El jueves 4 de julio inició formalmente la campaña electoral en Venezuela y desde mucho antes ya estabamos preparados para navegar en sus aguas desafiantes y de retos, en medio de una intensa lucha política e ideológica por el poder, que definirá el futuro y el destino de nuestra Patria. Es la lucha entre los patriotas y los traidores. Por ello es importante, en medio de esta batalla ideológica, considerar todas las variables que puedan llevar a la victoria de los patriotas y a la derrota de los traidores. En primer lugar, es fundamental mantener la unidad en torno a los valores y principios que nos identifican como Nación. La traición es la bandera negra de la sayona y de aquellos que buscan debilitar y socavar la soberanía de la Patria.
Otro aspecto importante es la movilización y participación activa de la militancia en defensa de la revolución y la independencia. La voz del pueblo es poderosa y marca la diferencia en momentos críticos como aquel 11 y 12 de abril de 2002, las guarimbas del 2014 y 2017, donde el pueblo unido venció y derrotó a los traidores de la derecha. Es necesario estar alerta, informados y dispuestos a actuar en defensa del legado revolucionario y de nuestra Patria. Es fundamental contar con el apoyo de aquellos países que comparten nuestros ideales revolucionarios. La solidaridad y el respaldo externo son claves para fortalecer nuestra posición frente a los traidores y sus aliados imperiales.
Para consolidar la victoria del 28 de julio, es necesario mantenernos unidos en torno al liderazgo de Nicolás Maduro, movilizarnos activamente en defensa de nuestros ideales revolucionarios. Vamos pues, a derrotar a los traidores y asegurar un futuro de paz y prosperidad para nuestra Patria. Pero para lograr esos objetivos debemos estar en alerta máxima y examinar la realidad del contexto. Es decir, hacer un análisis profundo y proyectar perfiles. De entrada aclaro que yo no soy psicólogo, sino politólogo; es decir, hago análisis político, estratégicos y prospectivos; considerando siempre como pasos claves y necesarios el diagnóstico, las causas y consecuencias.
Ahora bien, en cuanto a lo que ocurre en los terrenos de la derecha fascista, desde el campo de la Psicología Política, una persona que asume que es candidata sin serlo y recorre el país prometiendo cosas podría ser diagnosticada con un trastorno delirante. Este tipo de trastorno se caracteriza por la presencia de creencias falsas o erróneas que son mantenidas con firmeza a pesar de la evidencia en contra. Esa paciente está inhabilitada, que en términos de la clínica política, está diagnosticada.
En este caso, la paciente podría estar experimentando un delirio de grandeza, en el cual se ve a sí misma como una figura importante, poderosa e inmaculada, incluso cuando no tiene ninguna base real para sostener esa creencia. También podría estar experimentando el delirio erotomaníaco, lo cual permite que la persona siga realizando actividades y se mueva de aquí y de allá, lo que explicaría su comportamiento de recorrer el país prometiendo cosas que sólo están en su mente perversa.
Este tipo de paciente necesitaría tratamiento psicológico urgente para abordar sus creencias delirantes y ayudarle a tener una visión más realista de sí misma, de su situación y de su conducta dañina y perversa. También podría ser necesario considerar otros problemas subyacentes, como trastornos de personalidad u otros trastornos mentales, que están contribuyendo a su comportamiento de bruja infernal sin sentimientos de culpa por nadie ni por nada.
De esa manera, el comportamiento de asumir roles y funciones que no le corresponden puede tener consecuencias devastadoras para la propia paciente y también pueden causar un daño significativo a quienes confían en ella; es decir, para sus seguidores y seguidoras. Como dirían en mi pueblo natal, ¡agarren a esa loca! porque es la misma que pidió sanciones e invasión para causar el mayor dolor a nuestro pueblo, destruir el Estado venezolano y acabar con la República.
