El deterioro de la sanidad pública en Venezuela es cada vez más evidente. El maltrato del personal sanitario

En las últimas semanas algunos funcionarios gubernamentales de Venezuela, han declarado a ciertos medios nacionales que la sanidad pública se está recuperando poco a poco, gracias, por ejemplo, a la reparación y obtención de algunos equipos necesarios para la realización de importantes exámenes y pruebas diagnósticas, a la inyección progresiva de importantes fondos estatales y a la celebración de frecuentes jornadas especiales de atención médica en diversas especialidades. En el caso del estado Mérida, por nombrar una entidad, la dirección de CORPOSALUD (Corporación de Salud del estado Mérida) y autoridades como Jehyson Guzmán, gobernador del estado, y Jesús Araque, alcalde del municipio Libertador, vociferan con frecuencia que tanto en el IAHULA (Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes), como en otros centros asistenciales de Mérida, se está atendiendo cada vez mejor a quienes requieren de sus servicios.

Pero la realidad de la situación de la sanidad pública, continúa siendo muy diferente en un país azotado por una crisis profundizada en los últimos años por factores externos e internos; tan grave que ni médicos ni enfermeras/os, salvo honrosas excepciones, tratan con ética y calidez a los pacientes. Es común, por ejemplo, que: a) alguien que requiera atención médica. tenga que esperar largo tiempo, incluso si su afección es grave, b) muchos sean peloteados mientras que su salud empeora; y c) los médicos atiendan con apuro y desgano a los pacientes, sin auscultarlos bien y por tanto incapaces de establecer un diagnóstico adecuado. Ciertamente el deterioro del sistema público de salud es tal, y los salarios son tan miserables, que no son precisamente elementos motivadores para los trabajadores sanitarios, pero eso no justifica el maltrato y la desidia reinantes en los centros asistenciales del Estado.

Ahora bien, la decadencia cada vez más evidente de la sanidad pública en Venezuela es consonante con lo que viene ocurriendo a escala global, y la consecuente privatización progresiva de todo el sistema de salud. Lo más triste de esta penosa situación, es que el ciudadano común se ve notablemente afectado, considerando que no tiene los recursos económicos suficientes para ser atendido por la sanidad privada; entonces se debe conformar con una atención mínima, en el mejor de los casos, en centros asistenciales estatales que no disponen siquiera de insumos y reactivos básicos, y en los que ya no quieren trabajar médicos especialistas o competentes, y el personal sanitario en general labora de mala gana.



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Rubén Alexis Hernández

Licenciado en Historia, Magíster en Historia de Venezuela. Antiimperialista, izquierdista y ateo

 ruhergeohist@yahoo.com

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