Como si a Venezuela le faltaran crisis le brotó otra de tipo politico-ideológica.
Su amplia y variada izquierda decidió sumar su propia convulsión.
El pasado 5 de mayo, un grupo de gastados dirigentes ex guerrilleros del partido maoísta Bandera Roja, pactó mediante un documento con González Urrutia y Ma. Corina Machado, su apoyo a la candidatura presidencial.
Encabezados por el ex comandante Gabriel Puerta, este grupo entiende que echar a Maduro del gobierno es suficiente razón para justificar su pacto con una corriente de ultraderecha y agente confesa de Washington y su Comando Sur, como la de Ma. Corina.
Está arrojada y valiente mujer es heredera de uno de los más poderosos "Amos del valle". Con esta definición el novelista Fco. Herrera Luque retrató con lujos literarios, la felonía, desparpajo y brutalidad de la clase que conformó a la lumpen burguesía venezolana del siglo XX.
Ma. Corina fue tan lejos que convirtió en querubines pacifistas a Leopoldo López, Capriles y a los generales y coroneles con quienes compartió golpes, guarimbas, rebeliones armadas, asesinatos de chavistas, quema de edificios públicos en unas diez conspiraciones desde 2001.
En tres ocasiones pidió a EEUU, Israel y a la Colombia de Uribe, que ocupasen Venezuela por la fuerza.
En 2018 participó del intento (frustrado) más serio de cumplir ese deseo abyecto, desde Cúcuta.
Un año más tarde solicitó desde Panamá a Donald Trump, que invadiera para completar la también frustrada Operación Gedeón.
A los dirigentes de B.R. les parece moral pactar como semejante personaje del inframundo anti popular, anti humano y anti comunista.
El pacto BR-Ma. Corina apenas fue registrado por cuatro diarios locales y aunque dos de ellos lo definieron como algo "contra Natura", limitaron sus reseñas a ese adjetivo.
Lo insólito fue que nadie, absolutamente nadie, de la izquierda registró esa aberración como algo que afecta al conjunto de la militancia izquierdista venezolana organizada en sus comunas, sindicatos obreros y corrientes militantes barriales.
Por extensión, también a mucha gente de Latinoamérica y España que acompaña el supuesto de que Venezuela sigue "en revolución".
Es posible que el silencio se deba a que estos ex guerrilleros de izquierda fueron desde 1999, una suerte de brazo armado úber usado por el anti chavismo contra Hugo Chávez y luego contra Maduro... aunque sean tan distintos.
Pero bajo ese silencio latía una convulsión más cruel y dolorosa.
En el mismo nicho cultural y en el mismo tiempo/espacio, muchos otros militantes o cuadros intelectuales, maduraban el mismo dilema moral de los ex guerrilleros vencidos de Bandera Roja.
Casi tres meses después resolvieron el dilema del mismo modo que los maoistas de B. Roja.
El 31 de agosto 224 izquierdistas publicaron en el diario Aporrea una proclama que exige al gobierno la publicación de los votos desagregados y las actas finales del escrutinio. Y denuncian la violencia estatal para perseguir con la misma furia a violentos de Ma. Corina que a simples votantes opositores y comenzar a perseguir a disidentes como el ex candidato Márquez, a quien le secuestraron el celular.
Cualquier militante sano podría estar a favor, o no, con estos tres reclamos.
Pero ese documento es mucho más que tres reclamos.
El documento se invalida moralmente casi con la misma fuerza que el pacto de BR con Ma. Corina.
Primero porque no dice una sola palabra sobre ella y su particular conspiración desde la mañana del 29 de julio, cuando acudió a la misma violencia de siempre en nombre de sus intereses de siempre, aprovechando la apresuradísima proclamación de Maduro, hecha por el CNE.
Pero lo más grave es que...
El documento no habla desde los intereses de la clase trabajadora o de los sectores populares pobres.
Se reduce a manifestar la angustia democratizada en su sentido más liberal.
No registra, por ejemplo, que el costo humano del bloqueo y la economía oficial la pagan en formas de sobre explotación y salarios de hambre, los que viven (o sobreviven) del trabajo.
Limita su lamento a los migrantes.
Quizá por eso desaparecen las palabras-concepto neoliberalismo, imperialismo, guerrerismo, golpismo, Ma. Corina, Bloqueo, Sanciones.
Esto debe explicar la ausencia de sindicatos, comunas o grupos de militantes barriales entre los 224 firmantes.
El 96% de ellos son profesionales de clase media "bien vestidos, bien comidos y bien cogidos", como suele decir la vieja clase obrera argentina. Apenas dos firmas son de trabajadores pobres.
Aunque el documento no constituye un pacto, abre la puerta a un pacto:
"...estamos hoy convocados a unir esfuerzos en la búsqueda de la unidad superior de la nación, una más amplia y popular".
Con este lenguaje frentepuista, habla de una Nación sin imperio dominante y una democracia sin clases enfrentadas. Reduce todo a un Estado y un gobierno convertidos en "dictadura terrorista"...y punto.
Semanas antes, Luis Bonilla ya había advertido con inteligencia sobre esa dinamica frente populista en la conducta del ex ministro Héctor Navarro, en un largo escrito llamado Las elecciones del 28/J una situación inédita .
