"La tarea del humanista, será en primer lugar, en América latina, llamar la atención sobre la "toma-de-conciencia" acerca de un pasado centenario y aún milenario." –Enrique Dussel. América Latina Dependencia y Liberación-
Desde la aparición de la Modernidad, a partir de la invasión española a nuestra América en 1492, y con ello, el surgimiento de nuevas formas de pensamiento, de organización social y de producción económica se ocasiona un cambio radical en las relaciones de los seres humanos, tanto entre ellos como con el resto del mundo, especialmente en las colonias subyugadas, ocasionando un impacto profundo en la cultura, la política y la economía. Todo esto trae consigo la etapa de expansión capitalista y las expresiones de opresión por parte de las potencias europeas contra Asia, África y América, lo cual ha incidido de tal manera, que las visiones, concepciones y filosofías del colonialismo, son la base para la institucionalización de nuestra historia, nuestra memoria y nuestra cultura, así como de la implantación de la colonialidad.
Un compromiso con la historia y sus implicaciones habremos de tener, quienes de alguna manera ejercemos parte de nuestras vidas dentro del acontecer político y los análisis históricos, toda vez que nuestra formación académica se labró en el marco de una enseñanza de la historia, trascrita bajo el dominio de la cultura eurocéntrica construida en Europa a partir del pensamiento de la Ilustración, que hizo florecer el pensamiento racionalista y liberal en Europa durante el siglo XVIII y que, sin duda, y de acuerdo con filósofos ilustrados, como Voltaire y Rousseau, la historia era vista como un progreso hacia la razón y la libertad.
La Ilustración se caracterizó por una confianza en el poder de la razón para transformar la sociedad y liberar al hombre de la opresión, impregnándola de objetividad y de la idea del progreso lineal de la historia, como la base del pensamiento; por lo que a partir de la observación se podía conocer la realidad, pero resulta qué, la historia viene a ser un proceso dialéctico en el que las ideas y las fuerzas opuestas se enfrentan y se transforman mutuamente. De ahí que Marx y Engels, vieran la historia como una lucha de clases entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores. En consecuencia, la visión eurocéntrica de la historia, traída de la mano por la Ilustración y otras corrientes del pensamiento posteriores, según el brillante filosofo argentino Enrique Dussel, es una perspectiva limitada y sesgada que ha llevado a injusticias y desigualdades en todo el mundo, y que ha impedido una comprensión completa y justa de la historia y de la diversidad humana.
Con base en lo anterior, se justifica plenamente esa mirada contra-hegemónica de la historia que viene a enfocarse en la idea de que esta ha sido escrita y contada desde una perspectiva eurocéntrica y colonialista, que ha dejado de lado a los pueblos originarios y a las culturas no occidentales.
De acuerdo con Las 16 tesis de la Historia Insurgente, expuestas por el catedrático e investigador venezolano Ángel Custodio Velásquez, la historia hegemónica al reproducir la dominación de la cultura eurocéntrica-Occidentalista, lleva consigo "…la concepción que defiende la imposición en América del proyecto colonizador-civilizador-evangelizador que impuso una colonización del ser, del poder y del saber", haciéndonos ver que nuestra historia "…se inició a partir de 1498 cuando fue invadido nuestro territorio por España.". Además, qué, "…el conocimiento histórico debe servir sólo para describir los procesos socio-históricos y sostiene que los cambios vienen por el papel que juegan la ciencia y la tecnología." Cabe agregar dentro de la caracterización que hace Ángel Velásquez respecto a cómo se manifiesta la historia hegemónica, que para esta "…el conocimiento es una transmisión de sujetos, preferentemente egresados de universidades, que vierten saberes a otros que aprenden; y concibe el devenir histórico como algo natural y evolutivo relativamente espontáneo, y basta con repetir lo evidente desde el sentido común de la gente para superarlo.".
