Justicia sin ley y leyes injustas

A lo largo de la geografía del planeta y en todos los tiempos numerosas personas han sido víctimas por la aplicación de alguna ley y también, de la justicia, esta última como parte del entramado social. No cabe duda que estos dos términos están vinculados inextricablemente. Entendiendo por ley como la regla o norma jurídica de carácter obligatorio dictada por la autoridad competente en un territorio. Tiene como fin permitir o prohibir alguna acción de los individuos con el objetivo de regular la conducta humana y lograr la convivencia armoniosa dentro de una sociedad. Quien no cumpla con la ley, en algunos casos se le califica de delincuente.

Así mismo, se define la justicia como el principio fundamental de la sociedad referida a la equidad y la imparcialidad en la aplicación de las leyes y normas establecidas. Se trata de un valor que busca asegurar que todas las personas sean tratadas con igualdad y que se respeten sus derechos y dignidad como seres humanos.

Está claro que las definiciones o conceptos lucen muy atractivos e interesantes, muchas de estas nociones no son más que frases y palabras que no tienen nada que ver con la realidad. Para comprender tal afirmación voy utilizar la Historia que aprendí de mis lecturas.

Me remonto al Imperio Romano, sobre el mito de la crucifixión de Jesús durante el mandato de Poncio Pilatos, el procurador de la provincia de Judea (27 d.C al 36 d.C) por orden del emperador Augusto. Según el evangelista Marco fue este funcionario el responsable del juicio contra Jesús, utilizando el aparato del estado y todo el peso de la ley. Sin embargo la elección de la sentencia se la ofreció a los judíos y estos habían decidido matarle, específicamente los saduceos. Algunos sacerdotes del templo fueron los que dictaron la sentencia en el Sanedrín, el tribunal judío. Marco presenta la imagen del Pilato como un magistrado de voluntad débil que fue presionado por los judíos para que condenara a Jesús, aun cuando el funcionario italiano no encontró en el inculpado ninguna amenaza para el Imperio. El hecho es que el magistrado declara la inocencia de Jesús con relación al castigo por traición. Ahora bien, no se le puede achacar a los judíos la culpabilidad de la muerte de Jesús, puesto que la ley judía no preveía la muerte en la cruz, en este caso lo habrían lapidado. Esto divide la culpa entre romanos y judíos. El presente ejemplo es una muestra de la manipulación de la ley para declarar una sentencia más parecida a un crimen que a un acto de justicia.

Finalmente, sobre este suceso más teológico que histórico me quedaron varias interrogantes. ¿Fue la crucifixión de Jesús la sentencia a muerte dictada por un tribunal? ¿O fue un alevoso crimen con la complicidad entre judíos y romanos, propiciado por su padre (el Dios padre) quien sabía del futuro de su hijo? ¿O fue un suicido, dado que Jesús sabía lo que le esperaba. Él conocía lo de la traición del zelote Judas? No se si la imprecación cuando Jesús estaba colgado de la cruz: "Padre mío, ¿por qué me has abandonado?" fue un reclamo a su Padre.

Lo anterior es una de tantas de las supuestas leyes (la ley Romana y la judía) aplicadas, en busca de la justicia cuya sentencia se convierte en un crimen con el aval del estado. Leyes injustas o la inexistencia de estas la vemos durante la Inquisición (en la Edad Media, siglo XIV y XV y la Moderna, siglo XV al XIX). Para llevar a cabo sus acciones se creó el Tribunal del Santo Oficio cuya función fue detectar y llevar a juicio a toda aquella persona que contradijera doctrinalmente el dogma católico. Así mismo, procesar a personas denunciadas por ser sospechosa de hechicería, hereje, judío, mahometano, luterano, homosexual, bígamo, gitano u otros delitos. Todo bajo las órdenes del Inquisidor General y jueces encargados de dictar sentencia desde prisión, tortura, despojo de los bienes, morir en la hoguera o ahogado y destierro. Evidentemente, se inventaron leyes para juzgar y culpar a los incriminados para sentenciar y hacer lo que se llamó "justicia divina", ya que los jueces estaban amparados por el "el espíritu santo". Muchos inocentes fueron víctimas de estos sacerdotes sanguinarios, miles murieron en las cámaras de torturas, otros ahogados y muchos quemados en la hoguera, sobre todo numerosas damas acusadas de brujas. Así mismo, varios fueron exiliados de sus patrias, otros despojados de sus casas, bienes pecuniarios, terrenos y castillos que pasaron al patrimonio de la iglesia. Un ejemplo de estos frailes inquisidores fue Santo Domingo de Guzmán, responsable de la muerte de cientos de cátaros acusados de herejía. La muerte de miles de catarense le valió ser elevado a su santidad.

Lo anterior es una muestra de la creación de leyes inquisitoriales para cometer injusticia, a pesar que tales actos fueron declarados por la iglesia católica como "justicia divina" guiada por la mano de Dios. Este armatoste jurídico inquisitorial fue una guía para que los nazis inventaron sus leyes para impartir "justicia". Mis lecturas me enseñaron que muchas leyes se inventaron para fortalecer y proteger intereses personales o de un grupo. No hay gobierno, bien sea democracia o dictadura, que no se ampare en la ley y la justicia, por lo general cualquier accionar de la policía y los tribunales están amparado en la ley y la justicia. En el caso de Hitler, el tercer Reich inventó un mamotreto jurídico para justificar leyes de carácter racista para perseguir, deportar y aniquilar a judíos, rusos, dementes, discapacitados, homosexuales, gitanos, masones y todo aquel que considerara que fuera una amenaza para el régimen y que no cumpliera con los estándares de "raza aria", designada por la "divina providencia" para gobernar el mundo.

