Aquí, en esta industrialización deforme de alienación, nada es al azar: el capitalismo se está patentando y encontró la forma más maquiavélica para captar súbditos, ofertando la traición a unos ilusionistas de nuestra clase, y los escoge con precisión diabólica y su perfil más notorio, tiene que ser la ambición; para poder inocular la maldad que necesita una mente descompuesta, que pueda cumplir y ejecutar con ordenes clara, el oficio de traidor.
El capital estructura todo; no da puntada sin dedal, todos sus pasos son planificados y si no dejan resultados macabro en su andar, son abortados antes de continuar su tránsito hacia la debacle; que para el es la destrucción del planeta con la práctica de su supuesta RAZÓN UNIVERSAL y con su accionar, poseer el control momentáneo que proporciona la explotación del ser; donde lo humano queda a un lado y el dogma se va posesionando como prioridad de un plan.
El capitalismo escoge peones y como no tiene identidad visible, sino forma, lo escondido hace que se mantenga en el tiempo, convertido en una masa sanguinaria sin humanidad, que solo succiona para mantenerse en el tiempo, y como no tiene vida propia, lo humano le es indiferente.
Cuando los peones del capitalismo son escogido, por las capacidades reptiles que muestran, pierden la posibilidad de volver a la sindéresis; la ambición los convierte en mentirosos e insensibles que solo alimentan la voracidad de su amo; que al no tener forma, todo lo que absorbe se adapta a su deformación devoradora. Al no tener sensibilidad, se arrastra captando al inconsciente que encuentra a su paso, inoculando veneno en la debilidad; creando formas de fantasía que los separan de los principios que generarían bienestar a la humanidad, donde el ser tendría un valor numérico; que con su ataque sería absorbido por las bambalinas con que el capitalismo quiere desaparecer los principios humanos; para establecer un mundo de zombies.
Solo el pensamiento crítico y la capacidad que proporciona el tenerlo; puede garantizar que las actividades para la conservación de la especie, puedan tener un mínimo de garantías y dejarle a nuestros descendientes un mundo medianamente sustentable para que la especie perdure, si con la LUCHA logramos dosificar las bases que lo sustenten.
Con el capitalismo; todas las intenciones conocidas hasta ahora para preservar la especie son engañosas: está comprobado que su ejercicio de sustentación es para cuantificar, y la cualificación no cabe en su propuesta, porque ésta crea a un ser que entiende, que PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.