Ser docente o facilitador de una escuela, liceo o universidad no es cosa fácil y no lo digo por los sueldos, bonos y demás especies que recibas, que por esas razones también es difícil, no, es por el hecho que los chamos de ahora, es decir los estudiantes, se aburren cuando les toca dejar de lado el celular estando en un claustro educativo. Resulta que la pandemia abrió la posibilidad de recibir clases on line, al punto que durante el Covid 19 hubo promociones que obtuvieron su título tranquilamente, con la condicionante que la mayoría de los educandos salen con una pobre o escaza cultura general que da pena ajena cuando esos muchachos prosiguen estudios o se inician en la vida profesional. No me mal interpreten, pero hay que revisar el sistema de estudios regular, así como las unidades curriculares de cara a los cambios que impone la tecnología, la sociedad y por supuesto esta generación denominada de cristal. No quiero cuestionar el sistema educativo nacional, incluso la formación en el hogar, que a mi juicio es fundamental para el crecimiento del niño, pero si quiero destacar la necesidad de actualizar la forma de impartir clase en la que prive el deseo de joven estudiante en su anhelo de formarse en la academia. No hablo del Inces, ni de la UBV, como tampoco de la Unefa o la Universidad Rómulo Gallegos, hablo de ese espacio o mecanismo de diagnostico que refleje la intensión del educando a querer seguir estudiando por muy generación de cristal que sea, en el entendido que a esta juventud que todo le da igual, que no le importa nada, pronto asumirán cargos de gerencia y liderazgo. Imaginemos a militares, médicos, ingenieros, por nombras tres, que siendo de la mencionada generación, más la pésima formación tengan que defender, curar y desarrollar a Venezuela. No estoy culpando a la tecnología o a la inteligencia artificial, no es buscar responsables, es entender que los muchachos que se forman en la educación primaria, secundaria y universitaria, especialmente la superior tienen un reto para el que muchos no están preparados ¿Qué nos espera? si nuestros muchachos se conforman con tener una manera simple de ganar dinero haciendo un curso de electricidad, mecánica o barbería, esto no tiene nada de malo, ok, aparte que la universidad no es para todo el mundo, pero caramba el país requiere que sus hijos la hagan crecer, avanzar y prosperar. Pareciera que muchos de esos jóvenes estudian porque no quieren estar encerrados en sus casas o porque es moda tener presencia en Tip-Top por lo que hacer un video desde tal o cual universidad es "like", espero que esos muchachones de relevo no dejen morir a la nación más bella, grande y heroica del mundo, como lo hemos hecho los de la generación X.