El genocida Hitler, sus compañeros de partidos y su aparato de gobierno inventaron numerosas leyes segregacionistas para aplicarla a millones de personas con la finalidad de hacer justicia, evidentemente era la "justicia nazi" racista. Estas leyes le permitieron asesinar a millones de personas, despojar de sus propiedades a los opositores, y deportar de sus tierras de origen a millones de personas a otros lugares. Para eso utilizó trenes donde morían una gran parte de los desterrados, muchos de ellos asfixiados por los gases que inundaban los vagones. Una forma planificada con inquina de exterminio de sus enemigos. Era la justicia nazi amparada por las leyes que ellos inventaron para justificar sus crimines.

Sin embargo han existido y aún existen personajes que no requieren leyes para su accionar criminal, no necesitan justificar sus jornadas asesinas, sin importar que etas sean violatorias de los derechos humanos. Tenemos el caso del presidente Truman quien ordenó el lanzamiento de dos bombas atómicas sobre dos poblaciones de Japón durante la Segunda Guerra Mundial, así como también los procedimientos utilizados por la mayoría de los presidentes de EEUU que han ordenado guerras destructoras hacia diferentes partes del planeta. Hoy tenemos presente al genocida Netanyahu, quien amparado solo en su soberbia, afán de poder y en su odio hacia los palestinos decretó una guerra genocida y de exterminio, con las lúgubres consecuencias de lo que ocurre en la franja de Gaza. Es la justicia personal que tanto daño ha causado a la humanidad.

Actualmente el mundo es testigo de una acción xenofóbica contra el pueblo de Venezuela por parte del presidente Trump. El gobernante sin justificación alguna deportó y ordenó el secuestro de 230 venezolanos en un campo de concentración ubicado en Salvador. En dicha acción se cometieron todo tipo de violación de los derechos humanos. Se les imputó, en forma grupal, de delincuentes, de pertenecer, sin ninguna evidencia, al extinto Tren de Aragua, es decir sin presentar pruebas. Se les negó el derecho a la defensa, se les engañó al informarles a los detenidos que los enviaron a Venezuela y tampoco se le comunicó al gobierno de Venezuela el nombre de los deportados. Se le dio a los secuestrados un trato inhumano e ignominioso por parte de la policía represiva del Salvador al recibirlos en el aeropuerto. Se supo a través de la prensa y las redes sociales que se trató de un bue negocio entre Trump y Bukele: la trata de personas. Algo que me recordó a los barcos negreros, ya que los esclavos también tenían precio. En nuestro caso, cada deportado y secuestrado tiene un valor de 6.000 $, con la obligación de trabajar gratis para el gobierno del Salvador. Un negocio entre esclavistas.

Al igual que los romanos, los judíos, los inquisidores y los nazis Trump se escuda en una ley para justificar la deportación de 230 venezolanos. En este caso desempolvó la Ley de Enemigos Extranjeros promulgada en 1798, la cual establece que "siempre que haya GUERRA DECLARADA (las mayúsculas son del autor del artículo) entre Estado Unidos y cualquier nación o gobierno extranjero, o cualquier invasión o incursión depredadora sea perpetrada, intentada o amenazada contra el territorio de los Estados Unidos por cualquier nación o gobierno extranjero…" Lo anterior me permite formular ciertas incógnitas: ¿Alguien sabía que entre EEUU y Venezuela había una guerra declarada? ¿Podría Venezuela, que no es una potencia militar, constituirse en una amenaza contra EEUU? ¿Se conoce de alguna invasión de Venezuela contra EEUU? ¿Podría el extinto Tren de Aragua, una fantasía de Trump, intimidar al gobierno de EEUU? ¿Acaso los miembros del Tren de Aragua, que no existe ya que fue aniquilado por el gobierno de Maduro, tienen un carnet o un símbolo tatuado en el cuerpo que los acredite como miembro de dicha organización delictiva? ¿Se conoce alguna casa, un galpón o un sitio donde se reúnen los miembros del extinto Tren de Aragua? ¿Acaso los tribunales de EEUU están al tanto de los delitos de cada uno de los 230 venezolanos deportados y secuestrados en El Salvador? Una última pregunta para el lamebota de Bukele ¿Qué argumentos va esgrimir para justificar el secuestro de 230 venezolanos que no cometieron delitos en El Salvador?

Se debe tener claro, los venezolanos emigraron del país solo para trabajar en EEUU por la grave situación económica del país. Estos se vieron obligados a abandonar su patria como consecuencia de las medidas coercitivas aplicadas por los gobiernos de EEUU y la UE. Estas sanciones, es decir, la aplicación de tales medidas, fueron alentadas por la goda María Corina Machado y la banda de delincuentes que la acompaña. Bien lo expresó la actriz Pamela Longsword: "Sin papeles no vas a la universidad. Sin papeles no hay buenos trabajos. Sin papeles te atrapan y no solo te halan las orejas, te deportan". Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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