo en pasillo blandiendo su espada contra Despertar, y tuvo el tupé de reclamarle destempladamente a la periodista Ana María y al mismísimo Carlos León (presidente del CLEM), por qué colocaban propaganda en este diario. No sólo nos saboteaba, como con Chávez lo hicieron los empresarios, sino que imponía su facha demoníaca con órdenes para ahogar al único diario en el mundo que estaba con el proyecto. Sabotaje que venía practicando desde hacía tres meses: día tras día, en la cara del gobernador, en la cara del Secretario de gobierno, y ante la indiferencia de cierta tropa gubernamental que se ríe cuando Chávez exige que se esté en la onda de la ofensiva y que se le dé apoyo a los medios alternativos. La respetable madame, digo, nos enviaba notas de prensa que eran una vergüenza, que lo que hacían era desacreditar al gobierno. Para ella Despertar era un pobre periódico, porque sus paradigmas en el periodismo son El Nuevo País, Así es la Noticia, Frontera y Cambio. Lo cierto es que la OCI carece de creatividad, y no puede estructurar medianamente un suceso periodístico sin que muestre la enorme mediocridad de su gente. Por eso en la OCI se respira un aire mefítico de mampara, de desolación y tristeza cuyo moho también expele traición, y consecuentemente una arrogancia que tapona los sentidos. Sobre esa apoplejía meridiana de todas las horas, esta reinette (reinita, que nada tiene que ver con la famosa Jeanne-Antoinette Poisson) ha señoreada con entera libertad, incluso dispuesta a echar su caballería contra los que osen atacarla, porque ya la revolución no está en el alma de Chávez sino en su enclave de la OCI. Esta historia nace en abril cuando cumpliendo con el espíritu del presidente un grupo de profesores de la FBU funda Despertar. Inmediatamente los escuálidos de la OCI se ofenden porque unos tipos que no son periodistas (y precisamente por no serlos) estaban dirigiendo un diario, y por ello había que hundirlos porque esa obra revelaba de manera escandalosa la estrechez de miras y de capacidades que había en la OCI, que con un presupuesto multimillonario es incapaz de hacer una decente nota de prensa. La ofensa de aquellos profesores, que con chatarra, madrugando al lado del computador y llevando y trayendo películas y planchas, pagando en ocasiones con su propio dinero el mantenimiento de una empresa tan ambiciosa, y que habían tenido el coraje, la imaginación y el talento de latirle en la propia cueva a los medios escuálidos, debía ser barrida cuanto antes. Aquella madame andaba sin poder conciliar el sueño, hablando mal de Despertar día y noche, y con el cuento de que tenía muchos defectos. Ella, toda una “experta” incapacitada siquiera de publicar un volante o una mariposa. Y su guerra fue feroz. Mandó hacer gárgaras al gobernador, mandó hacer gárgaras a cuantos se le acercaron para acordar un trabajo conjunto con Despertar, se burló de altos personajes del MVR, cuando éstos le solicitaron una reunión para tratar el asunto. La tía le dijo a la doctora María Teresa Vielma que ella no se reunía con talibanes, tal cual, insisto, lo habría dicho Patricia Poleo. Una historia como otras tantas, que se da en mayo, con la entrada de las lluvias, y cuando reverdecen los campos y el aire se purifica, y se llenan de miel las flores. Una historia que bien podría recogerse en un documental como el de “La Revolución no será trasmitida”, sino fuera que ya todo el mundo la conoce en Mérida. En todo caso, enviamos congratulaciones a los escuálidos que la están celebrando. Enhorabuena.
