En la Republica definida por Platon todo gobernante debe ser un sabio, el estricto contrario de la política que se funde con la época posmoderna. Si hay algo que define nuestra época es precisamente el contrario de la sabiduría, quien sabe no es el gobernante sino el que impide que la sabiduría, o la filosofía si se quiere sean principios de gobierno. Quien gobierna entonces es el contrario del encuentro con la verdad convirtiéndose en un enjambre de maniobras que resetean el mundo de acuerdo a intereses y no verdades. Es la política del Estado capitalista donde se pierden los principios de la sabiduría y superponen los poderes del capital, cuales siempre están ligados a los poderes oscuros que se manejan directamente desde el interés capitalista haciendo que el rico se cada vez mas rico y el pobre cada vez mas pobre.
Si existe un modelo cuasi perfecto de esta transmutación de la política desgraciadamente es nuestro propio país. Las oligarquías ignorantes se multiplican y persisten la mayoría de las viejas. La ética se transforma en estupidez, rompiendo sus principios la ética se transforma en mentira bajo el marco de una retórica completamente ladrona. El mundo que vivimos se ha transformado en eso una mentira que se nombra a sí misma una ética revolucionaria. Esto no puede ser otra cosa que una inversión de valores dando como resultado un verdadero saqueo de una riqueza que solo le pertenece al pueblo en su conjunto.
En fin la ética va perdiendo todo sentido dando pie a una retorica que miente convirtiéndose en un acto de estupidez . En lo que a nosotros concierne podemos decir nos hemos ganado el premio de la estupidez combinada con la mentira y el contrabadeo mafioso. Pero el problema en la medida que pasan los tiempos se agudiza y lo curioso es que se agudiza precisamente porque no estamos en guerra. La masacre se hace todos los días mas evidente pero se trata de una violencia represiva interna, sin ningún tipo de promoción del estado real. Estamos perdiendo la condición de nación, de república para decirlo en palabras mas conceptuales. No existe creación ni cultura alguna, la sabiduría de la cual habló Platon se pierde mientras el conocimiento universitario se pierde en la fuga de cerebros con un sueldo irrisorio completamente inaceptable. Esto nos funde prácticamente en la nada, muere el conocimiento, la cultura, l información veraz que se hace prohibitiva y toda institución ligada a ello. Aquí no hay guerra ,es la muerte lenta de nuestra propia identidad. Los palestinos junto a los kurdos mueren por miles ante el engarce entre el fundamentalismo islámico y la alianza atroz, secreta con el sionismo judío anglosanjon, sin embargo bajo este genocidio su identidad como pueblos se fortalece, todo lo contrario de la realidad que se nos impone, donde toda identidad se pierde y la estupidez se hace mas evidente. Que no nos perdamos por completo es el reto inmediato.