Sostiene el profesor e historiador venezolano Luis Felipe Pellicer lo siguiente: "La historia del siglo XIX y el siglo XX se hizo para justificar los mecanismos de opresión de las clases dominantes. Con la Historia Insurgente (HI) no estamos descubriendo el agua tibia, pues la historiografía tiene dos elementos que son básicos: -La HI debe encargarse, en términos de la investigación histórica, de develar los mecanismos de opresión que han existido históricamente, sobre todo develar los mecanismos históricos de dominación de las clases dominantes y entre esos la historiografía dominante como parte de esos mecanismos de opresión. – A la vez una HI debe mostrar los mecanismos que históricamente ha tenido el pueblo venezolano para oponerse a esa dominación. De manera que cuando examinamos los libros de historia, incluso hasta los marxistas, destacan lo que llaman las etapas, las épocas, los periodos de la historia. Por ejemplo, usted habla del establecimiento del Estado liberal en el siglo XIX, pero no se habla de la oposición a ese Estado Liberal. De manera que la historia no es lineal y los procesos insurgentes, revolucionarios no es que hayan fracasado, fueron derrotados. Pero es importante saber cómo fue su organización y razones para insurgir sobre esa clase dominante. Es decir, se escribe la historia de los vencedores.".
Es cierto, de ahí que en contraposición a quienes conciben la historia desde un análisis lineal, bajo episodios o etapas y de manera aislada, el enfoque de la totalidad concreta planteado por Carlos Marx en el método de la economía política que lleva implícito la comprensión de la economía capitalista (válido para la historiografía) como un sistema complejo e interconectado, considera que tanto las relaciones internas del sistema económico como sus interacciones con otros aspectos de la sociedad, permiten una comprensión más profunda de las contradicciones y conflictos del capitalismo y proporciona una base para el análisis crítico de la economía política, así como de los procesos históricos y sus implicaciones.
Dos aspectos son inherentes a la HI, pretende la mirada colectiva y busca que esa mirada colectiva impulse la transformación de la conciencia histórica de ese colectivo. Para el catedrático e intelectual venezolano Pedro Calzadilla, La HI "…es el nombre que en Venezuela le hemos puesto a un movimiento descolonizador de nuestra historia, de nuestra memoria. Es un proyecto colectivo que busca la liberación de nuestra conciencia histórica.". En tanto que para la acuciosa docente, historiadora e investigadora Dulce Marrufo, "Es un proyecto político, filosófico, historiográfico que, con disciplina y militancia ética, sirve o permite construir, reconstruir procesos históricos articulados entre sí, donde el pasado, presente y futuro se articulen y develen a los pueblos que a lo largo del tiempo han sido ocultados con toda intencionalidad por la historiografía tradicional conservadora.".
En consecuencia, al enaltecer la importancia de la HI para Venezuela y todos los pueblos de América Latina, esa tentativa de descollar frente a la filosofía o pensamiento europeos, en función de alcanzar nuevos juicios éticos o principios epistemológicos, no es que pretenda demostrar que el pensamiento latinoamericano es superior al europeo, tal y como lo señala el intelectual y filósofo boliviano Juan José Bautista en su brillante obra literaria: ¿Qué significa pensar desde América Latina? Hacia una realidad transmoderna y postoccidental. Solo se trata de cimentar un marco categorial que conlleve a comprender en el plano de la filosofía la especificidad del problema que reside en los elementos que inciden en las afecciones que nuestro Continente ha sufrido, tales como el subdesarrollo, la dependencia, la opresión, el colonialismo, la miseria, la ignorancia, la negación, el sufrimiento y la exclusión que no culmina en los significados inoculados por el pensamiento y la filosofía europeos.
De manera entonces que se trata de una labor titánica que vaya develando, en nuestro caso, los procesos históricos venezolanos y el contexto en que se desenvolvieron, así como de sus implicaciones. Somos en América Latina, todos sus pueblos, víctimas de la misma negación y opresión histórica, de ahí la inmortal reflexión del gran Enrique Dussel: "El ser de América, su mundo, está falto de una comprensión suficiente de su pasado, y por ello de su presente y futuro. Falto de una esperanza en su futuro, carece del entusiasmo para indagar su pasado. Pero, mientras no tome conciencia plenaria de la totalidad de su ser histórico, pasado milenario, presente crítico y futuro universal se debatirá en la noche que nos ha dejado el siglo XIX.".