Miraflores, la falta de planificación nos está matando

Tres deben ser los instrumentos rectores de gobierno, los principios filosóficos e ideológicos, el programa del partido y el plan de gobierno. Cada uno va aportando como en cascada sus elementos al otro y también deben ir recogiendo de alguna manera los cambios que el devenir y las circunstancias históricas va imprimiendo a todas las cosas. Cada uno va ordenando el pensamiento y los elementos de la realidad a fin de que el revolucionario pueda orientarse lo más claramente posible en el conjunto de eventos que se dan en el corto y mediano plazo.

Si no hay mejoras cada vez más visibles del plan, la desorganización se incrementa en lo económico, en lo politico, en lo organizativo. Sin plan efectivo, viviente, no podemos dar todo el impulso que necesita esta etapa de arranque del socialismo.

El gobierno permanece activo y lanza nuevas acciones y programas, cada uno hecho con mejores intenciones que el anterior pero sin la planificación correspondiente, sin su seguimiento y resultados esperados, un plan de lanzamiento. El resultado es que al cabo de algún tiempo no se mencionan los programas que anteriormente con mucha fanfarria fueron anunciados, generándose así la falta de continuidad en las políticas y programas en el tiempo y la pérdida de confianza y credibilidad en estas iniciativas por la población. Con el plan el que dirija una institución no va a poner sus normas sino que su trabajo es hacer cumplir el plan diseñado.

El plan es además un instrumento de seguimiento y control de acciones de personas e instituciones.

En esta situación de escasez de recursos tanto materiales como humanos, de personas con experiencia, es imprescindible seguir incorporando a las estructuras heredadas en la administración pública nuevas estructuras, con otras funciones, incorporar las nuevas tecnologías que facilitan el control, seguimiento y ejecución de acciones, incorporando también nuevas áreas de seguimiento vinculadas más a lo ético, que es después del imperialismo el principal mal que padece Venezuela.

El gobierno debe tener información diaria e inclusive posibilidad de solicitarla al minuto de cada una de sus instituciones, por lo que las nuevas iniciativas deben nacer con su plan de ejecución y seguimiento bajo el brazo y determinadas las fechas de entrega de informes, resultados y obstáculos.

Es más Miraflores como unidad de dirección revolucionaria debería ser dos cosas una oficina de Defensa y una Oficina de Planificación, una a la derecha de la Oficina Presidencial y la otra a la izquierda. Plan, Dirección y Acción juntos.

El sistema de planificación debe reforzarse porque este actualmente se centra en actividades operativas, que ciertamente tributan a lo estratégico, pero ese nivel no es su objetivo por lo que debe reforzarse la estructura planificadora, no solo elevándola de nivel sino también enriqueciéndola con la incorporación de dos elementos.

Uno es la integración del Presupuesto al Plan por ser este el instrumento orientador nacional y entender y explicar que el Presupuesto refleja el plan en términos de monetarios por lo que se debe modificar su función como implementador del presupuesto nacional al de implementador del presupuesto asignado al Plan Nacional.

La otra acción que se ve como necesaria es la creación del Plan Estratégico Nacional, el cual ya está contemplado en la normativa vigente pero que debe dársele otra dimensión más activa, más publica, que cumpla mejor sus funciones orientadoras de instituciones y comunidades al englobar las tareas operativas dentro de la visión más amplia como es la estratégica, en el cual se refleja la visión a largo plazo del Programa de Gobierno ajustado a los imponderables de la realidad actuante, pero dentro de las líneas del Partido y la filosofía, visión estratégica y revolucionaria del Presidente Hugo Chávez.



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Oscar Rodríguez E


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