Después de disfrutar unos minutos de este publicitting gratuito, (inmerecido por cierto) decidí continuar con mis asuntos del día. Pero advertí una cosa: Nadie firma la nota de acusación (Ver anexo). Busqué, y sólo encontré una palabra solitaria, absolutamente indefinida: "Salo", tras la cual se escondió el fulano de la ocurrencia.
Fue esa firma escurridiza, y una treintena de llamadas y correos de amigas y amigos de 14 asambleas de Capital Federal, lo que me convenció de gastar estas líneas en el tímido “amigo” Salo.
Mi primera diferencia con Ud., "amigo" Salo, es moral, ética: Usted no da la cara, yo si. Todos pueden saber quien soy, lo que hago y escribo, donde y cómo vivo (basta poner mi nombre en un buscador de la web, pedirme mi hoja de vida o preguntar a quienes me conocen donde me conocen); pero nadie, nadie en este planeta, sabrá quién es usted. Salo no es más que “Salo”.
Su modo de proceder (procedimiento), es antediluviano, ”amigo” Salo, si lo comparo con el, ya injusto, sistema judicial burgués. Peor, usted retrocede, con su acusación, al método tan usado para destruir personas durante el siglo XX, por aparatos policiales bárbaros como la Gestapo, la GPU y otros sistemas policiales feroces.
Usted me niega dos derechos elementales que un régimen político burgués, incluso el más vulgar y corriente, quizá me daría: A) Su identidad, y B) mi derecho a la defensa.
La segunda diferencia sigue siendo moral: Usted pide a un aparato policial que me investigue. Yo le propongo algo más democrático y de la tradición del movimiento obrero (si es capaz de soportar tal cosa). Solicite Ud. que la investigación la realicen la FBT, la organización que represento hoy, y el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), a la que pertenecí hasta hace 12 años en Venezuela. Si usted pasa esta prueba de democracia obrera, vale la pena contestar a sus infundios.
Su acusación es funcional a su método y modo de vida, contiene la blandura de su ética. Como me dijo en Buenos Aires, el mismo lunes 26 de mayo, uno de los más destacados dirigentes populares de la Revolución Bolivariana, “Se cae por su propio peso”.
Ahora, “Salo”, con permiso, voy a continuar con mis asuntos diarios. Modesto Emilio Guerrero-CI (V): 43 45 086 y DNI (A): 932 60 879.
Anexo la acusación de “Salo”, como un derecho a la información del lector:
"El autor de la nota Golpe Social en Venezuela aparecida en www.argenpress.info), Modesto Emilio Guerrero, o Emilio Modesto Guerrero, fue miembro y Diputado del MAS de Venezuela, antes de la elección de Chávez, en el sector que se transformó en anti chavista. Estuvo conectado con los movimientos anti-Chávez antes y después de la Revolución Bolivariana. En la Argentina se ocupó de desinformar sobre el golpe contra Chavez del 11 de Abril. Lo hizo ampliamente, con múltiples conferencias en el Movimiento Autoconvocado Asambleario de la Ciudad y el Gran Buenos Aires, incluida la Universidad de la Madres de Plaza de Mayo. Este movimiento nació al derrumbarse el Gobierno de De la Rúa. Fue raleado paulatinamente de las Asambleas del Gran Buenos Aires y se suspendió elegantemente su ciclo de conferencias programado en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. En alguna de las Asambleas del Movimiento, confesó que era periodista del grupo más reaccionario de la Prensa, y Televisión Venezolana, el Grupo Cisneros, en el momento que pareció que Chavez había renunciado. En su actividad periodística, vinculado como Editor a los negocios de "Mercosur.com", sin domicilio conocido, aparecieron estrechos acuerdos estratégicos con AOL y con Dun & Bradstreet. Se adjunta una nota aparecida en Internet, comprobados sus términos en lo que a Bs. As y a su Conurbano se refiere, al que se le suele llamar el Gran Buenos Aires, con unos 15.000.000 de habitantes. Este mail tiene por objeto que los Servicios de Inteligencia del estado Bolivariano de Venezuela, hagan la investigación correspondiente.
Salo