Mi palabra

Petro el ambiguo se agacha antes el verdadero enemigo

"De lo que tengo miedo es de tu miedo"

Shakespeare

El presidente Gustavo Petro, me desconcierta, cuando leo sus opiniones sobre el gobierno de su homólogo Nicolás Maduro, tan es así, que a veces me parece oír a un vendedor de verduras de un mercadito de Acarigua; quien es un adeco de raíz; habla barbaridades del proceso bolivariano y apenas me ve se le alborota la lengua, con expresiones casi a gritos y no sé, si es por ignorante o por inocente ¡yo no veo gringos por ninguna parte, eso del imperialismo son inventos de ustedes! Pero a pesar de todas esas infantilidades se le puede perdonar, porque provienen de un hombre del pueblo, engañado por el incesante bombardeo mediático; pero oír de un exguerrillero colombiano salió de las filas del M-19, declaraciones en contra del proceso bolivariano es como oír a Donald Trump, quejándose del hambre y la desigualdad social en los Estados Unidos.

La ambigüedad del presidente Petro, se pasa de socarrón, ya que, quienes lo lean o lo oyen, no es raro, que se queden sorprendido viéndose las caras y hasta sus propios simpatizantes, que todavía confían en él, deben respirar profundo para poder digerir sus atravesadas declaraciones, porque sus vacilaciones pueden llevar al incipiente proceso colombiano a las más profundas y peligrosas contradicciones, el cual nació para unir a un pueblo por una necesidad perentoria e impostergable: recobrar la libertad y la soberanía tan pisoteada, como la vida misma de un país, el cual se encontraba bajo el acoso de la Casa Blanca y hasta los momentos no desisten de mantener esa heroica tierra, como un medio para incursionar en suelo venezolano, lo que es lo mismo, una base de operaciones.

El culipandeo del presidente Petro, se manifiesta en momentos, cuando el gobierno saliente de los Estados Unidos, arremete y lejos de enfrentarlo o responderle antes el bloqueo contra Cuba y Venezuela, lo que hace es plegarse a la cola de una jauría incitada por el imperialismo y no termina de darle la mano, porque está representando a un pueblo vigilante, el cual no baja la guardia ni en los momentos, cuando la oligarquía colombiana, una de las más rancias de América, busca sacudirse y recurre a los mismos métodos utilizados, desde el mismo momento, cuando fue asesinado Jorge Eliecer Gaitán. Le parece más fácil y menos peligroso arremeter en contra del gobierno venezolano, que cantarle las verdades al imperialismo.

Las últimas declaraciones del presidente Petro, donde se refiere al proceso bolivariano, es algo propio de personas, el cual carecen de la firmeza política y echan a un lado las repetidas arremetidas del imperialismo, en contra de Venezuela. Eso de llegar a expresar alegremente: "miren lo que le pasa a Venezuela, que ya no saben si es democracia, ya no saben si es revolución, ya el pueblo no los quiere" El mismo cuento de los últimos gobiernos gringos y sus nuevos títeres, donde últimamente destaca la inhabilitada María Corina Machado, que siempre anda pendiente de cualquier expresión de Petro, contra el gobierno venezolana, para aplaudirlas.

Quien se exprese de esa manera o está pecando de inocente o simplemente está creyendo, que en el norte imperialista van a tomar en cuenta esas palabras pidiendo la bendición de manera indirecta. Todo en este momento lo manejan a través de la manipulación mental. Desde de la llegada del comandante Chávez al poder, se trazaron la tarea de crear la confusión entre los pobladores y por algo en el momento del golpe del 2002, le hicieron creer a la comunidad internacional, que los asesinos eran los chavistas, cuando se comprobó, que todo lo prepararon de manera minuciosa, pero no hay crimen perfecto y menos, cuando son ejecutados por mercenarios al servicio del gran capital.

El presidente Petro, por momentos busca, que no lo confundan con el proceso bolivariano en medio de su profundo desconcierto, pero aún, cuando no quiera transitar por ese camino, el cual escogió junto al pueblo el comandante Chávez y ahora el presidente Maduro, tiene que saber algo sumamente importante y sin eso nadie puede echar andar ni siquiera sus ilusiones, como es la audacia y la experiencia, porque hasta en el acto sexual es sumamente importante; para algo debe servir el trato recibido de los que no quieren ver al pueblo triunfar, ni siquiera en una pelea de gallos. El imperialismo y sus títeres la oposición venezolana, antes sus repetidos fracasos, ahora están recibiendo una ayuda inesperada de estos oportunistas de mucho renombre, más desorientados, que la misma María Corina Machado, después de la derrota del 28 de julio.



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Narciso Torrealba


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