El 24 de julio de 1823, nuestro Libertador Simón Bolívar cumplía 40 años de edad. Ese día,en las riberas del Lago de Maracaibo, en las costas entre la Punta de Capitán Chico, frondoso manglar lacustre al norte de la ciudad y el fresco sector de Bella Vista en Maracaibo, se escenificó la última batalla, la que coronó la independencia grancolombiana y fue precisamente el triunfo de los patriotas con la que se ofrendó al Libertador con esta tremenda victoria, que entre el marullo del lago, las frescas brisas del noreste y el templado sol maracaibero iluminaron la senda definitiva de nuestra lucha independentista y quedó definitivamente cerrado ese ominoso trajinar de los españoles por tierra firme americana. La inteligencia y la tenacidad de los patriotas (José Prudencio Padilla, Manuel Manrique, Pedro Lucas Urribarrí) con que condujeron exitosamente esta gesta independentista llevaron a este importante logro, en donde se conjugaron el conocimiento de los pescadores, pobladores de las riberas del lago, las luchas de nuestros pueblos originarios con la formación y la pericia del personal militar y naval en estas lides que les correspondió cerrar en la historia republicana de esta parte de América. En nuestras memorias quedarán las imágenes de las flecheras abriendo aguas en el lago y las goletas y los bergantines, a fuego cerrado, abordando las naves enemigas del poderío militar español, y con ello la capitulación y marcha de los españoles de Venezuela. Solo faltaba, a esa fecha, la toma de Puerto Cabello.
Cuando se produce la derrota de los españoles en Carabobo, el 24 de junio de 1821, estos huyen y se dispersan hacia el occidente del país, toman Coro y Maracaibo, estableciendo allí una Capitanía General con un fuerte impacto en los espacios geográficos lacustres y marítimos, bajo el mando del cruel Francisco Tomás Morales. El 9 de septiembre de 1822 se produce esta toma de Maracaibo, que es un importante bastión que comunica las vastas, extensas y productivas tierras de la cuenca del lago, que incluye buena parte de Los Andes, tanto de Colombia como de Venezuela. Lago que recibe embarcaciones a través de sus ríos y caminos, que luego partirán a lejanas tierras, allende los mares, hacia grandes centros de consumo y distribución. Con el triunfo patriota queda además conjurada la amenaza que pesaba sobre el occidente del país desde la fortificación en que habían convertido los españoles al Lago de Maracaibo, por donde podían llegar pertrechos y refuerzos desde Cuba, Puerto Rico y Dominicana, amén de la lejana Europa y desde allí podrían ellos incursionar a las mismas tierras andinas y mas allá de las poblaciones colombianas, camino a Perú y Ecuador. Bien lo decía Bolívar, que había que tomar a Maracaibo. Inclusive, poblaciones costeras de Venezuela estaban expuestas a ataques y tomas de los realistas, igual algunas poblaciones de la costa atlántica colombiana como Río Hacha, Santa Marta, Cartagena y zonas aledañas. Atravezando la Sierra de Perija podían llegar a la zona de Valle de Upar.
Entrar desde el mar al lago, no es nada fácil: hay que sortear una serie de bancos de arena de grandes extensiones en el Golfo de Venezuela, penetrar por la barra, no solo es dificil por la topografía, también porque los españoles la habían convertido casi inexpugnable por el armamento de artillería de los fortines de San Carlos y Zapara. Cuaquier nave que por allí entrara podía encallar o quedar a tiro de los cañones realistas. Y el lago frente a Maracaibo no es de mucha profundidad, por tanto estas son las condicionantes para la batalla que se escenificó el 24 de julio de 1823. No obstante es de recordar que ese día el viento soplaba a favor de los patriotas y las estrategias que orientaron la acción fueron de las más acertadas. Allí se cumplió aquella premisa de nuestro Libertador "Dios concede la victoria a la constancia".
Pasos previos a la batalla.
El 15 de marzo de 1823, El Capitán de Navío José Prudencio Padilla, Comandante General de la Escuadra de Operaciones sobre el Zulia, zarpó desde Cartagena de Indias en ruta hacia Venezuela. Mientras tanto, de Marzo-abril de 1823, en La Habana, se otorga el mando de una División Naval al Capitán de Navío Ángel Laborde y Navarro integrada por la fragata Constitución y la corbeta Ceres, con el objeto de dirigirse a Venezuela en apoyo a Francisco Tomás Morales a enfrentar a las escuadras navales de la Gran Colombia.
Ya, en en mayo de 1823, las naves patriotas habían logrado el cruce de la barra de Maracaibo entre las islas de San Carlos y Zapara, en ese paso se presentó un fuerte ataque de los españoles a estos navíos patriotas. Finalmente se cuenta ya la presenca de nuestros navíos procedentes de los poblados de la costa atlantica y caribeña (de Santa Marta, Cartagena y Río Hacha y La Guaira, Puerto Cabello que se concentraron en Los Taques (Falcón), península de Paraguaná. En el Lago de Maracaibo se sitúan las naves patriotas entre Punta de Palmas y Los Puertos de Atagracia. Los realistas concentran mas tropas comandadas con el Capitán de Navío, Laborde, oficial español que comandaba Puerto Cabello. Al entrar al lago se producen varios enfrentamientos en poblaciones ribereñas del lago, como Tomoporo, Gibraltar y otros puntos de esas costas, acciones realizadas por el venezolano Pedro Lucas Urribarrí. Además se había presentado una incursión previa a Maracaibo en donde se tomaron pertrechos militares.
