Marx y Lenin escribieron que no siempre los revolucionarios se encuentran en situaciones que le sean ampliamente favorables, ya que el enemigo también actúa y puede generar situaciones que les beneficien o que desactiven las políticas revolucionarias.

Es por eso que la función de los dirigentes es llevar ese pulso politico y saber cuándo el ambiente es ampliamente favorable a la revolución y a los revolucionarios o cuando por el contrario estos se ven limitados en su actuación, por lo que deben estar permanentemente formulando políticas que orienten a los militantes y a las clases sociales y populares que los apoyan. Esa situación no cambia inclusive cuando ya se ha alcanzado el poder pues la adversidad es inevitable en el acaecer humano.

Lo que si debe estar claro para todos es que aunque las situaciones son cambiantes, nuestros esfuerzos, pensamientos, escritos siempre deben estar dirigidos a reforzar el esfuerzo revolucionario, fortalecer el esfuerzo popular y demostrar capacidad de adaptación revolucionaria a cada una de las situaciones.

Los tiempos en que la contrarrevolución pueda obtener alguna ventaja debemos tomarla como una advertencia sobre la necesidad de preparación y no ceder ante los obstáculos; en tiempos de calma los líderes y estrategas se fortalecen e incrementan su formación en el pensamiento estratégico revolucionario que hará falta más adelante o se ocupan de revisar las pasadas actuaciones para revisar en que se falló y no volver a repetir el error.

Es el momento de estudiar las fortalezas y debilidades tanto de nosotros como del enemigo actuando sobre las dos organizaciones sobre las cuales tenemos incidencia, una el partido el PSUV, donde se deben analizar todas las deficiencias, políticas, organizativas, formativas y emprender las acciones de corrección. En eso Diosdado tiene la palabra.

La otra organización sobre la cual hay que actuar es en la estructura de gobierna para superar todas las características que heredamos de la cuarta república y que limitan su eficiencia técnica, organizativa y popular. Es necesario adecuar las estructuras de gobierno a los principios del socialismo y a los postulados de la Constitución, generando un gobierno nuevo. Es una tarea pendiente y necesaria.

Es casi como una labor de reconstrucción permanente que debemos realizar en ambas organizaciones la del partido y la del gobierno, que tienen su propio campo de actuación y de evaluación.

En ambos casos hay un conjunto de principios socialistas y revolucionarios que estarán siempre presentes como son el permanente trabajo de educación y formación de conciencia popular, que interiorice que su bienestar está indisolublemente ligado a la permanencia de un gobierno de revolucionarios, el permanente trabajo de reforzar nuestra identidad nacional, venezolana venezolanista, ya que de esos elementos es que surge la llamada sabiduría popular.

Educar la conciencia popular y de las clases que apoyan a la revolución es también que se entienda que la interpretación de la realidad futura y del pasado depende del punto de vista, no es lo mismo el punto de vista del empresario, de los ricos, que se acuerdan con nostalgia que con los adecos se vivía mejor que los recuerdos que de ese periodo de grandes carencia conservan los sectores populares, ya que no se debe olvidar el clasismo y el desprecio hacia los pobres.

Un trabajo educativo revolucionario necesario casi que imprescindibles es que escriban, que todos escriban sus ideas, sus planteamientos, sus reacciones, no tienen que ser grandes ideas pero que son necesarias para todos. Que serán evaluados por sus escritos, si pero asuman ese riesgo para educar a la población en lo político.

Todos estos elementos tienen como como objetivo crucial mantener la moral alta y el espíritu de lucha de todos, militante y no militante y por sobre todo el llamado también constante, permanente a la unidad sin segmentaciones innecesarias y a la paz.