Está proclama fue precedida el 27 de julio por otra con 50 firmas que contenía la virtud de no incluir al partido Bandera Roja.
Está vez, Bandera Roja encabeza a los 224 firmantes, certificando que no hay nada inmoral en pactar con los que pactaron con Ma. Corina Machado y todo lo que representa.
A nadie le sorprende que Bandera Roja formalice con un documento su apoyo a la ultraderecha venezolana.
La moral del "Perro"
Un testimonio poco conocido lo aportó el ex dirigente obrero y social argentino Carlos "perro" Santillán.
Cuando viajó a Caracas en 2010 en una delegación, se encontró con dirigentes de Bandera Roja. Hasta ese año, Santillán fue miembro del PCR, el partido del maoismo argentino.
Fue un encuentro pautado por las direcciones de Bandera Roja y el PCR, autorizada con suficiencia democrática por el hoy diputado Jacobo Torres de León.
Esto dijo el "Perro" Santillan cuando volvió al Hotel donde lo esperábamos:
"Yo vine a apoyar una revolución, no a quienes la combaten y estoy dispuesto a dejar mis huesos por ella".
Varios quedaron impactados aquella mañana por esa moral de clase del "Perro" Santillán... tan alejada de quienes creen que no importa con quién te revuelcas, si eso sirve para voltear a Maduro.
Esa conducta no está sola. He escuchado a decenas de izquierdistas de Argentina pensar lo mismo con expresiones como
"Si Maduro perdió que se vaya para que haya normalidad democrática y legitimidad de origen".
Es el espíritu de Lula tocando las puertas de la confusión.
Este colapso de la izquierda venezolana arrastra a muchos/chas honestas intelectuales latinoamericanas/nos como Marisela Svampa, Walter Martinez o Alberto Acosta.
Urgencia
Es urgente una explicación causal que supere este diagnostico patológico.
No es fácil encontrar pactos contra Natura de este tipo.
Para encontra algo similar hay que remontarse a 1914-1919 cuando la socialdemocracia alemana del SPD permite el asesinato de Luxemburgo y Liebnecht en Berlin y la masacre de las huelgas obreras en nombre de la democracia y la legitimidad de origen del Imperio alemán.
O a la masacre de Cantón en Shangai, China, autorizada desde Moscú en 1925, con la que fue liquidada la segunda revolución en China.
En la historia reciente podemos registrar el apoyo de Mao y Pekín a Pinochet en Chile, el 12 de septiembre de 1973, seguido por el favor politico-cerealero del PC argentino al otro genocida, Videla.
Otro pacto llamado también " Anti Natura", fue el "Acuerdo patriótico" del MIR castrista de Bolivia con el genocida boliviano general Hugo Banzer en 1990.
Y algunos otros que completarían la historia de traiciones relatada por el historiador venezolano Manuel Caballero, en su ya clásico La Comintern en América latina .
La crisis fatal de la izquierda venezolana (la de orientación chavista y cualquier otra) no se basa en un hecho ideológico, aunque lo contenga.
Algunas causas posibles serian
A. El agotamiento del chavismo intentado por Hugo Chávez, basado en una serie de mutaciones de menor a mayor desde 2002 que lo elevó a la comprension de la urgencia de superar el capitalismo venezolano mediante un Estado de tipo comunal, dentro de la idea difusa del "socialismo del siglo XXI".
B. Un ambiente epocal bastante reaccionario y confuso que empuja a capitulaciones más que a desarrollos en la izquierda
C. El agotamiento del proceso de cambios revolucionarios nacido el 13 de abril 2002, cuando el pueblo pobre se puso en movimiento y comenzó a transformar todo, incluida la cabeza del Comandante-presidente.
Los trabajadores y pobres de Venezuela están sobreviviendo al bloqueo y a la sobre explotación laboral de los nuevos ricos.
Dicho en palabras de Ricardo Napuri, el ya centenario revolucionario peruano argentino... En Venezuela la rebelión no se elevó a su forma superior de revolucion.
Casi nada completó su proceso y ya se conoce a ley física: lo que no avanza retrocede . Nada es estable en política.
D. El colapso de una o dos generaciones de la izquierda venezolana, formadas entre dos tradiciones terriblemente perversas, la nacionalista petrolera y la stalinista moscovita y china.
E. El rango social sin contra peso en la militancia de izquierda, de una cultura urbana lumpen, dentro de un pais muy urbano pero con predominio del barrio pobre sobre una clase obrera industrial muy debil y poco educada.
F. Una frágil tradición del marxismo, su cultura y tradiciones, a favor de dos culturas disolventes como la guerrillerista y la socialdemocrata nacionalista
G. Una vida política nacional debilitada hasta 1958, por una sucesión de dictaduras militares, que limitaron el desarrollo de una clase media amplia, cultivada y fuerte en ideas y obras. Un reflejo tardio de ese hecho es, quizá, que el chavismo mejor formado y crítico (Iturriza, Jaua, Bardieu, Dénis, Bonilla, no se atrevió aún, a producir un balance de la "revolución bolivariana" para explicar al madurismo como su fenómeno termidoriano.