Acciones de la batalla el 24 de junio de 1823 (Eljuri-Yunez, 1969)
¡Morales si no capitula monda!. Esa era la arenga que en el pueblo de Maracaibo daba la heroína zuliana Ana María Campos ante la obstinada insistencia de Morales por mantener el poder realista en Venezuela, por ello Ana María fue castigada al montarla semidesnuda sobre un burro en la ciudad, siendo cruelmente azotada. José Prudencio Padilla dirige a su tropa estas palabras: "Está próximo el momento en que nuestras fuerzas se enfrentarán a las del enemigo para decidir nuestro futuro destino. Conscientes de la grave y trascendental importancia de ello os exhorto a luchar con la misma tenacidad, intrepidez, audacia y valor con que lo habéis hecho en otras oportunidades. Los laureles del éxito coronarán nuevamente nuestros esfuerzos"
De Eljuri Yunez (1969) tomamos esta descripción de los hechos: En la mañana de ese día comienzan a prepararse las naves para la batalla.
A las 13:00 ordenó al Comandante de las unidades sutiles, Chitty, levar anclas y marchar en rumbo oeste para caer por el norte sobre la realista.
A las 14:15 apareció la señal "izar todas las velas"
A las 14:20 la de "formar la línea de batalla" para atacar de frente. Se procedió al avance.
A las 15:10 Padilla ordenó izar la señal de abordaje. Indica morir heroicamente o vencer. Y señala la lucha ¡cuerpo a cuerpo!
A las 15:15 comenzó la batalla.
El español Laborde ordenó a sus naves romper el fuego de cañón y al rato el de fusil.
La escuadra republicana continuó con la mayor serenidad acercándose a la escuadra española, rompiendo fuego de cañón y fusilería, abordando y batiendo al enemigo
A las 15:50 se generalizó el fuego de fusiles y cañones en todas las naves, a pesar que la escuadra republicana, no lo hizo hasta estar a disparo de pistola entre las naves realistas.
De la nave "El Independiente" saltaron al abordaje del "San Carlos" que se rindió;
El "Confianza" cayó sobre el "Esperanza";
El "Marte" atacó simultáneamente a las goletas "Mariana", María" y "Rayo";
La "Emprendedora" colaboró con el "Confianza" en la rendición de del bergantín "Esperanza".
La "Manuela Chitty" y "La leona" se enfrentaron con las goletas "Zulia", "Habanera" y "Liberal".
La lucha duró tres horas y media.
Con el cese de los cañones, el enfrentamiento era cuerpo a cuerpo con pistolas, fusiles y espadas.
"Padilla dice que en esta gloriosa, heroica y memorable acción, los republicanos tuvieron 44 muertos entre oficiales, tripulación y tropa, 119 heridos y un oficial contuso, al paso que en los realistas hubo 800, entre muertos y heridos, habiendo sido hechos prisioneros 69 oficiales y 369 entre soldados y marineros…"
El Capitán Laborde por sus desavenencias con Morales, no quiso encontrarse con él, sus subalternos se le amotinaron, desembarcaron y se refugiaron en Maracaibo. Laborde por su parte se dirigió por tierra hasta El Moján, donde se embarcó para el castillo de San Carlos, luego a Curazao y de allí a La Habana.
El 3 de agosto de 1823 se firmó la capitulación de Morales
Derrotada la escuadra realista por la republicana, Maracaibo fue asediada para que Francisco Tomás Morales firmase la capitulación, hecho que se produjo el 3 de agosto de 1823 en el Cuartel General de Maracaibo. Al día siguiente fue aprobado, ratificado y sancionado por los jefes patriotas General Manuel Manrique y el Contralmirante José Prudencio Padilla en Los Puertos de Altagracia.
El 15 de agosto a las 17:00 horas zarparon rumbo a Cuba los vencidos en la Batalla Naval de Maracaibo. La fortaleza de Puerto Cabello, que estuvo en manos de los españoles, defendida por Sebastián de la Calzada, fue tomada por asalto por el General Páez el 8 de noviembre de 1823.
Referencias bibliográficas.
Batalla Naval del Lago de Maracaibo: Gloria e independencia / Hadelis Jiménez López.
Caracas: Tecnocolor, 2002
Documentación realista sobre la Batalla Naval del Lago de Maracaibo / Compilación y prólogo por Agustín Millares Carlo y Carlos Sánchez Díaz.
Maracaibo: Fundación Rotaria, 1973
La Batalla Naval del Lago de Maracaibo: narración / Antonio R. Eljuri-Yunez S.
Caracas, 1969
La Batalla Naval del Lago de Maracaibo del 24 de julio de 1823 / diaporama preparado por Wolfgang R. Vicent Vielma. Caracas, 22 de julio de 2016
(*)Textos: Wolfgang R. Vicent Vielma. Licenciado en Geografía, Trabajador de la Casa Nuestra América José Martí y Profesor de de la UNEFA
Caracas, 20 de julio de 2023
Ilustraciones
Cuenca del Lago de Maracaibo
Escena de formación de las escuadras para el combate.
De 4 obras del autor francés Ambroise Louis Garneray
(Colección Museo Bolivariano)
Almirante José Prudencio Padilla
General Manuel Manrique