Existe un proverbio latino, "lo que la naturaleza no da, Salamanca no otorga" que expresa que la educación no puede darle nada a quien se lo negó la naturaleza, y que por más que se afane no podrá adquirir. De este modo, ni la inteligencia, ni la memoria ni la capacidad de aprendizaje, entre otras muchas, son cosas que una educación puede ofrecer a sus alumnos. Con él se resalta la importancia tanto de las habilidades innatas ("natura") como de la formación y la educación ("Salamanca") para tener éxito en la vida, y en este caso, en la política.
Con esta frase se sanciona la noción de que las personas no nacen iguales y tienen diferentes intelectos y diferentes cualidades naturales, pero resaltando una preeminencia de la educación. Uno duda de esta frase si piensa en el sistema de gobierno feudal español donde al que gobierna no se le exige ni Natural ni Salamanca.
En todo caso, en base a estos elementos elaboró una clasificación de los políticos que puede ser válida e interesar a los que participan en la lucha por el poder en Venezuela ya que pienso que estos distintos tipos de político clasificados, están o han estado presentes en nuestro escenario político nacional, tanto en el revolucionario como el opositor.
La educación (Salamanca) puede proporcionar a un político un conocimiento determinado o hacer creer con su diploma que lo tiene. Le proporciona un entendimiento sobre temas específicos y una actitud menos precipitada hacia el abordaje de las situaciones, lo cual es fundamental para tomar buenas decisiones. También mejora la capacidad de evaluar información, analizar problemas y encontrar soluciones innovadoras. En el área de comunicación puede mejorar la capacidad para articular y expresar ideas y políticas de manera clara y persuasiva. Un político educado puede comunicar sus puntos de vista de manera más efectiva, tanto en discursos públicos como en negociaciones.
Un político innato (Natural) puede tener una serie de cualidades que le dan imagen y le ayudan a cumplir su papel de una forma más destacada, como pueden ser fuerza, inteligencia, memoria, liderazgo, carisma, necesarias para inspirar y guiar a otros hacia su visión, generando motivación y un sentido de propósito; empatía es la habilidad para entender y compartir los sentimientos de los demás, permitiéndole conectarse con sus seguidores abordando sus preocupaciones de manera genuina; capacidad de comunicación y de expresar ideas de manera clara y persuasiva, siendo convincente con sus palabras o sus escritos.
El político que tiene Salamanca sin Natura, sería aquel político que ha recibido una formación académica y técnica, pero que carece de las habilidades innatas necesarias para conectar con la gente, para comunicar de manera efectiva, para liderar con carisma, etc. Este político puede ser muy competente en su campo, pero le faltará la chispa y la conexión emocional para movilizar a las masas y alcanzar el éxito político.
El político que tiene Natura sin Salamanca, sería el político que tiene un talento natural para la comunicación, para el liderazgo, para la persuasión, etc., pero que carece de la formación y los conocimientos técnicos necesarios para gestionar el gobierno de manera eficiente. Este político puede ser muy popular y carismático, pero puede cometer errores por falta de conocimientos técnicos y puede ser fácilmente manipulado por personas con más formación, a los que se ve necesitado de acudir.
El que no tiene ni Salamanca ni Natural, sería el político que carece tanto de talento natural como de formación. Este tipo de político difícilmente tendrá éxito en la política, a menos que tenga mucha suerte o cuente con apoyos muy poderosos.
El político que tiene Salamanca y tiene Natura, sería el político ideal, el que reúne tanto el talento natural como la formación. Este político tiene todas las herramientas para alcanzar muchos logros en la política: carisma, liderazgo, capacidad de comunicación, conocimientos técnicos, etc.
Creo que esta clasificación no ideal, permite entender por qué algunos políticos tienen éxito y otros no, porque unos quieren pero no pueden y nos ayuda a reflexionar sobre la importancia tanto de las habilidades innatas como de la formación en la política para cumplir eficazmente con las comunidades.